CUEVAS CARIBEÑAS ESCONDEN DIÁLOGOS ENTRE CONQUISTADORES ESPAÑA E INDÍGENAS AMÉRICA
Imagina que vives en una isla y de pronto aparecen
en unas embarcaciones grandes, completamente diferentes a lo que hayas visto
jamás, individuos que se ven tan extraños que ni siquiera estás seguro que sean
de tu especie.
Esto fue lo que ocurrió hace más de 500 años cuando,
tras la llegada de Cristóbal Colón a lo que ahora conocemos como América,
empezaron a establecerse los primeros conquistadores.
Y ahora, un estudio realizado por científicos del
Museo Británico y la Universidad de Leicester muestra un debate ideológico que
ocurrió en tiempo real entre ambos mundos.
Uno de los participantes fue Francisco Alegre, quien
llegó a Puerto Rico con su padre en la década del 1530 y terminó convirtiéndose
en una prominente figura de San Juan.
No
fue solo, lo llevaron
La isla de Mona, a unos 66 kilómetros al oeste de
Puerto Rico, productora de yuca, fuente de agua potable y punto clave para el
comercio con La Española (la actual República Dominicana y Haití), era también
un importante lugar religioso para las comunidades indígenas de la zona.
En sus entrañas hay un complicado entramado de
cuevas que la hace una de las regiones más cavernosas por kilómetros cuadrado
del mundo.
Sus paredes están llenas de miles de inscripciones
que algunas datan de varios siglos antes de la llegada de los europeos.
En una cueva en particular, la número 18, los
dibujos indígenas se mezclan con trazos hechos por europeos.
Allí está la firma de Francisco Alegre junto a
cruces e inscripciones con frases como "Dios te perdone", o
"Verbum caro factum est" (El verbo se hizo carne).
os dibujos de los indígenas están hechos a la altura
de ellos, y la de los españoles más arriba, acorde con la estatura europea de
la época.
"Nos llamó la atención que no están
superpuestos, lo que demuestra respeto y -como mínimo- compromiso", le
dije a BBC Mundo Jago Cooper, uno de los principales investigadores del estudio
y experto en América del Museo Británico de Londres.
La hipótesis de que los europeos hayan encontrado
estas cuevas por sí solos es bastante remota.
"Para llegar hay que escalar un empinado
acantilado y apretujarse para pasar por una entrada tamaño humano", cuenta
Cooper.
Por lo que los expertos consideran que los
conquistadores fueron invitados a este lugar sagrado por los indígenas.
¿Chat
ancestral?
Una de las primeras hipótesis de los expertos fue
que la iconografía cristiana la pudieron haber hecho indígenas cristianizados.
Pero al hacer estudios de caligrafía, la hipótesis
de que estos grabados lo hicieran europeos representando sus valores espirituales
cobró fuerza.
"Esto muestra un diálogo, un encuentro, que
ocurrió en tiempo real", señala Cooper. "Sabemos que (los europeos)
estuvieron ahí y reflexionaron al respecto".
Según el especialista, para los españoles tuvo que
ser impactante escalar ese acantilado y recorrer kilómetros para llegar a estas
cámaras llenas de dibujos que, aun hoy en día, son abrumadores.
"Tuvieron que haberse impresionado por estas
obras de arte de los indígenas y pensado en cómo lo que veían encajaba con su
entendimiento sobre estas personas".
"Vas a este sitio y piensas que esto es como
una iglesia; los indígenas están diciendo 'este es nuestro trabajo, este es
nuestro templo'", agrega.
El experto considera que estos dibujos son una
evidencia de que hace unos 500 años hubo un intercambio de espiritualidad.
¿Amistad, conciliación? "Amistad y conciliación
son palabras muy fuertes, yo diría que se trató mas de tolerancia y aceptación
entre ellos".
Identidad
americana
Jago Cooper asegura no haber visto un diálogo así en
otras partes de la región.
"Estas personas fueron las que vivieron en
carne propia la conquista, un momento crucial para la creación de la identidad
americana".
Para el experto, las inscripciones muestran tanto un
nivel de aceptación como de sometimiento.
"Esta investigación revela una nueva
perspectiva sobre el encuentro personal entre poblaciones indígenas y las
primeras generaciones de europeos en las Américas".
El especialista recuerda que el hijo de Alegre fue
una de los primeros europeos en nacer en suelo americano.
"Su cultura empezó a convertirse en la
americana. Este es el nacimiento de la identidad americana".
La cueva 18 cuenta con unas 30 inscripciones
europeas.
Si bien actualmente la isla caribeña es una reserva
natural deshabitada que pertenece a Puerto Rico, en su momento fue parte de una
ruta clave en el viaje de Europa a América.
Fuente: BBC
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