COMISIÓN INTERAMERICANA PRESENTA "EL INFORME SOBRE POBREZA Y DERECHOS HUMANOS EN AMÉRICA"
WASHINGTON (6 Diciembre 2017).- La Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presenta el “Informe sobre pobreza y
derechos humanos en América”, el primer informe temático en abordar esta
materia.
En la última década se lograron importantes avances
en la región en materia de derechos sociales, económicos, culturales y
ambientales (DESCA), que permitieron a grandes sectores de la población salir
de la pobreza y la pobreza extrema. Sin embargo, estos logros se encuentran hoy
en riesgo de retroceso. A través de este informe, la Comisión Interamericana
busca contribuir a los esfuerzos para reducir y erradicar la pobreza en
América, con recomendaciones orientadas a mejorar y fortalecer la legislación,
las políticas y acciones de los Estados a fin de garantizar que los derechos
humanos de las personas que viven en la pobreza sean debidamente respetados y
protegidos.
La CIDH observa con preocupación que la persistente
situación de pobreza y pobreza extrema en los Estados Miembros de la
Organización de los Estados Americanos (OEA) se traduce en graves obstáculos
para el goce efectivo de los derechos humanos. La CIDH ha constatado en sus
visitas a países que las personas que viven en la pobreza enfrentan obstáculos
geográficos, económicos, culturales y sociales para ejercer sus derechos.
En muchas regiones, las personas en situación de
pobreza, viven alejadas de los lugares de trabajo, de las plazas comunales, de
los mercados y se les dificulta el acceso a los servicios públicos, tales como
agua potable, saneamiento, red de energía, centros de salud, escuelas y a las
instituciones que prestan servicios sociales. Asimismo, en ocasiones, se ven
expuestas a recorrer largas distancias y transitar por caminos,
infraestructuras y carreteras en mal estado, poniendo en peligro su propia
vida.
Estos obstáculos que enfrentan cotidianamente las
personas, grupos y colectividades que viven en situación de pobreza se
amalgaman entre sí, generando condiciones de trabajo degradantes y peligrosas,
viviendas insalubres, alimentación inadecuada, riesgo a sufrir enfermedades,
exposición a la violencia, acceso desigual a la justicia, y baja o ninguna
participación en los procesos de toma de decisiones pertinentes a su condición.
Esta situación afecta particularmente a grupos
históricamente discriminados, tales como las mujeres, niños, niñas y
adolescentes, pueblos indígenas, poblaciones afrodescendientes, migrantes,
personas privadas de libertad, personas con discapacidad, población LGBTI y
personas mayores. La CIDH urge a los Estados considerar los factores de riesgo
que enfrentan estas personas y desarrollar políticas sociales para responder y
remediar su situación de pobreza, así como enfrentar activamente las múltiples
formas de discriminación que han sufrido históricamente.
Los Estados tienen la obligación de adoptar pasos
deliberados, concretos y orientados a cumplirlas para avanzar en la
erradicación de la pobreza en América. Deben abordar la problemática de la
pobreza desde un enfoque de derechos humanos, desarrollando estrategias para
garantizar los derechos al trabajo digno, salud, alimentación, vivienda, y
educación, garantizando el empoderamiento económico y social de las personas
que viven en pobreza. Deben asimismo posibilitar la participación de las
personas que viven en situación de pobreza, tomando en cuenta sus experiencias
y perspectivas.
La CIDH y la Relatoría Especial para los Derechos
Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (REDESCA) reafirman su
compromiso de colaborar con los Estados americanos en la elaboración e
implementación de políticas públicas con enfoque en derechos humanos para
garantizar una vida digna a las personas que viven en la pobreza y lograr progresivamente
la plena erradicación de la pobreza en el hemisferio.
La CIDH es un órgano principal y autónomo de la
Organización de los Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de
la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La Comisión
Interamericana tiene el mandato de promover la observancia y la defensa de los
derechos humanos en la región y actúa como órgano consultivo de la OEA en la
materia. La CIDH está integrada por siete miembros independientes que son
elegidos por la Asamblea General de la OEA a título personal, y no representan
sus países de origen o residencia.
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