89 AÑOS NACIMIENTO DEL CHÉ GUEVARA

SANTO DOMINGO, República Dominicana (14 Junio 2017).- Este miércoles,14 de junio Che Guevara hubiese cumplido 89 años. De no haber sido asesinado en La Higuera en 1967, hoy sería otro anciano comandante histórico en el Buró Político del PCC. Seguramente sería el menos dispuesto a las reformas, y menos que ninguna, a las reformas protocapitalistas  al estilo chino: las políticas de Deng Xiao Ping y sus sucesores  le hubieran repugnado, porque el modelo que al Che le gustaba era el del camarada Mao.
Hereje del socialismo real y trostkista por carambola, sabría dios por cuál modelo económico apostaría hoy. Después de todo, el Che -lo confesó en cierta ocasión y lo demostró en los hechos, con sus barbaridades tanto en el Banco Nacional como en el Ministerio de Industrias- no era economista, sino comunista. Más que interesarse por la plusvalía y los planes quinquenales, prefería los tiros, la sangre, crear “dos, tres, muchos Vietnam”… Solo que después de la toma de Santa Clara, ni en el Congo ni en Bolivia, tampoco fue exitoso como guerrillero.
De cualquier modo, de muy poco vale especular con la historia… Lo que sí estoy seguro es que de estar vivo Che Guevara, no estaría su rostro en tantas camisetas ni tatuado en el brazo de tantos cretinos sin causa que hubieran sido de los primeros en ser enviados por orden suya a granjas de reeducación al estilo de las UMAP.
¿Cuántos de esos adoradores del Che Guevara habrán leído en “Pasajes de la Guerra Revolucionaria” sus descripciones, minuciosas hasta el espanto, de las ejecuciones en la Sierra Maestra?
A propósito, uno de los fusilados, por indisciplina, fue un joven rebelde a quien apodaban El Maestro, que aprovechando su parecido físico con el Che, intentó hacerse pasar por él para seducir a una muchacha serrana.
Che Guevara tuvo talento para escribir un cuento técnicamente impecable, aunque muy cruel, como “El cachorro asesinado”, los desordenados “Pasajes de la guerra revolucionaria”, un manual sobre la guerra de guerrillas y describir una suprahumana utopía en una carta titulada “El socialismo y el hombre en Cuba”. A eso se limitó su obra literaria. Quizás su frustración como escritor inspiró sus prejuicios contra los intelectuales, a quienes les reprochaba no ser “lo suficientemente revolucionarios”.

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