LA DOMINICANA ANA JULIA QUEZADA INSULTABA A GABRIEL MIENTRAS TRASLADABA SU CADÁVER
BARCELONA (16 Marzo 2018).- Ana Julia Quezada fue la
principal sospechosa de la desaparición de Gabriel Cruz desde el primer
momento. Y nueva prueba de ello es que la Guardia Civil solicitó al juez que
dirigía la investigación colocar micrófonos en los distintos vehículos de la
familia del niño y que utilizaba indistintamente la mujer.
Uno de esos sistemas de escuchas en el Nissan Pixo
que habitualmente conducía la mujer y en el que se encontró el cadáver del
pequeño permitió a los investigadores escuchar las “expresiones vejatorias”
contra la víctima, mientras conducía, primero dando vueltas absurdas sin rumbo,
y después dirigiéndose casi de forma automática al piso en la Puebla de Vícar
que la criminal compartía con el padre del niño.
Esa revelación consta en el auto que ayer firmó el
titular del juzgado número 5 de Almería, Rafael Soriano, y al que ha tenido
acceso este diario. El magistrado da por buenos los episodios narrados durante
el interrogatorio por la acusada, aunque no da credibilidad alguna a su tesis
de que mató al pequeño, mediante asfixia con sus propias manos, en defensa
propia porque el niño le amenazó con un hacha.
Primero
cavó el hoyo y después mató al pequeño
El juez asegura que Ana Julia Quezada actuó guiada
por “una malvada voluntad dirigida especialmente a asegurar su macabro plan
criminal”, e incluso altera el orden de lo acontecido en la finca de
Rodalquilar. En sus distintas declaraciones, ante la Guardia Civil y ante el
propio juez y el fiscal, la mujer ha contado que mató al niño, después cavó un
hoyo para ocultar el cadáver. El magistrado sin embargo, altera el orden de la
secuencia, y explica en el auto que tras matarlo, “desnudándolo parcialmente y
trasladándolo hasta el jardín, lugar donde previamente ha hecho un hoyo con una
pala, enterrándolo a continuación”.
Ese previamente da a entender que la mujer pudo
cavar la fosa mientras el niño jugaba en la finca, pero en ningún caso la
Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, la UCO, tiene elementos que
avalen que la mujer ya cavó la fosa antes del secuestro, el pasado 27 de
febrero.
Los letrados de oficio de la mujer han reiterado en
el día de hoy que Ana Julia se ha mostrado arrepentida y con voluntad de
colaborar, en la medida de lo posible, a la investigación. Policialmente pocas
gestiones quedan por hacer. El secreto de las actuaciones podría levantarse en
cualquier momento.
Por
MAYKA NAVARRO/LaVanguardia
Que ser humano más cruel por dios.
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