PRESIDENTE TRUMP PIDE AL CONGRESO US$4,100 MILLONES PARA INICIAR MURO FRONTERA MÉXICO

WASHINGTON (17 Marzo 2017).- Con la meta de poner a EEUU “de primero” y reforzar la seguridad nacional, el presidente Donald Trump presentó este jueves su primer plan presupuestario, que pide al Congreso $4,100 millones para iniciar la construcción del muro fronterizo, y más fondos para combatir la inmigración ilegal y agilizar las deportaciones.

El plan preliminar para el año fiscal 2018, que comienza el próximo 1 de octubre, sigue casi al pie de la letra las promesas que hizo Trump durante la campaña presidencial el año pasado: aumenta los fondos para la defensa y los elimina para 19 agencias federales, y destina más recursos para el combate contra los inmigrantes indocumentados.

Esta “hoja de ruta” sería, según observadores, la mayor reducción de gastos públicos desde que EEUU comenzó la desmovilización de sus tropas tras la Segunda Guerra Mundial, hace 72 años.

A lo largo de 62 páginas, el plan por un total de $1,15 billón sólo cubre gastos “discrecionales”, pero la Administración Trump prevé difundir una más detallada, que incluirá también los gastos obligatorios, en mayo próximo.

Tampoco incluye su plan para invertir un billón de dólares en proyectos de infraestructura, pero la Casa Blanca precisó que ese plan será presentado en otra fecha.

En una conferencia telefónica con periodistas, el director de la Oficina de Gestión y Presupuesto de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, explicó que el plan es fiel a las promesas electorales de Trump, y sugirió que el mandatario no le teme a la esperada resistencia en el Congreso, incluso de republicanos.

Trump tiene una deuda con los votantes y “está cumpliendo con sus promesas. No consultamos a los grupos de intereses especiales ni a los cabilderos, para elaborar este presupuesto”, afirmó Mulvaney.


“Este es un presupuesto que pone a EEUU de primero”, argumentó el funcionario, al explicar que el documenta refleja las declaraciones públicas de Trump ahora “convertidas en cifras”.


Sin embargo, el Congreso es el que tiene la última palabra sobre el gasto público y, ante las críticas que ya ha generado el plan incluso entre los republicanos, es seguro que la propuesta sufrirá cambios significativos.

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