Los separatistas prorrusos rechazan el desarme pese al acuerdo de Ginebra
Categorias:
internacionales
Los separatistas prorrusos del este de Ucrania
mantenían firmemente sus posiciones este viernes y exigieron la dimisión del
gobierno proeuropeo de Kiev para aplicar la evacuación de los edificios
gubernamentales contemplada en el acuerdo alcanzado un día antes en Ginebra.
«Estamos de acuerdo con que los edificios deben ser
desalojados, pero antes [el primer ministro Arseni] Yatseniuk y [el presidente
Olexandre] Turchinov deben marcharse de los edificios que ocupan ilegalmente
desde su golpe de Estado», declaró a la prensa Denis Pushilin, un líder de los
separatistas.
La administración regional de Donetsk (este), donde
los separatistas proclamaron una «república soberana», continuaba también ocupada
por estos últimos. Simbólicamente, el himno ruso se emitía por megafonía.
«Primero es Kiev la que debe desarmar a Pravy Sektor
[un movimiento nacionalista ucraniano paramilitar], a la Guardia Nacional
[recientemente creada para integrar las unidades de autodefensa de Maidan] y a
las otras formaciones ilegales y, después, eventualmente, entregaremos las
armas», declaró a la AFP Kirill Rudenko, uno de los portavoces de los
insurgentes.
Los misteriosos «hombres de verde» armados, que
según Kiev son militares rusos y según Moscú «grupos locales de autodefensa»,
tenían aún bajo su control la localidad de Slaviansk, que tomaron hace seis
días.
Sin embargo, los países occidentales, Ucrania y
Rusia cerraron un acuerdo el jueves en Ginebra para rebajar la tensión en el
país, al borde del estallido tras la insurrección del este, que reclama su
integración en Rusia o una «federalización» del país.
El acuerdo prevé el desarme de grupos armados
ilegales y la evacuación de edificios ocupados, así como una amnistía para
aquellos que se desarmen, excepto para los que hayan cometido asesinatos.
El texto estipula también que el proceso
constitucional anunciado por el gobierno de transición será «transparente» e
incluirá a todas las regiones ucranianas y a todas las entidades políticas.
El gobierno de Kiev, salido de una revuelta popular
que derrocó a finales de febrero al presidente prorruso Viktor Yanukovich,
rechaza la «federalización», pero apuesta por una «descentralización»
importante.
Elección anticipada
Aunque la elección presidencial anticipada está
prevista el 25 de mayo para instalar un poder legítimo en las urnas, el
gobierno adoptó el jueves por la noche un decreto para preparar la
«descentralización» antes del 1 de octubre.
Los separatistas prorrusos exigen por su parte un
referéndum sobre su incorporación a Rusia o sobre la «federalización» como muy
tarde el 25 de mayo.
El acuerdo de Ginebra decepcionó también a los
partidarios de la unidad de Ucrania.
«Estos acuerdos no hacen referencia a la integridad
territorial de Ucrania, ni exigen que Rusia cese la ocupación de Crimea [...]
¿Los occidentales no se dan cuenta que [el presidente ruso, Vladimir] Putin es
una amenaza para Europa y el mundo?», dijo en su blog Anatoli Gritsenko,
exministro de Defensa y candidato a la elección presidencial.
El presidente estadounidense, Barack Obama, se
mostró muy prudente sobre los acuerdos y advirtió que Washington y Bruselas
podrían adoptar nuevas sanciones contra Moscú en el caso de que el acuerdo no
funcionara.
Moscú ha adoptado un tono muy duro en la crisis
ucraniana, la peor entre el este y el oeste desde el final de la Guerra Fría y
que hizo temer la división de este país de 46 millones de habitantes,
fronterizo con países miembros de la Unión Europea y de la OTAN.
Horas antes del acuerdo, Putin dijo que esperaba
realmente no verse «obligado a recurrir» al envío de fuerzas armadas a Ucrania.
Rusia cuenta con hasta 40.000 hombres en la frontera
entre ambos países y el presidente ruso ha afirmado en varias ocasiones que
aseguraría «a cualquier precio» la protección de los rusohablantes de la ex
URSS.
Moscú «no tiene ningún deseo» de mandar tropas al
este rusófono de Ucrania, afirmó en Ginebra el canciller ruso, Serguei Lavrov.
Vladimir Putin da así una de cal y una de arena. No
obstante, «los dos o tres próximos días serán cruciales», según el jefe de la
diplomacia ucraniana, Andrei Deshchitsia.
No hay comentarios.: