NUEVA YORK (16 Diciembre 2014).- Líderes políticos y
religiosos reclamaron el acercamiento de posiciones entre miembros del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) y el alcalde Bill de Blasio, luego de un fin de semana cargado de
tensiones entre la entidad policial y manifestantes.
También de inéditos cuestionamientos al
alcalde y concejales de la Ciudad por parte del presidente del sindicato de
patrulleros, Patrick Lynch, y otros representantes de la Fuerza, molestos por
los que consideran falta de apoyo de las autoridades electas al accionar de la
policía.
Todo esto ocurre pocos días después que un gran
jurado en Staten Island decidiera no presentar cargos contra los policías que
provocaron la muerte de Eric Garner durante un intento de arresto en el verano
y de otra decisión similar en Ferguson, MO, contra el oficial que mató al joven
Michael Brown en un enfrentamiento callejero. La indignación ante la muerte
violenta de estos dos hombres negros fue el catalizador de un masivo movimiento
de protesta contra la brutalidad policial que ha sacudido al país en las
últimas semanas.
La voz más sorprendente fue tal vez la del cardenal
primado de Nueva York, Timothy Dolan. En una columna de opinión publicada en el
Daily News, Dolan pidió "bajar el volumen y hablar con calma" y
deploró la demonización tanto del alcalde como de la policía.
"Es injusto y contraproducente sindicar al
alcalde y a otros líderes como enemigos de la policía, e ir tan lejos como para
convertir uno de los momentos más dolorosos en la vida de la ciudad —el
entierro de un policía caído en cumplimiento del deber—, una ocasión sagrada
que debería unirnos, en una situación controvertida que nos divide", dijo.
Dolan se refería a declaraciones hechas por Lynch el
viernes pasado durante la fiesta de navidad para familiares de oficiales
fallecidos, cuando se refirió a un formulario titulado "No insulten mi
sacrificio", en el cual los policías pueden solicitar que tanto De Blasio
como la presidenta del Concejo Melissa Mark Viverito no asistan a su funeral en
caso de morir en el cumplimiento del deber.
Lynch dijo que ese es el sentir de todos los
miembros del Patrolment Benevolent Association (PBA), la unión que representa a
unos 22,000 uniformados, y agregó que lo que estos necesitan es que se los
apoye en vida, no "lágrimas de cocodrilo" cuando mueren.
Lynch y el líder del sindicato de detectives,
Michael Palladino, atacaron también al alcalde por usar la palabra
"presuntamente" cuando éste se refirió a las personas que atacaron a
dos oficiales que trataban de arrestar manifestantes durante la marcha del
sábado a la noche, cuando unas 25,000 personas cruzaron el Puente Brooklyn.
Lynch hasta llamó al alcalde "idiota" y
sugirió que su favoritismo por los manifestantes es parte de la razón de las
agresiones contra policías.
Por MARLENE PERALTA/Edlp
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