COMERCIO EXTERIOR AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE MUESTRA SIGNOS DE RECUPERACIÓN Y CRECERÁ
SANTIAGO, Chile (30 Octubre 2017).- América Latina y el Caribe dejará atrás en 2017
media década de caídas de los precios de su canasta de exportación y de un
débil aumento del volumen exportado y logrará un crecimiento de 10% en el valor
de sus envíos de bienes al exterior, según nuevas estimaciones entregadas hoy
por la CEPAL en Santiago de Chile.
La Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (CEPAL) dio a conocer hoy su informe anual Perspectivas del Comercio
Internacional de América Latina y el Caribe, 2017 (anteriormente conocido como
Panorama de la Inserción Internacional de América Latina y el Caribe), en el
que señala que las importaciones de la región también se recuperarán, tras
cuatro años de caídas de su valor, ya que se proyecta que crezcan un 7% en
2017.
Si bien se observa una gran incertidumbre en los
ámbitos macroeconómico, tecnológico y geopolítico a nivel internacional, han
contribuido al repunte del comercio de América Latina y el Caribe el mayor
dinamismo de la demanda agregada en algunos de sus principales socios comerciales,
la recuperación del crecimiento en la propia región —que se espera crezca 1,2%
en 2017 y 2,2% en 2018, tras dos años de recesión—, el mayor precio de varios
de sus productos básicos de exportación, y el desmantelamiento de restricciones
arancelarias y no arancelarias en algunos de sus países, señala el informe.
Según el documento, la recuperación de las
exportaciones regionales estará liderada en 2017 por los envíos a China y al
resto de Asia (23% y 17% de aumento en valor, respectivamente), mientras que
los envíos destinados a Estados Unidos y a la propia región tendrán una
expansión cercana al promedio (9% y 10%, respectivamente). En tanto, las ventas
a la Unión Europea serán menos dinámicas (con un 6% de aumento).
En cuanto al comercio al interior de la región, se
espera también un repunte en todas sus subregiones, especialmente en América
del Sur. Para el año en su conjunto, se proyecta un crecimiento del valor de
las exportaciones intrarregionales de un 10%. El peso de éstas en los envíos totales
de la región al mundo alcanzaría un 16,8%, nivel inferior al máximo de casi un
22% alcanzado en 1994, indica el reporte.
El estudio agrega que el comercio intrarregional
ofrece un gran potencial para las exportaciones de manufacturas y, en general,
de productos de mayor elaboración. “Esto pone de relieve la urgencia de
profundizar la integración regional, más aún considerando el reciente giro de
la política comercial de los Estados Unidos y la incertidumbre asociada a la
renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)”,
señala.
En la actual edición de Perspectivas del Comercio
Internacional de América Latina y el Caribe, la CEPAL analiza además el
desempeño del comercio de servicios modernos de la región, es decir, aquellos
de alto valor agregado e intensivos en el uso de tecnologías de la información
y las comunicaciones (TICs). esta categoría se incluyen, entre otros, los
servicios de telecomunicaciones, informática, los servicios financieros, los
seguros y servicios de pensiones, las regalías por el uso de propiedad
intelectual y diversos servicios empresariales. Varias de estas actividades
ofrecen a los países de la región interesantes oportunidades de atracción de
inversión extranjera, por ejemplo vinculada a procesos de outsourcing.
Según el documento, en este ámbito América Latina y
el Caribe sigue siendo un actor marginal. Su participación en las exportaciones
mundiales del total de servicios en 2016 fue de apenas un 3,1%, comparada con
un 5,6% en las exportaciones mundiales de bienes. Específicamente, su cuota en
la exportación de servicios modernos fue de solo 1,8%.
“El dinamismo exportador de la región depende de la
puesta en marcha de políticas públicas activas de largo plazo. Se necesitan
también estrategias público-privadas con objetivos claros para promover el
capital humano y el ecosistema digital, incentivar las exportaciones y la
atracción de inversión extranjera directa, así como profundizar la integración
regional en servicios”, indicó Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la
CEPAL, durante la conferencia de prensa en la que se presentó el informe.
En su tercera parte, el documento aborda los
desafíos de América Latina y el Caribe frente al comercio agropecuario mundial.
Se constata que la región en su conjunto es exportadora neta de productos
agrícolas. El peso del sector agropecuario en las exportaciones regionales ha
aumentado fuertemente en este siglo, pasando del 17% en 2000 al 26% en 2016. En
tanto, la participación de la región en las exportaciones agropecuarias
mundiales también ha crecido, aunque en menor medida: del 10% en 2000 al 13% en
2016.
En este sentido, el organismo regional de las
Naciones Unidas destaca que las exportaciones agropecuarias de América Latina y
el Caribe mostraron una resiliencia mayor que sus envíos totales en el período
2012-2016, el de peor desempeño exportador de la región desde la década de
1930: mientras que en tal período el valor de las exportaciones agropecuarias
regionales disminuyó solo un 1%, la contracción del total de sus exportaciones
fue de un 21% como resultado de cuatro años consecutivos de caídas.
Las cifras incluidas en el estudio muestran una alta
heterogeneidad en la región. En el último decenio, América del Sur ha originado
en promedio el 80% del valor de las exportaciones agropecuarias de toda la
región, México el 11%, Centroamérica el 7% y el Caribe solo el 1%. La canasta
exportadora regional está claramente dominada por los productos básicos como el
azúcar, el café sin tostar ni descafeinar, los porotos y tortas de soja, el
maíz y la carne bovina congelada. Por el contrario, la región presenta un pobre
desempeño exportador en productos elaborados.
Según la CEPAL, la alta concentración actual en
materias primas impone el urgente desafío de “descomoditizar” la canasta de
exportaciones, tal como ocurre en otros sectores vinculados con los recursos
naturales. Para ello resulta indispensable desarrollar atributos
diferenciadores, tales como calidad, marca, trazabilidad, inocuidad y
certificaciones internacionales (de producción orgánica, comercio justo o baja
huella ambiental, entre otras), que permitan alcanzar precios más altos en los
mercados mundiales, indica el organismo. Asimismo, se requiere generar
condiciones más propicias para procesar en la región aquellos productos que hoy
se exportan casi exclusivamente en forma bruta. Para todo ello resultan
indispensables políticas industriales más activas, implementadas en el contexto
de alianzas público-privadas.
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