FRANCIA SE DEBATE ENTRE EL NACIONALISMO DE LE PEN Y EL EUROPEÍSMO DE MACRON
PARÍS (24 Abril 2017).- Francia decidió dejar atrás
la tradición y eliminar de la contienda presidencial a los dos partidos que han
dominado la política el último medio siglo.
Socialistas y conservadores se hundieron en el
fracaso mientras que la ultraderechista Marine Le Pen y el socioliberal
Emmanuel Macron, ambos autodeclarados antisistema, pasaban a la segunda vuelta
de las elecciones de Francia del 7 de mayo con un 23,91% de los votos, frente
al 21,42%, con más del 96% del voto escrutado. “Hemos cambiado la cara de la
política francesa”, sentenció el segundo tras celebrar su victoria.
Una vez declarada la ruptura, ahora los franceses
deben decidir si optan por el ultranacionalismo del Frente Nacional o el
europeísmo del líder del movimiento En marche! Los vencedores del primera
contienda electoral, una de las más reñidas en la historia de la V República
(instaurada en 1958), representan dos caras radicalmente opuestas de Francia y
Europa. Mientras una supuesta victoria de la líder del Frente Nacional
representaría el fin de la Unión Europea como la entendemos hasta ahora ya que
implicaría muy probablemente un Frexit (salida de Francia del bloque
comunitario), si ganara Macron la unión de los 27 se vería reforzada.
“Hemos cambiado la cara de la política
francesa”
A la cabeza del movimiento “En Marcha” creado a su
imagen y semejanza -lleva hasta las iniciales de su nombre-, el socioliberal
enarbola un discurso que trasciende las barricadas ideológicas con el que
pretende aglutinar a sus compatriotas. “Nuestro país atraviesa un momento
inédito marcado por el terrorismo, el déficit, el sufrimiento social y
ecológico, y ha respondido votando masivamente y decidido a situarme en cabeza
de la primera vuelta”, dijo ante sus seguidores reunidos en París.
Los europeístas respiraron aliviados tras conocerse
los resultados del domingo y oír como la mayoría de candidatos derrotados
salían a pedir el voto a favor de Macron, la opción que tranquiliza. El
conservador François Fillon, con el 19,94%,y el socialista Benoît Hamon -a
quien las estimaciones no dan más del 7 % del voto-, anunciaron inmediatamente
que votarán al socioliberal para evitar así el triunfo de la ultraderecha. El
radical de izquierda Jean-Luc Mélenchon, por su parte, se mostró más precavido
y consultará con su militancia a quien apoyar.
Las primeras encuestas para la vuelta definitiva de
mayo también apuntaban a Macron como vencedor, que superaría a la
ultraderechista con un 62% de los votos frente al 38% de los sufragios para Le
Pen, según el primer sondeo del el instituto demoscópico Ipsos publicado tras
los resultados de ayer.
Si los sondeos aciertan tal y como hicieron en la
primera vuelta, el ex ministro de Hollande, de 39 años, se convertirá muy
probablemente en el jefe de Estado más joven de la V República.
Segunda
vuelta
De todos modos, ninguna previsión es del todo segura
cuando uno de los jugadores en el tablero es el populismo. Y menos cuando en la
primera vuelta el Frente Nacional ha aumentado su sufragio más de cinco puntos.
En su primera tentativa presidencial, en 2012, Le Pen, con el 17,9% de los
sufragios, superó el techo marcado por su padre, Jean-Marie Le Pen, 10 años
antes, pero no igualó su hazaña de pasar a la segunda vuelta.
En Hénin-Beaumont, ciudad del deprimido norte del
país que ha convertido en su feudo electoral, Le Pen lanzó un discurso
patriótico y populista en el que proclamó: “Hemos superado la primera etapa que
llevará a los franceses al Elíseo”.
Le Pen no desaprovechó un momento para cargar contra
Macron, y se felicitó de enfrentarse al exministro -que trabajó en el pasado
como banquero de finanzas- en la segunda vuelta para escenificar “el gran
desafío de estas elecciones: la globalización salvaje”.
Marine Le Pen quiere romper con una tradición
europeísta de Francia construida durante décadas. La candidata a la presidencia
de 42 años propone “liberar” al país de la UE y realizar un referéndum sobre el
Frexit y recuperar la moneda nacional, lo que supondría un escenario
inquietante para una ya maltrecha Europa tras el Brexit. Si fuera por ella la
Unión Europea moriría el primer día que pisase el Elíseo.
Macron, por el contrario, si bien se muestra crítico
con el estado actual de la UE, desea “restablecer la confianza” ciudadana en
las instituciones de Bruselas porque se declara cien por cien europeísta. Y lo
hace con una creencia sincera en todos sus flancos: el Mercado Interior Único,
el espacio Schengen que avala la circulación libre de personas y la Eurozona.
Para él, Europa es la “garantía de la paz en el continente”, asegura a menudo
en referencia a los objetivos fundacionales del bloque comunitario.
Fuente:
LA VANGUARDIA.COM
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