SESENTA Y SEIS MILLONES DE DÓLARES EN SOBRECOSTOS EN REFORMA DEL ESTADIO MARACANÁ PARA MUNDIAL FÚTBOL 2014
BRASILIA (14 Marzo 2017).- La reforma del estadio de Maracaná de Río de Janeiro
para el Mundial de fútbol de Brasil de 2014 tuvo una sobrefacturación de 211
millones de reales (unos 66 millones de dólares), según investigaciones del
Tribunal de Cuentas regional filtrados hoy a la prensa local.
La televisión Globo publicó unos documentos en los
que se muestran indicios de que se desvió dinero en servicios y productos
durante la reforma del estadio, que fueron sobrefacturados, como términos
aditivos sospechosos en el contrato y gastos con duplicidad.
El consorcio que ganó la licitación para reformar el
templo del fútbol brasileño está formado por las constructoras Odebrecht,
Andrade Gutiérrez y Delta, todas ellas salpicadas por el gigantesco caso de
corrupción alrededor de la petrolera estatal Petrobras.
Aunque inicialmente la reforma del estadio estaba
calculada en 705 millones de reales (unos 223 millones de dólares al cambio
actual), el precio final saltó hasta los 1.200 millones de reales (unos 380
millones de dólares).
Según el reportaje, el Tribunal de Cuentas del
Estado de Río de Janeiro (TCE-RJ) determinó la suspensión de pagos a las
constructoras en otros contratos con el Gobierno regional de Río de Janeiro.
La semana pasada, el propio tribunal determinó el
arresto de recursos obtenidos con la venta de la concesión del estadio.
La Fiscalía brasileña quiere que las tres
constructoras que forman el consorcio Maracaná devuelvan a las arcas públicas
200 millones de reales (unos 63,5 millones de dólares).
Documentos del TCE a los que la televisión tuvo
acceso muestran que las irregularidades en las obras del estadio empezaron ya
con el proyecto básico de reforma, lo que acabó "suponiendo significativas
modificaciones entre el proyecto básico y el ejecutivo".
Otros costes del proyecto acabaron siendo alterados,
sustituyendo los elementos previstos por unos de mayor valor, encareciendo el
coste total.
Entre los productos encarecidos, destaca la
argamasa, comprada a un precio tres veces superior al del mercado y con ello
encareció las obras en 23 millones de reales (unos 7,3 millones de dólares).
También está el cambio de la manguera para limpiar
el cemento (una de altísima presión por una de menor), que subió el precio de
las obras en 577.000 reales (unos 183.000 dólares).
Otro ejemplo revelado del mal uso del dinero público
fue en la contratación de equipos de limpieza, con la previsión inicial de 18
equipos por mes, compuestos por una excavadora, un camión y 16 personas cada
uno para sacar toda la basura de las obras.
En las inspecciones, el TCE encontró apenas tres
empleados haciendo la limpieza y toda la basura acumulada en varios puntos del
estadio.
Inicialmente, el proyecto básico contaba con la
tribuna original del estadio, aunque el consorcio decidió construir una nueva,
por valor de 274 millones de reales (unos 87 millones de dólares), y muy
similar a la construida en el estadio de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, para el
Mundial de 2010, aunque con un coste cinco veces mayor.
En el marco de las investigaciones del caso de
corrupción en Petrobras, exdirectivos de Andrade Gutiérrez aseguraron en su
delación ante la Justicia que el Gobierno de Río de Janeiro favoreció el
consorcio Maracaná, y que se formó un cartel entre las constructoras, junto con
el gobierno regional, para orientar la licitación, y que las empresas pagaron
coimas para ser elegidas.
Esta denuncia fue una de las que llevó el exgobernador
de Río de Janeiro Sérgio Cabral a prisión, en noviembre pasado, junto con el
exsecterario de obras regional Hudson Braga.
Sede de la final del Mundial de fútbol de 2014 y de
las ceremonias de inauguración y clausura de los Juegos Olímpicos de 2016, el
Maracaná quedó abandonado a finales del año pasado por el conflicto que
mantienen el consorcio que lo administra y el Comité Río2016, que se ocupó
El consorcio se queja que el estadio no le fue
devuelto en las misma condiciones que estaba cuando lo entregó, por lo que pide
que el Comité pague las obras de reforma necesarias y se ocupe de los
desperfectos.
La semana pasada, el club Flamengo disputó un
partido de la Copa Libertadores en el estadio, el primer encuentro oficial que
se jugó desde finales de noviembre, después de pagar de su bolsillo 2 millones
de reales (unos 630.000 dólares) para arreglar algunos de los desperfectos en
el estadio tras tres meses y medio de abandono.
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