VENEZUELA TRATA DE IMPEDIR UNA CONDENA DE LA OEA CON EL APOYO DE LOS PAÍSES DEL CARIBE
MÉXICO/CARACAS (19 Junio 2017).- La crisis por la que atraviesa Venezuela volverá a
ser objeto de debate en la Organización de Estados Americanos (OEA). Previo a
la Asamblea General que se celebrará desde el martes en Cancún, este lunes los
cancilleres se reunirán en la localidad mexicana para abordar por enésima vez
la situación del país sudamericano.
Un bloque 14 países, entre ellos los de más
peso de la región, como México, Colombia, Argentina, Perú –con el respaldo de
Estados Unidos, cuyo secretario de Estado, Rex Tillerson, no acudirá- buscan
una resolución que condene de manera rotunda la actuación del Gobierno de
Nicolás Maduro y el reclamo de que no se celebre la Asamblea Constituyente.
Para ello necesitan del apoyo de los países caribeños, tradicionales aliados
del chavismo. Está previsto que al encuentro acuda la canciller de Venezuela,
Delcy Rodríguez, quien, no obstante, había anunciado su intención de retirar a
Venezuela de la OEA.
Las delegaciones seguían negociando este domingo un
consenso entre las dos resoluciones que quedaron en stand by el pasado 31 de
mayo, en el último encuentro que mantuvieron los cancilleres: la presentada por
Perú, Canadá, Estados Unidos, México y Panamá –que cuenta con el respaldo de
otros países, como Colombia y Argentina- y la del bloque de países de la
Comunidad del Caribe. Ambas piden el cese inmediato de la violencia y el inicio
de un nuevo proceso de diálogo. La diferencia radica en que la primera reclama
a Venezuela el cese de la realización de la Asamblea Nacional Constituyente y
la liberación de los presos políticos.
La aprobación de una declaración conjunta en una
reunión de cancilleres depende de que la suscriban al menos 23 de los 34
miembros, dos tercios de los países representados, todos los del continente
salvo Cuba. La tarea es ardua para el bloque de los 14 que desde hace meses
vienen mostrando su repulsa al devenir de Venezuela en distintos comunicados.
Necesitan el apoyo de al menos 9 de los 14 países que integran la Comunidad del
Caribe (Caricom), aliados tradicionales de Venezuela, especialmente desde que
Hugo Chávez impulsara Petrocaribe durante la época de la bonanza de los precios
del crudo. De no conseguirse, la otra opción que baraja esta especie de G-14 es
es aprobar un proyecto de resolución en el marco de la Asamblea General. En ese
caso necesitarían 18 votos, es decir, el apoyo de cuatro países del Caribe.
Al menos tres fuentes diplomáticas de alto nivel de
entre los 14 países que piden la anulación de la Asamblea Constituyente
coincidían en que se ha intensificado la presión hacia los países caribeños,
pero dudan de que se puedan lograr los nueve apoyos necesarios. Entre los más
partidarios a ceder se encontraban Jamaica, Barbados, Belice o Santa Lucía,
mientras que la oposición radicaba en Haití, San Vicente y las Granadinas y
Surinam, entre otros.
La canciller venezolana, Delcy Rodríguez, que tenía
previsto llegar a Cancún en la tarde del domingo, pretende evitar a toda costa
que salga adelante esta resolución. De ahí que, pese a que en abril anunció que
Venezuela saldrá de la OEA, acuda a la reunión de Cancún. Su presencia, no
obstante, incomoda a las autoridades del país anfitrión. México ha sido uno de
los países que se ha mostrado más activo en los últimos meses a la hora de
criticar el devenir de Venezuela y la actuación del Gobierno de Maduro.
“Venezuela no es una democracia”, llegó a decir recientemente el canciller,
Luis Videgaray. Las fuentes diplomáticas consultadas temen que Delcy Rodríguez
aproveche su intervención para arremeter contra México y sacar a relucir temas
espinosos para el anfitrión, como la desaparición de los 43 estudiantes de
Ayotzinapa.
Mientras, en Venezuela el Gobierno de Maduro parece
haber cogido aire en los últimos días, a pesar del contratiempo que ha supuesto
la deserción de la fiscal general. Las protestas han bajado de intensidad y el
chavismo sigue adelante en su afán de liquidar toda la resistencia con la
instalación de la Asamblea Nacional Constituyente.
Sin el vigoroso repudio en las calles disminuye la
urgencia de dialogar con la oposición, aunque la comunidad internacional
insiste en que la salida a la crisis dependerá de un proceso de diálogo. La
mediación del exjefe de gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero ha
fracasado porque no es un interlocutor confiable para la oposición. Ha sido acusado
por el gobernador del Estado de Miranda, Henrique Capriles, "como un
agente del gobierno", aunque sigue haciendo esfuerzos por ver cómo puede
ayudar a superar la crisis de Venezuela. Zapatero ha devenido en un mensajero
entre las partes porque lleva y trae propuestas entre uno y otro bando.
Un destacado exmiembro del equipo de la oposición
que dialogó con el gobierno a finales del año pasado suele asegurar que el
expresidente siempre "está sudando la camiseta". Sus logros más
evidentes son las liberaciones de los presos políticos Braulio Jatar, Francisco
Márquez y Gabriel San Miguel, estos últimos pertenecientes a Voluntad Popular,
la formación de Leopoldo López, a quien ha trasladado, por cierto, la última
oferta del gobierno: casa por cárcel, algo a lo que se ha opuesto el preso
político, según su entorno.
Unasur, la organización que actuó como facilitadora
del diálogo de 2016, luchaba hace algunas semanas por no dejar morir las
conversaciones, a pesar de que la oposición insista en que no están dadas las
condiciones. La novedad es que incorporaría una comisión que le daría
seguimiento a los acuerdos en caso de que las partes lo aceptaran.
Fuente:
EL PAÍS.ES
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