OSVALDO SANTANA PERIODISMO ES UN PRIVILEGIO; LLAMA DEROGAR PRISIÓN POR DELITO DE PRENSA
SANTO DOMINGO, República Dominicana (6 Diciembre
2017).- “En República Dominicana, ejercer el periodismo es un privilegio; en
otras latitudes, puede costar la vida”. La afirmación la hizo el consagrado
comunicador Osvaldo Santana al recibir el Premio Nacional de Periodismo 2017.
Durante la emotiva ceremonia de entrega, encabezada
por el presidente Danilo Medina, en el Salón Las Cariátides del Palacio
Nacional, citó el caso de los periodistas mexicanos.
“Los periodistas mexicanos están luchando por la
vida. Nueve periodistas han sido asesinados este año. En 2016 abatieron once.
Ayer, 39 medios de comunicación emitieron un comunicado en el que denunciaron
la dramática inseguridad que sufren por acciones del narcotráfico o por cuenta
de funcionarios corruptos”.
Expresó que, en República Dominicana, esos tiempos
han quedado atrás. “Disfrutamos de un ambiente de libertad y tolerancia, lo
cual debemos admitir”.
Puntualizó que “de todos modos, para alcanzar el
peldaño en que nos encontramos, hemos acompañado al pueblo dominicano en sus
luchas por la democracia y la libertad. En cada época, los periodistas han
realizado sus aportes, incluso, con su sangre”.
“Pero esa lucha de los dominicanos ha sido parte de
la larga cadena de eventos que ha debido protagonizar la humanidad para que
impere la justicia, y vivamos un mundo de mayor equidad que todavía nos
empeñamos en construir”.
En ese contexto, valoró la libertad de expresión
como un producto social e histórico que se establece en la medida en que la
civilización humana alcanza niveles de convivencia afirmados en los valores de
la cultura democrática.
“Asumirla como un valor de la democracia ha sido la
suma de las luchas sociales para el establecimiento de un régimen fundamentado
en la justicia social”.
Abogó por propiciar un ambiente que fomente el flujo
y al acceso de información de parte de los ciudadanos, para que se constituya
en una herramienta para el conocimiento y para el análisis crítico.
“Lo anterior se afirma en el criterio de que en la
democracia el gobierno debe ser un reflejo del sentir de la mayoría de la
población, y como tal, queda sometido a su vigilancia y control. Es el
principio de la soberanía popular de donde dimana el poder”.
Planteó que, en esa perspectiva, la libertad de
expresión no es una concesión, sino un producto sustentado en la creación de
instituciones, la primera de todas, el Estado, que se afirma en la ley
fundamental, que es la Constitución de la República y en las leyes adjetivas
que le dan forma y sustento.
“La Constitución garantiza su permanencia y
continuidad, y va a depender de la fortaleza de las instituciones, amparadas en
un amplio campo legal”.
Explicó que, para llegar a ese estadio, ha sido
necesario superar barreras para dejar atrás las formas opresivas de dominación,
mediante las cuales los gobiernos de fuerza ejecutaban políticas arbitrarias,
sin considerar los derechos de las personas.
En ese sentido, citó una serie de hitos: el
vencimiento de la esclavitud, la erradicación de la servidumbre medieval y el
gradual establecimiento de regímenes de derechos sociales y políticos que
respetan la condición humana.
De igual modo, la Declaración de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano, del 26 de agosto de 1789, en Francia.
“Afirmó los paradigmas libertarios que casi en
paralelo se incubaban en los Estados Unidos. Todo el articulado de esa
declaración implica un nuevo estadio de libertad y fundamento para el
desarrollo de la democracia”.
Otro hito mencionado por Osvaldo fue la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, proclamada por la Asamblea General de las
Naciones Unidas, el 10 de diciembre de 1948.
“Constituyó un antes y un después, y sentó las bases
para el fortalecimiento de la democracia a nivel global, y con ella, todo un
sistema de derechos y valores esenciales para los seres humanos. Es un estatuto
de derechos, que marcó una nueva etapa en la civilización de la humanidad”.
Asimismo, el Pacto Internacional sobre los Derechos
Civiles y Políticos aprobado por la resolución del 16 de diciembre de 1966, por
la Asamblea General de las Naciones Unidas.
“Se expresa en términos similares, pero recuerda que
el ejercicio del derecho a la libertad de expresión ‘entraña deberes y
responsabilidades especiales’”.
Santana destacó, además, la Convención Americana
sobre los Derechos Humanos, conocida también como Pacto de San José, Costa Rica
y la Declaración de Principios sobre la Libertad de Expresión adoptada por la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en octubre del año 2000.
En el caso de la Constitución dominicana, hizo
mención del artículo 49 sobre la libertad de expresión e información: “Toda
persona tiene derecho a expresar libremente sus pensamientos, ideas y
opiniones, por cualquier medio, sin que pueda establecerse censura previa”.
“Todo este legado de la humanidad al campo del
ejercicio de los derechos debe ser profundizado. Debemos seguir construyendo
nuevos espacios para avanzar en el ejercicio de las libertades y no deberían
existir medios que se constituyan en mecanismos de presión que tiendan a
limitarlas”.
Solicita
proyecto de ley para derogar prisión por delitos de prensa
En ese contexto, solicitó al presidente Danilo
Medina presentar un proyecto de ley dirigido a derogar el régimen de prisión
por delitos de prensa contenido en el Código Penal Dominicano y en la ley 6132 de
Expresión y Difusión del Pensamiento.
“Los dominicanos daríamos un paso hacia adelante si
introducimos reformas a la ley 6132 sobre libertad de Expresión y Difusión del
Pensamiento y al Código Penal, nueva o vieja versión, para eliminar la prisión
por los delitos de palabra, toda vez que su vigencia constituye una amenaza a
la libertad de expresión”.
Argumentó que la existencia en algunos países, entre
ellos República Dominicana, de un régimen de sanciones que incluye la prisión
por el ejercicio del derecho a la expresión constituye una rémora que debe ser
superada.
“La sanción penal por los delitos de palabra es un
anacronismo que no se compadece con la democracia que los dominicanos tratamos
de construir en estos tiempos”.
Consideró que lo que debe robustecerse en el país es
un régimen de sanción civil por daños y perjuicios a las personas cuando
efectivamente hayan sido víctimas de difamación o de injuria.
“En tiempos en que la comunicación se torna más
horizontal y los ciudadanos están en mayor capacidad de recibir y emitir
contenidos, lo que amplía el campo de ejercicio de la libertad de expresión, lo
conveniente es despenalizar los delitos de palabra o de prensa”.
Propugnó por que esta iniciativa se lleve a cabo
siempre que no se atente contra la Constitución, las instituciones de la
República, la seguridad nacional, o se incite a la guerra o al odio nacional,
racial o religioso.
“Los procesos judiciales por los delitos de palabra
estarían orientados exclusivamente a restaurar la honra y el daño causados. La
acción civil por daños y perjuicios sería la vía reparadora por excelencia”.
Expresó que la acción civil resultaría más eficiente
“que una inútil prisión negadora del derecho a la libertad, el bien más
preciado, después de la vida”.
Durante su discurso al recibir el Premio Nacional de
Periodismo 2017, el director del periódico El Caribe dedicó sus primeras
palabras a agradecer a los miembros del Jurado.
Igualmente, a sus compañeros de trabajo de El
Caribe, así como a los ejecutivos y propietarios, y a todos los colegas con los
que ha compartido en el ejercicio profesional. “De una u otra forma han
contribuido a mi formación y desarrollo”.
“Agradecer a todas aquellas personas e instituciones
que desde el mismo momento en que recibí la noticia sobre el Premio me llamaron
con entusiasmo.
Desde los viejos compañeros de los tiempos
universitarios, de la lucha por la libertad, la democracia, la independencia y
la utopía socialista y aquellas personas que siempre me han dispensado sus
afectos”.
También manifestó su gratitud a las instituciones
organizadoras del Premio: El Colegio Dominicano de Periodistas, el Ministerio
de Educación y al presidente Danilo Medina, por hacerle entrega del galardón
que reconoce sus 50 años de trayectoria profesional.
“Recibir un reconocimiento de este tipo entraña una
profundización en el nivel de compromiso y responsabilidad con el ejercicio de
la profesión y en el cumplimiento de los deberes ciudadanos”.
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