Papa Francisco: 'No se puede tolerar que el Mediterráneo se convierta en un gran cementerio'

ESTRASBURGO (25 Noviembre 2014).- El Papa Francisco ha exhortado hoy a los eurodiputados a "trabajar para que Europa redescubra su alma buena", para "favorecer las políticas y de empleo" y, sobre todo, para "volver a darle dignidad al mismo". El Pontífice cree que "ha llegado la hora de construir juntos una Europa que no gire en torno a la economía", pues, ahora, percibe una UE con "estilos de vista un tanto egoístas, caracterizados por una opulencia insostenible y a menudo indiferente respecto al mundo circundante y, sobre todo, a los más pobres".

Pero sobre todo, ha denunciado, la muerte de cientos de emigrantes de África en las costas europeas. "No se puede tolerar que el Mediterráneo se convierta en un gran cementerio", ha denunciado. "En las barcazas que llegan cotidianamente a las costas europeas hay hombres y mujeres que necesitan acogida y ayuda. La ausencia de un apoyo recíproco dentro de la UE corre el riesgo de incentivar soluciones particularistas del problema, que no tienen en cuenta la dignidad humana de los inmigrantes, favoreciendo el trabajo esclavo y las continuas tensiones sociales".

Para impedirlo ha instado a los legisladores a "actuar sobre las causas y no solamente sobre los efectos" y a "adoptar políticas correctas, valientes y concretas" que ayuden a los países de origen "en su desarrollo sociopolítico y a la superación de los conflictos internos"; en lugar de "políticas de interés, que aumentan y alimentan" esos conflictos". Un durísimo mensaje a los estados miembros y sus representantes.

En el atril de Juan Pablo II

En un discurso de claro corte social y económico, Francisco, de visita en Estrasburgo 26 años después de que Juan Pablo II hablara desde el mismo lugar y desde el mismo atril, ha apelado a los políticos a trabajar por una Europa más fuerte, más unida y menos individualista. Una Europa que recupere los valores perdidos, pues, según ha afirmado, "los grandes ideales que la inspiraron parecen haber perdido fuerza de atracción en favor de los tecnicismos burocráticos de sus instituciones".

Francisco ha advertido que "una Unión más amplia y más influyente parece ir acompañada de la imagen de una Europa un poco envejecida y reducida, que tiende a sentirse menos protagonista". Y ha recomendado que se centre menos en la economía y la "opulencia" y más en los derechos humanos, la dignidad y el respeto a la naturaleza.

El Papa ha dicho que "es hora de favorecer las políticas de empleo" y "de volver a darle dignidad". Que no se puede seguir como hasta ahora cuando las personas "pueden ser desechadas cuando ya no sirven, por ser débiles, enfermos o ancianos". Por ello ha reivindicado la dignidad de los trabajadores y la necesidad de devolverles la confianza y el respeto

Contra la pasividad de los políticos

Su alocución ha sido contundente y dura con los políticos, o mejor dicho, su pasividad. "No se puede tolerar que millones de personas mueran de hambre mientras toneladas de alimentos se desechan cada día en nuestras mesas", les ha dicho sin rodeos desde el corazón de las instituciones comunitarias.

El Papa ha lamentado que "existe hoy la tendencia hacia una reivindicación siempre más amplia de los derechos individuales que esconde una concepción de persona humana desligada de todo contexto social y antropológico, como una 'mónada' cada vez más insensible a las otras mónadas de su alrededor". Y ha lamentado también que "parece que el concepto de derecho ya no se asocia al de deber, igualmente esencial y complementario".

Todo ello lleva, según ha afirmado el Pontífice, a que "una de las enfermedades más extendidas hoy en Europa sea la de la soledad", que se ve "particularmente en los ancianos, a menudo abandonados a su destino, como también los jóvenes sin puntos de referencia y oportunidades para el futuro", así como en los numerosos pobres que pueblan nuestras ciudades y en los ojos perdidos de los inmigrantes que han venido en busca de un futuro mejor".

Francisco ha atacado de lleno a la falta de valores que parece presidir la UE. Con una soledad que "se ha agudizado por la crisis económica", cuyos efectos perduran todavía con consecuencias dramáticas desde el punto de vista social.


En su visita, el Papa ha estado acompañado por el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz. Y ha saludado a las principales autoridades europeas. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, junto a su Colegio de Comisarios. El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en uno de sus últimos actos; el presidente de turno del Consejo, el italiano Matteo Renzi. El secretario general del Consejo de Europa, el noruego Thorbjørn Jagland. El primer ministro belga, Charles Michel, presidente de turno del organismo, así como los presidentes de la Asamblea Parlamentaria, Anne Brasseur, y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, Dean Spielmann.

No hay comentarios.: