SANTO DOMINGO, República Dominicana (14 Julio 2017).- En una fecha como la de hoy, hace 15 años, murió Joaquín
Balaguer, presidente de la República Dominicana durante 24 años.
Su deceso se produjo en la madrugada a dos meses de
cumplir los 96 años de edad.
'La nación ha despertado estremecida', proclamó en
ese entonces el presidente, Hipólito Mejía, socialdemócrata, quien subrayó la
pérdida de 'uno de los más connotados líderes políticos dominicanos', a quien
también calificó como 'sostenedor de nuestra democracia'.
Balaguer, que gobernó la República Dominicana con un
estilo autoritario y paternalista al mismo tiempo, seguía siendo el personaje
más influyente en la vida política del país.
Después de 10 días hospitalizado por una úlcera
sangrante, quien fuera presidente de la República Dominicana en siete ocasiones
distintas se encontraba 'durmiendo serenamente cuando los monitores registraron
un cambio del ritmo cardiaco', según el médico Luis Rojas. Finalmente, a las
4.30, hora local (10.30 en la España peninsular), se certificó su muerte.
Los elementos de realismo mágico que caracterizaron
la vida de este político conservador, que gobernó completamente ciego y casi
inválido, se repitieron ayer en la vivienda de Balaguer, donde por expreso
deseo suyo serán expuestos sus restos hasta el próximo miércoles. Tal como él
pidió, están siendo velados fuera de un féretro, en su propia cama. Entre los
cientos de simpatizantes que se congregaron en la residencia tras hacerse
público el deceso, dos horas después de ocurrir, había muchos desharrapados
que, visiblemente consternados, blandían gallos vivos, símbolo de su partido,
el Reformista Social Cristiano (PRSC), y fotografías de campaña de Balaguer.
El coche fúnebre en que llegó el cadáver iba
conducido por el dueño de la prestigiosa funeraria local en la que fue
embalsamado, el potentado Fernando Redondo. En el control del tumulto se
fajaron personalmente el jefe de los guardaespaldas del presidente de la
República, Pepe Goico; el director de la Defensa Civil; el almirante Lora
Salcedo, y el mayor general Pedro Candelier, director de la Autoridad de
Tránsito, entre otras autoridades.
'Hemos perdido el sostén', decía en esa ocasión su
sobrino Joaquín Ricardo Balaguer, reconociendo que el PRSC se queda descabezado
y sumido en la incertidumbre. El presidente Mejía, compungido, se refirió a los
'valiosos consejos' que le brindó Balaguer hasta pocos días antes de ser
hospitalizado. 'En los últimos años Balaguer fue el equilibrio. Todos los
partidos de la oposición tuvieron que ir donde él a oír sus consejos', señaló
el senador socialdemócrata Enrique López.
Odiado y amado a partes iguales, Balaguer, hijo de
catalán, fue repetidamente acusado de asesinatos y desapariciones de centenares
de opositores de izquierda durante sus gobiernos, especialmente durante los
llamados sangrientos doce años, de 1966 a 1978. En una encuesta realizada en
1994, un 75% de los dominicanos le otorgaba 'poderes sobrenaturales'. En sus
memorias, escritas en 1988, 'casi al borde del sepulcro', según él, dejó una
página en blanco, con instrucciones de que la rellenaran a su muerte, sobre el
asesinato del periodista Orlando Martínez, una de las víctimas de sus
gobiernos.
Balaguer inició su vida pública a finales de los
años veinte. Durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo fue secretario de
la Embajada dominicana en Madrid entre 1932 y 1935. Tras ocupar puestos
relevantes en la tiranía de Trujillo, inauguró en 1966 sus presidencias en una
democracia condicionada por la guerra fría. Durante 12 años ininterrumpidos
anuló por todos los medios a la oposición. Perdió las elecciones de 1978 y 1982
frente a los socialdemócratas. Volvió a ganar en 1986, 1990 y en 1994. Ese año,
ante un escandaloso fraude electoral, se vio forzado a celebrar elecciones en
1996, a las que no se presentó. Volvió a postularse en 2000 y quedó en segunda
posición.
No hay comentarios.: