NEIL GORSUCH ES EL NUEVO JUEZ DEL TRIBUNAL SUPREMO; FUE CONFIRMADO POR EL SENADO

WASHINGTON (7 Abril 2017).-  El Senado de Estados Unidos confirmó hoy a Neil Gorsuch, el juez propuesto por el presidente, Donald Trump, como nuevo magistrado del Tribunal Supremo para cubrir la vacante que dejó la muerte de Antonin Scalia el año pasado.

Con 54 votos a favor y 45 en contra, el Senado confirmó a Gorsuch por mayoría simple después de cambiar este jueves las normas de la Cámara Alta, que exigían una mayoría de 60 para este tipo de procedimientos.

Su confirmación culmina una semana de intenso debate en el Senado donde la oposición demócrata llevó al límite sus maniobras de "filibusterismo" (tácticas dilatorias en el Legislativo) para entorpecer la llegada del juez al Supremo.

El jueves, en un primer voto, los demócratas llegaron a bloquear la confirmación del juez ya que, aunque mayoritarios, los senadores favorables no alcanzaron los 60, tal y como requería el reglamento.

Los republicanos sometieron entonces a votación un cambio en la normativa de la Cámara Alta en una maniobra conocida como "opción nuclear" para rebajar a mayoría simple los votos necesarios y terminar así con la estrategia dilatoria demócrata.

La oposición demócrata a Gorsuch era una respuesta a la negativa de los republicanos a someter a votación al juez progresista que nominó el expresidente Barack Obama en marzo de 2016, cuando se produjo la vacante del conservador Scalia.

El líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, bloqueó durante una cifra récord de 293 días la candidatura de Merrick Garland, el elegido de Obama, y ahora logró confirmar a Gorsuch con una maniobra sin precedentes.

La confirmación de Gorsuch también supone una importante victoria para Trump, que hasta ahora había visto fracasar algunas de sus primeras medidas como el veto migratorio o la derogación de Obamacare, la reforma sanitaria de Obama.

El juez inquebrantable que prometió frenar a Trump

Con 49 años, Gorsuch se ha labrado fama de conservador y cuenta con el visto bueno de los poderosos grupos de la derecha cristiana, como Judicial Crisis Network, que recaudó 10 millones de dólares para impulsar su confirmación con anuncios de televisión y acciones publicitarias en iglesias.Estos grupos adoran a Gorsuch porque, en varias ocasiones, ha defendido la libertad religiosa ante las regulaciones del Gobierno.

Uno de los casos que le catapultó a la fama es el de la compañía de artesanía Hobby Lobby, que demandó al Gobierno para no ser obligada a proporcionar a sus empleados seguros médicos con cobertura de anticonceptivos, como establece la ley sanitaria proclamada en 2010 por el expresidente Barack Obama y conocida como "Obamacare".

En un falló de 2013 de la Corte de Apelaciones del Décimo Circuito, Gorsuch consideró que la ley sanitaria obligaba a la compañía Hobby Lobby y a otros grupos religiosos a "violar su fe religiosa al obligarles a prestar un grado inadmisible de asistencia" que vulneraba sus creencias.

Más allá de su fallo sobre la ley de salud, Gorsuch es conocido por su respaldo a la pena de muerte y su firme oposición a la eutanasia y el suicidio asistido.Defensor de los valores "tradicionales" de EE. UU., Gorsuch se crió en Colorado aunque conoce bien los entresijos políticos de Washington, donde su madre, Anne Gorsuch Burford, trabajó entre 1981 y 1983 como directora de la Agencia de Protección Medioambiental (EPA) bajo el mando del expresidente republicano Ronald Reagan.
Comenzó su carrera legal en la década de los 90, trabajó durante un año para el juez conservador del Tribunal Supremo Anthony Kennedy.

Después, ayudó al expresidente George W. Bush en el Departamento de Justicia y acabó, en 2006, siendo nombrado por el exmandatario para la Corte de Apelaciones del Décimo Circuito.

Con el puesto ya en el bolsillo, muchos ven en Gorsuch un reflejo de los principios propugnados por el fallecido juez conservador Antonin Scalia, cuyo puesto ocupará en el Tribunal Supremo.


Tanto Scalia como Gorsuch interpretan la ley conforme a la corriente del "originalismo", una doctrina judicial según la cual la Constitución de Estados Unidos debe interpretarse como lo harían sus autores del siglo XVIII y no conforme a los cambios de la sociedad actual.

No hay comentarios.: