SANTO DOMINGO, República Dominicana (7 Octubre
2015).- Cumple 63 años este miércoles Vladimir Putin, presidente de Federación
Rusa.
Vladímir Vladímirovich Putin, nació en San
Petersburgo.
En la actualidad es el presidente de la Federación
Rusa, que ya había ejercido anteriormente por dos mandatos consecutivos, lo que
lo convierte en el que más tiempo ha estado en ese cargo desde la caída de la Unión
de Repúblicas Soviético Socialistas (URSS).
Putin es abogado y político de profesión.
Encabezó el Gobierno de su país bajo Borís Yeltsin y
Dmitri Medvédev, así como Rusia Unida, partido del cual, sin embargo, no es
miembro. También es, desde el 27 de mayo de 2008, presidente del Consejo de
Ministros de la Unión de Rusia y Bielorrusia.
Proveniente de una familia de origen humilde, Putin
se graduó, con honores, en la carrera de Derecho en la Universidad Estatal de
Leningrado, tras lo cual ingresó en el servicio de espionaje del KGB, siendo
destinado como agente en Dresde (Alemania Oriental).
Después de la caída del Muro de Berlín, regresó a
Leningrado (actualmente San Petersburgo), donde fue ayudante del rector de su
alma máter, pasando, en 1990, a convertirse en asesor de Anatoly Sobchak,
entonces presidente de la Diputación de Leningrado.
Tras el triunfo de este en las elecciones para la
alcaldía, pasó a ser jefe del Comité de Relaciones Exteriores del ayuntamiento
y vicealcalde. En 1996, después de la derrota de Sobchak en los comicios de
turno, Putin se trasladó a Moscú con un puesto en la administración del
presidente Borís Yeltsin.
A partir de entonces, Putin ascendió rápidamente
como funcionario: en 1998 fue nombrado director del Servicio Federal de
Seguridad (sucesor del KGB), puesto que a partir de marzo del año siguiente
ocupó en forma simultanea con el de secretario del Consejo de Seguridad
Nacional. En agosto encabezó el Gobierno y lanzó la segunda guerra chechena, lo
que acabó de convertirlo en uno de los políticos más populares de Rusia. Cuando
Yeltsin anunció su dimisión el 31 de diciembre de 1999, Putin, de acuerdo con
la Constitución rusa, se convirtió en presidente interino.
Ganó las elecciones presidenciales del 26 de marzo
de 2000 con el 52,94% de los votos.4 5 Durante su gestión hubo altos índices de
crecimiento económico, con un incremento del 72% en el PIB6 y una sustancial disminución
de la pobreza.
A diferencia de su predecesor, su gobierno gozó de
amplio apoyo popular y fue reelegido en las elecciones de marzo de 2004 con el
71,31% de los votos.
En 2008, al
no poder presentarse a un tercer mandato por no estar permitido en la
Constitución, Putin impuso la candidatura del entonces viceprimer ministro
Dmitri Medvédev11 en las presidenciales de 2008, el cual ganó las elecciones.
Putin se convirtió entonces en primer ministro.
En los
comicios de marzo de 2012 fue elegido nuevamente presidente (63,60% de los
votos), aunque hubo acusaciones de fraude por parte de la oposición.
Históricamente, sus mandatos han sido ampliamente
aceptados por los ciudadanos rusos, si bien Putin ha sido criticado por
diferentes personalidades y medios de comunicación, especialmente fuera de su
país, por supuestas violaciones a los derechos humanos y a las libertades
religiosas ocurridas durante sus dos primeros mandatos, por su manejo del
conflicto checheno, así como también por reformas políticas que han sido
interpretadas por algunos como un retroceso en las conquistas democráticas
rusas, tales como el fin de las elecciones por voto universal y directo de los
presidentes de las repúblicas de la Federación.
Sin embargo, no se opuso a que
el presidente Dmitri Medvédev impulsara una ley, a principios de 2012, por la
que se vuelve a las elecciones directas de algunos cargos estatales y gubernamentales.
También se ha criticado a Putin por sus
declaraciones en ciertos acontecimientos como el hundimiento del submarino
Kursk el 12 de agosto de 2000, la tragedia en el Teatro Dubrovka por
terroristas islámicos chechenos, la masacre de la escuela de Beslán y el
asesinato de la periodista Ana Politkóvskaya. Se le ha acusado de utilizar
selectivamente la justicia para disuadir adversarios, como en el caso del magnate
petrolero Mijaíl Jodorkovski, y de haber impuesto el control sobre la
televisión, cuyos principales canales volvieron a manos del Estado o de
empresas cercanas controladas por éste.
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