HISTÓRICO, CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE TAIWÁN LEGALIZA EL MATRIMONIO ENTRE LOS HOMOSEXUALES
TAIPEI (24 Mayo 2017).- La Corte Suprema de Justicia
de Taiwán declaró hoy inconstitucional la restricción del matrimonio a uniones
de personas de distinto sexo y exigió la legalización del matrimonio
homosexual, lo que convierte a la isla en el primer lugar de Asia en permitirlo.
El máximo tribunal taiwanés declaró inconstitucional
la parte de la ley matrimonial que afirma que “personas del mismo sexo no
pueden entrar en un matrimonio legal” y se exigió su enmienda en el plazo de
dos años, anunció el secretario de la corte, Lu Tai-lang, en rueda de prensa.
La declaración de la Corte Suprema responde a
consultas sobre la constitucionalidad de la ley matrimonial hecha por un
activista de los derechos de los homosexuales
La declaración de los 14 jueces de la Corte Suprema
responde a consultas sobre la constitucionalidad de la actual ley matrimonial
presentadas por el veterano activista de los derechos de los homosexuales Chi
Chia-wei y el gobierno municipal de Taipei.
“Se ha hecho realidad un sueño que llevo esperando
más de 16 años”, dijo Chi, tras conocer la decisión, en medio de la algarabía
de numerosos grupos a favor del matrimonio homosexual que esperaban expectantes
la sentencia.
En 1986, en un momento clave de la ley marcial de
Taiwán, Chi hizo lo que para muchos era impensable en esa época, declarase
públicamente como homosexual, lo que le costó 162 días de cárcel.
Hace 16 años, en un nuevo asalto a las convenciones
sociales, Chi fue el primero en desafiar las leyes que impedían el matrimonio a
personas del mismo sexo y pidió -sin éxito- el registro legal de su unión desde
1988 con su pareja.
En 2015, tras un nuevo intento fallido, elevó una
consulta de interpretación al Supremo por considerar que la prohibición violaba
los derechos de los artículos 7 y 22 de la Constitución, que establecen que
todas las libertades y derechos del público que no perjudiquen el orden social
o el bienestar público están garantizados.
Por el contrario, grupos religiosos y conservadores
recibieron con protestas y consternación la decisión, que según ellos asesta un
duro golpe a la tradición china de la isla, la familia tradicional y la
moralidad social.
En el campo político, tanto la presidenta, Tsai
Ing-wen, como la mayoría de los legisladores del gobernante Partido Demócrata
Progresista se han manifestado a favor del matrimonio homosexual.
Ya a finales del 2016, cuando se introdujo un
proyecto de enmienda de la ley matrimonial en el Parlamento, se registraron
multitudinarias manifestaciones a favor y en contra, pues en la sociedad hay
una fuerte división de opiniones.
Grupos religiosos y conservadores, como la Alianza
de los Grupos Religiosos de Taiwán para la Protección de la Familia, han pedido
que la cuestión se someta a referéndum y han advertido de los efectos nocivos
de la legalización, que presenta un modelo sexual y familiar en conflicto con
la tradición.
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