SAN LUIS (29 Agosto 2014).- A medida que la decepción fue mermando y
fueron asimilando el diagnóstico, a los Cardenales no les quedó más remedio que
consultar el calendario.
El 9 de julio, apenas tres semanas después de perder
a dos de sus abridores debido a lesiones, el equipo de San Luis vio cómo el
intento de Yadier Molina por avanzar a la tercera base resultó en un desgarre
en el pulgar derecho, por el que el boricua tuvo que ser operado.
La lesión ocurrió justo cuando los Cardenales iban
en ascenso. Concluyeron aquella jornada a dos juegos del primer lugar en la
División Central de la Liga Nacional - lo más cerca que habían estado de los
punteros Cerveceros desde el 27 de mayo.
Además de la pelea en su división, San Luis se vio
en una carrera contra el tiempo. La cirugía de Molina conllevaba un período de
recuperación de ocho a 12 semanas, se le informó al equipo. A lo más pronto, se
proyectaba que el receptor volvería a la acción para el primer viernes de
septiembre.
Sin embargo, los Cardenales esperan contar con el
puertorriqueño en estos días, unas siete semanas después de que fue operado.
Decidido a reintegrarse al equipo grande para la
recta final, Molina apresuró su recuperación con un agresivo programa de
rehabilitación. Comenzó a hacer tiros y a batear antes de lo previsto e inició
una tarea de rehabilitación en Doble-A Springfield el miércoles.
"No me sorprende enterarme de que se esforzó
para volver lo antes posible", dijo el abridor de San Luis, Shelby Miller.
"Tener de regreso a Yadi será una gran ayuda para nosotros en la recta
final. Estamos en plena pelea y creo que va a ser clave tenerlo aquí para que
nos eche la mano con eso".
Molina se perdió 40 juegos, pero ahora puede ser
pieza clave para los últimos 30. Los Cardenales se han mantenido a flote, ya
que se encuentran medio juego más cerca de Milwaukee que al momento de
lesionarse Molina. Tony Cruz, A.J. Pierzynski y, brevemente, George Kottaras,
se han hecho cargo de la receptoría ante su ausencia.
Aunque el club no duda en reconocer los aportes de
dicho trío, no se le puede restar importancia a la diferencia que Molina es
capaz de marcar en un equipo de San Luis que no ha rendido a su máximo
potencial.
"Su impacto podría ser enorme y creo que a cualquiera
en Grandes Ligas le gustaría tenerlo en su equipo en cualquier capacidad",
dijo el manager de San Luis, Mike Matheny. "Queremos que esté bien,
también, así que tenemos que ver cuándo regrese. El liderazgo que nos brinda,
todo el paquete, es importante".
A Molina se le considera el mejor receptor de
Grandes Ligas, dada la forma en que guía al cuerpo monticular, detiene a los
corredores y pide los pitcheos. De hecho, Adam Wainwright describió a su
compañero de batería como "uno de los mejores cátchers de todos los
tiempos".
"Yadier Molina obviamente marca una gran
diferencia para el equipo completo", dijo Wainwright.
Los Cardenales han permitido más bases robadas (25)
sin Molina de las que el boricua cedió (22) en sus primeros 83 compromisos de
la campaña. Molina ha atrapado al 49% de los corredores que han intentado
robarle base. En las últimas seis semanas, los receptores de los Cardenales han
tenido un índice del 11% a la hora de sorprender a los corredores.
Aunque hay otros factores que influyen, (el desgaste
de una temporada larga, cambios, otras lesiones, etc.) no puede ser
coincidencia que el desempeño de los lanzadores de San Luis haya decaído
durante la ausencia de Molina. Tras registrar efectividad de 3.29 para el 9 de
julio, los pitchers del club tienen un promedio de carreras limpias colectivo
de 4.47 desde entonces.
La diferencia en el rendimiento de la rotación es
aún más pronunciada. Los abridores de los Cardenales, que promediaron 6.1
innings de labor por apertura y registraron efectividad de 3.20 antes de
lesionarse Molina, promediaron 5.8 entradas por salida y tuvieron promedio de
carreras limpias de 4.61 del 9 de julio en adelante.
Por otro lado está el impacto del que es capaz de
causar Molina con el madero. El boricua, quien en las últimas dos campañas
terminó entre los cuatro jugadores que más votos recibieron para el premio al
Jugador Más Valioso de la Liga Nacional, se había establecido como quinto bate
del club. Y aunque no había rendido al mismo nivel que mostró del 2012 al 2013,
en la primera mitad del 2014 bateó para .287 con 16 dobles, siete bambinazos y
30 remolcadas.
Ante la ausencia de Molina, los receptores de los
Cardenales tienen un promedio colectivo de .207.
Matheny no quiso decir cuánta acción verá Molina
cuando regrese. Sólo indicó que los Cardenales evaluarán cómo el cátcher
responda a la carga de jugar a diario y le darán el descanso que corresponda.
Pero el tiempo que Molina pasó levantando pesas mientras no podía participar en
otras actividades de béisbol parece haberlo preparado para una carga pesada en
septiembre.
"Ha bajado de peso. Está en muy buena
forma", dijo Matheny. "Ahora, estar en forma de recibir el juego y en
forma para jugar béisbol son dos cosas distintas. Tenemos que ir un día a la
vez, ver cómo se mueve, cómo se siente y tomar en cuenta las evaluaciones de
los médicos".
No hay comentarios.: