TRUMP AUTORIZA A LOS EE.UU QUE RETIREN FONDOS PÚBLICOS A ORGANIZACIONES PRACTICAN ABORTOS
WASHINGTON (17 Abril 2017).- Donald Trump convoca a los fotógrafos cada vez que
firma una ley en la Casa Blanca pero el jueves prefirió cerrar las puertas. Fue
su portavoz, Sean Spicer, el que informó de que el presidente de Estados Unidos
ha puesto su sello a una normativa para restringir una vez más el acceso al
aborto en todo el país. El texto, que salió adelante por una ventaja mínima en
el Congreso, permite a los Estados que retiren la financiación pública a
Planned Parenthood. La organización proporciona atención médica a millones de
mujeres sin recursos en todo el país y sus servicios incluyen interrupciones de
embarazos, lo que ha inspirado el rechazo de los republicanos.
La firma de Trump es el último golpe a esta
fundación en el marco de iniciativas políticas ultraconservadoras que durante
los últimos años han intentado drenar sus recursos. Si los Estados deciden
retirar la financiación a Planned Parenthood, podrían forzar el cierre de la
mayoría de sus clínicas. El republicano ha pasado de defender en el pasado el
derecho al aborto a prometer que nombraría jueces al Tribunal Supremo que estén
dispuestos a revocarlo. Sus acciones hablan ahora más alto que sus palabras.
Antes de sellar esta ley, también eligió como vicepresidente a Mike Pence, que
como gobernador republicano de Indiana lanzó la iniciativa para retirar toda la
financiación federal a Planned Parenthood.
Tras la firma, varias organizaciones conservadoras
que promovieron la ley celebraron el gesto de Trump. “Dar prioridad a la
retirada de fondos a Planned Parenthood es una victoria”, delcaró Marjorie
Dannenfelser, presidenta de Susan B. Anthony List, un grupo contra el aborto.
“Esperamos que el Congreso continúe con sus esfuerzos para alejar el dinero
público de [la organización] a través de la reforma sanitaria”.
Planned Parenthood, a través de su vicepresidenta,
denunció que los ciudadanos “están hartos de que los políticos hagan que cada
vez sea más difícil acceder a cuidados médicos y esta ley es el último
ejemplo”. Dawn Laguens añadió que EE UU debería centrarse en expandir la
atención sanitaria en vez de dar un paso atrás. “Demasiadas mujeres todavía
sufren obstáculos para ir al médico, especialmente las más jóvenes,
afroamericanas, las que viven en zonas rurales y las que carecen de recursos.
La organización siempre ha estado en la diana de las
iniciativas políticas ultraconservadoras. Planned Parenthood recibe 550
millones de dólares anuales del presupuesto federal de EE UU y otros 60
millones de los Estados para cubrir los gastos médicos de mujeres que no pueden
costearse la atención privada. Sus principales actividades están en el ámbito
de la planificación familiar, la prevención de enfermedades y la práctica de
abortos, que supone el 3% de sus servicios.
La legislación estadounidense prohíbe financiar con
dinero público las interrupciones de embarazos —salvo en el caso de
violaciones, incesto o si peligra la vida de la madre—, por lo que Planned
Parenthood recurre a donaciones privadas para ello. Sin embargo, los
republicanos han liderado varias propuestas para retirar toda la financiación
pública a esta organización. Esta medida lograría cerrar la mayoría de sus
clínicas sin tener que recurrir a una reforma legal. El año pasado, el Supremo
paralizó una ley de Texas que aumentaba los requisitos para practicar abortos
al considerar que restringía un derecho ya reconocido a las mujeres.
Por
CRISTINA F. PEREDA/El País
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