LOS ESTADOS UNIDOS RECONOCE FORTALEZA DE LA ECONOMÍA DOMINICANA EN 10 AÑOS DEL DR-CAFTA
SANTO DOMINGO, República Dominicana (22 Noviembre
2017).- Robert Copley, encargado de Negocios de la embajada de Estados Unidos, al
comparecer ante la matrícula de la Cámara Americana de Comercio de la República
Dominicana (AMCHARD), resaltó este miércoles el crecimiento de la fortaleza de
la economía dominicana.
Dijo que ese repunte de la economía está sustentado en
gran medida en el Tratado de Libre Comercio de República
Dominicana-Centroamérica, o DR-CAFTA, como es conocido.
Copley reconoció que la economía dominicana es la
que más crece en Latinoamérica.
Alternativasnoticiosas.com
deja a sus lectores la exposición del Encargado de Negocios de la Embajada estadounidense
en Santo Domingo.
Gracias a la Cámara Americana de Comercio, o
AMCHAMDR por ser un socio firme para nuestra misión y un defensor de los
intereses comerciales de los Estados Unidos en la República Dominicana. Así
como por el avance del Tratado de Libre Comercio de República
Dominicana-Centroamérica, o DR-CAFTA.
Para ser completamente transparente, les voy a poner mi conclusión sobre
la mesa desde el principio. Es la
siguiente: el acuerdo DR-CAFTA es y
seguirá siendo la piedra angular de nuestra relación económica, por ser
mutuamente beneficiosa, pero los avances que hemos logrado hasta la fecha no
son suficientes. Quizás no todos estarán
completamente de acuerdo conmigo, pero dado que estamos celebrando el décimo
aniversario del Tratado, considero particularmente apropiado que hagamos una
pausa para considerar dónde estamos hoy; y luego contemplar lo que nosotros,
como dos naciones con profundos lazos históricos, culturales y comerciales,
debemos hacer en los próximos diez años.
Entonces, ¿dónde estamos hoy con el DR-CAFTA? bueno, la economía de los Estados Unidos se
mantiene fuerte según la mayoría de los indicadores. Por ejemplo, el índice de
Standard & Poor 500, ha crecido aproximadamente un 22% en comparación con
el año pasado y casi se ha duplicado desde que el acuerdo entró en vigor.
En otro importante ejemplo, el desempleo en mi país
ha caído en casi un 4%. Por aquí, la
economía dominicana también muestra una tendencia a seguir subiendo en la
mayoría de los indicadores, y refleja la más alta tasa de crecimiento de la
región en los últimos años. El
crecimiento continuo se proyectó en un 4.75 %, tasa que sigue siendo la más
alta en la región. Mi argumento es que
el DR-CAFTA contribuyó de manera importante a este crecimiento. Desde su inicio en 2007, el comercio
bilateral entre nuestros países ha aumentado en 2,100 millones de dólares. En 2015, la Oficina del Representante
Comercial de los Estados Unidos estimó que el intercambio comercial entre todos
los países del DR-CAFTA y los Estados Unidos estaba valorado en más de 53 mil
millones de dólares.
Las exportaciones globales dominicanas han
aumentado. La inversión extranjera
directa hacia la República Dominicana se ha duplicado. El Producto Interno
Bruto de la República Dominicana ha crecido en un 44%. Durante los últimos diez años, el sector de
exportación dominicano se ha diversificado significativamente, todos ustedes
han avanzado para mejorar el clima empresarial, modernizando las prácticas
comerciales y mejorando instituciones económicas esenciales.
La implementación del DR-CAFTA conllevó cambios
sustanciales en las leyes dominicanas.
Leyes vinculadas a la resolución de conflictos, a los derechos
laborales, a la protección medioambiental, a los procesos de compras
gubernamentales, de telecomunicaciones, competencia, impuestos y transparencia
fiscal. Con esos cambios legales,
llegaron los cambios institucionales, que incluyen un mayor fortalecimiento de
los derechos de propiedad y de protección laboral. Asimismo, se han conformado más dinámicas
sobre derechos de propiedad intelectual y una oficina antimonopolio. Estos cambios institucionales no deben ser
subestimados. Los beneficios que hemos
experimentado hasta la fecha, producto del DR-CAFTA, se perciben principalmente
en las mejoras institucionales.
Pero las mejoras no solamente son de
percepción. Permítanme ofrecer una cifra
concreta: según la Comisión Económica de
las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (la CEPAL), la inversión
extranjera directa que fluye hacia la República Dominicana se ha duplicado, de
aproximadamente 1,000 millones en 2005 a 2,200 millones en 2015.
Y hay otras cifras importantes. Por ejemplo, el intercambio comercial de la
República Dominicana, en su totalidad, ha experimentado un crecimiento de un
143% durante los últimos diez años, aumentando de $6,000 millones a $14,500 millones de dólares. En los primeros diez años del DR-CAFTA, su
gobierno estima que las exportaciones agrícolas de la República Dominicana a
los Estados Unidos incrementaron en más del 90% a casi $920 millones de
dólares. Los productos de cacao han sido los que más rápidamente han crecido,
con un valor que se ha duplicado desde 2006.
Y las exportaciones de frutas y vegetales dominicanos también se han
duplicado. En los últimos años, aproximadamente
un 60% de las exportaciones agrícolas de los Estados Unidos hacia la República
Dominicana fueron utilizadas como insumos por los agricultores, ganaderos y
procesadores locales.
Esto ha generado empleos y mejores ingresos para los
dominicanos. Y desde mi país también reconocemos que hay mucha oportunidad
aquí. En sentido general, los
estadounidenses consideran a la República Dominicana un lugar idílico como
destino de vacaciones, como lo demuestra el hecho de que más de 2 millones de
turistas estadounidenses visiten cada año.
Personalmente he tenido la oportunidad de disfrutar
de Bahía de las Águilas en el suroeste, Puerto Plata y Cabarete en la costa
norte, y Punta Cana en el este. No me
cabe la menor duda de que hay enorme potencial aún no desarrollado en esta
parte vital de la economía dominicana.
La inversión de Amber Cove en Puerto Plata es un gran ejemplo. Una inversión de 87 millones de dólares y ya
más de 300,000 visitantes en tan sólo un año y medio. El aeropuerto de Montecristi acaba de recibir
su primer vuelo desde los Estados Unidos hace unas semanas … en verdad, las
oportunidades son ilimitadas.
Yo sospecho, que este público está mucho más
familiarizado que yo con todo lo que acabo de decir. Pero aquí es donde nos encontramos con 10
años de experiencia con el DR-CAFTA, en noviembre de 2017. Y es un buen lugar – una muy buena
noticia. Seguramente habrá mejores
noticias en el corto plazo dado nuestro impulso y trayectoria actual. Pero, ¿qué tenemos que hacer, como vecinos y
socios para garantizar que los próximos diez años sean aún mejor que los
primeros diez años? Si estoy en lo
correcto y los buenos resultados que hemos logrado hasta la fecha no son
suficientes, entonces ¿qué más tenemos que hacer? Yo planteo que todavía hay un largo camino
por recorrer.
La actual administración de los Estados Unidos ha
sido coherente en su expresado deseo de crear más empleos en los Estados Unidos
y hacer crecer la economía estadounidense.
El DR-CAFTA es parte de eso porque en nuestra perspectiva, el acuerdo ha
sido beneficioso para los dos países.
Los Estados Unidos ha sido un socio de buena voluntad, en cuanto al
cumplimiento de los términos del acuerdo, tal como fueron redactados, y ha
invertido cuantiosos recursos para ayudar a los dominicanos a modernizar y
mejorar sus prácticas comerciales.
Aunque es cierto que hasta la fecha las
exportaciones dominicanas a los Estados Unidos no han crecido en la misma
magnitud que las importaciones dominicanas desde los Estados Unidos, también es
cierto que las exportaciones dominicanas al resto del mundo han crecido
sustancialmente, debido en gran parte a las mejores prácticas comerciales
introducidas por el DR-CAFTA. Y seguimos tratando de ayudar a nuestros socios a
identificar, captar e ingresar a mercados emergentes. Hace poco visité una finca en La Vega que
forma parte de uno de nuestros programas, cuya inversión de 40 millones de
dólares, se destina a apoyar las cadenas de valor dominicanas de ganado,
productos lácteos, frutas y vegetales para acceder a mercados extranjeros.
Aquí tengo que notar que no puedo decir que la
voluntad de facilitar el acceso a los mercados siempre haya sido correspondida.
Frecuentemente, escucho ejemplos de importadores dominicanos que luchan por
importar productos lácteos y otros productos estadounidenses debido a barreras
técnicas y burocráticas que contradicen el espíritu del acuerdo. Sin embargo, seguimos creyendo en la
fortaleza de nuestra colaboración como socios comerciales.
La gran promesa del DR-CAFTA hacia el futuro es
proporcionar el marco legal e institucional que nos permita continuar creciendo
juntos, desarrollando nuestras ventajas comparativas. Necesitamos redoblar nuestros esfuerzos
porque tenemos que abordar desafíos importantes, muchos de los cuales no tienen
soluciones simples, y tenemos que hacer esto frente a una competencia global
que es incesante. Como escribió el
exembajador dominicano para los Estados Unidos, Bernardo Vega en su artículo
publicado en Hoy, el pasado 31 de octubre: “más sano, inteligente, y de visión
a largo plazo sería fijarnos en lo mal que quedamos en los índices
internacionales sobre corrupción, ineficiencia y competitividad y analizar cómo
mejorar …”
Entonces, a medida que nos preparamos hacia los
próximos 10 años, me dirijo a ustedes, miembros del AmChamDR, que entienden las
importantes inversiones que mis compatriotas ya han hecho en este país; y las
inversiones aún mayores que se necesitan y pueden conseguir, en mi opinión,
dada la base sólida establecida por el DR-CAFTA. Me dirijo a ustedes que son líderes en el
sector privado y el sector público dominicano, buscando su compromiso y su
ayuda para responder a tres preguntas difíciles. Es mi opinión que la manera en que la
República Dominica responda a esas preguntas va a definir cuan exitosos podemos
ser y quizás más allá de los próximos 10 años.
La primera pregunta es la más importante, ¿cómo
puede la República Dominicana reducir de manera significativa la
corrupción? La segunda y la tercera no
les vendrán como una sorpresa: ¿cómo puede la República Dominicana aumentar su
competitividad y tercera, ¿cómo mejorar la seguridad de sus ciudadanos? Cómo todos saben aquí, estas preguntas son
fáciles de formular pero difíciles de responder. Extremadamente difícil de responder. Y aquí
quiero ser absolutamente claro – el papel de mi país como amigo, aliado, y
socio de su país no es responder estas preguntas por los dominicanos. No es nuestro lugar, aunque sí tenemos el
interés en ayudarles a fortalecer sus instituciones y también tenemos interés
en la salud de su economía y su democracia.
En esta situación, lo único que puedo ofrecer es que yo sé que la
fortaleza de las instituciones en los Estados Unidos es lo que impulsa la
confianza de los inversionistas.
Volviendo a las preguntas, sobre la corrupción, no
voy a extenderme mucho porque ustedes saben mejor que yo la gravedad de la
situación. Las encuestas, las noticias,
y todos los demás indicadores nos dicen que los dominicanos están hartos de la
corrupción. La República Dominicana
clasificó en el lugar 120 de 176 en el Índice de Percepción de la Corrupción de
2016 por una ONG respetada. La
corrupción sigue siendo un lastre importante para el crecimiento, no sólo aquí,
sino en toda la región y el mundo. Esta
les roba a los negocios la predictibilidad de los consumidores y daña la
capacidad del gobierno para promover una buena política económica. Ningún país está libre de corrupción y ningún
país puede decir que está haciendo lo suficiente para combatir sus efectos.
Las revelaciones en el caso de Odebrecht han
demostrado que millones de dólares, los cuales podrían haber apoyado la
educación, la infraestructura y el desarrollo, se desviaron hacia la
corrupción. Estas pérdidas tienen que
ser confrontadas y estas tendencias tienen que ser revertidas si queremos
continuar un crecimiento económico durante los próximos diez años. Mi gobierno está listo para trabajar con el
de ustedes, ya sea promoviendo el uso de herramientas como el portal de
transparencia fiscal en el Ministerio de Hacienda o cooperando en
investigaciones llevadas por su sistema judicial, y mi Embajada aguarda
ansiosamente su compromiso, al igual que socios y aliados clave en esta lucha.
No podemos hablar de competitividad sin hablar de
educación. Como amigo y socio de la
República Dominicana, es preocupante ver que, según el Informe de
Competitividad Global del Foro Económico Mundial, la República Dominicana
clasificó 123 de 138 países en la calidad de su educación primaria, obteniendo
un bajo puntaje en competitividad.
Claramente, hay que trabajar en eso y es evidente que el gobierno
dominicano lo reconoce. Aplaudimos el
enfoque en la educación del gobierno del Presidente Medina. Tomará todo nuestro esfuerzo y quizás un poco
más de diez años, enfocándonos todos en mejorar la calidad de la educación para
cambiar la situación. Tal como dijo el
Ministro Navarro desde este podio recientemente. Por nuestra parte, estamos contribuyendo con
programas de alfabetización y desarrollo de profesores de inglés.
Las historias de PUCMM, UNPHU, APEC, INTEC e ISA son
testimonio de nuestro compromiso con la educación dominicana. Tuve la
oportunidad de visitar el ISA en Santiago recientemente y vi los frutos de lo
que alguna vez fue una colaboración entre el Cuerpo de Paz, USAID, la Fundación
Ford y la Universidad Texas A & M.
Hoy más que nunca, una fuerza laboral educada y
calificada conduce a la innovación; y la innovación es la vía para lograr ser más
competitivo. Se necesitan de grandes inversiones en el sector de educación,
especialmente en las áreas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas
(conocidas como STEM por sus siglas en Inglés).
La mejora de experiencia y experticia en los campos de
STEM posicionará mejor a la República Dominicana en una economía futura,
probablemente dominada por campos técnicos.
Los dominicanos con mayores niveles de educación
generan empleos y crean oportunidades de inversión, a todos los niveles de la
cadena de distribución: desde el colmado
y las microempresas, hasta las grandes fábricas que emplean a cientos de
dominicanos. Una población educada es la
base de un país saludable, seguro y próspero.
Mirando hacia el futuro, dentro de diez años, sabemos que no podemos
mantener el nivel de crecimiento y el éxito de la República Dominicana sin
contar con una población educada.
Finalmente, la tercera gran pregunta o reto que
tenemos que enfrentar es la preocupación por la seguridad ciudadana. Los datos de las encuestas constantemente
reflejan esta verdad que vemos en los titulares de los medios todos los
días. Como amigo, compañero y vecino,
nos preocupa el aumento de la tasa de delincuencia que afecta a los
dominicanos. Mi personal en la Embajada
recibe llamadas diariamente de ciudadanos estadounidenses afectados por la
delincuencia. Varios posibles
inversionistas me han expresado la misma preocupación. La criminalidad pone en peligro la economía
dominicana en todos los niveles. Es
esencial que todos los que viven o visiten aquí puedan disfrutar de una isla
segura y próspera; y la solución debe encontrarse lo antes posible. En el caso de la seguridad, no tenemos el
lujo de no buscar soluciones en los próximos diez años. La falta de seguridad afecta todo y eventualmente,
hasta la inversión desaparece.
Pero la situación no tiene que ser así. Mi esposa Yanira y yo hemos sido los
receptores de la exuberante hospitalidad dominicana. Según mi experiencia, los
dominicanos son esencialmente personas cálidas, abiertas, acogedoras y
divertidas. Esta plaga de la inseguridad
es una acción sistemática de fuerzas mayores que deben y pueden ser erradicadas
colectivamente, incluyendo la reducción de la demanda de drogas de los Estados
Unidos, que reconocidamente comprende el centro mismo de la criminalidad en
nuestra región. Vale la pena señalar
aquí que el gobierno de los Estados Unidos destinó más de 9,000 millones de
dólares el año pasado en programas de reducción de la demanda de
estupefacientes y en tratamiento de adictos en los Estados Unidos. En otras palabras, estamos haciendo un gran
esfuerzo en mi país.
Pero también estamos ayudando aquí en la República
Dominicana. Trabajamos con la Policía
Nacional para su profesionalización. De la misma manera, contribuimos a la
creación del sistema de emergencias 911.
Y nos da mucho orgullo ver que ya ha ayudado a tantos dominicanos en
situaciones de emergencia. Me es
particularmente grato ver que el sistema 911 también ha logrado una reducción
de la violencia en Santo Domingo y Santiago.
En los próximos años, debemos expandir estos avances y continuar
explorando cómo podemos colaborar para sacar el tema de la seguridad de su
posición entre las preocupaciones más importantes del pueblo dominicano. Como todos los empresarios saben muy bien,
las personas preocupadas por su seguridad no salen a pasear, no gastan, y no
hacen crecer su economía.
Pero quiero asegurarles de que tengo fe en que sí
vamos a lograr cambios positivos. Tengo
fe que la República Dominicana sí va a responder a las preguntas
difíciles. Tengo fe porque he visto
voluntad política de parte de ustedes y de su gobierno. Más aún, tengo fe porque he visto la
profundidad de nuestros intereses compartidos.
En diez años, espero que todos podamos mirar atrás a este momento e
identificarlo como un punto crucial para la República Dominicana. Que sea este el momento en el que las
posibilidades económicas comenzaron a convertirse en realidades para todos los
dominicanos. Que sea este el momento en
que el país se alejó de las garras de la corrupción, el crimen generalizado, y
los bajos estándares educativos.
Necesito que todos ustedes trabajen conmigo para
lograr ese fin. Entiendo que estoy hablando con un público conocedor de las
realidades. Pero ese es mi solicitud
para ustedes.
Comprométanse con nosotros y aprovechen nuestras
fortalezas. Sé que trabajando juntos,
podemos construir sobre la base sólida que tenemos en el DR-CAFTA y hacer
realidad nuestras aspiraciones en los próximos diez años.
Me siento orgulloso de la relación positiva que
disfrutamos los Estados Unidos y la República Dominicana; y soy muy optimista
con respecto a nuestro futuro compartido. Sabemos qué hay que hacer. Sabemos
cómo hacerlo y quiero que sepan que ustedes tienen en nosotros un fiel aliado,
siempre dispuesto a ayudarles. Entonces,
Let’s do it!!
Muchas gracias y a todos les deseo un ¡Happy
Thanksgiving!
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