A 12 AÑOS DE SU MUERTE, EL PARADERO CADÁVER SADDAM HUSEIN SIGUE SIENDO UN MISTERIO
BAGDAD (16 Abril 2018).- Incluso después de muerto, el dictador sigue
atormentando los espíritus. ¿Sigue su cadáver en Auya? ¿Ha sido exhumado antes
de la destrucción del sepulcro? ¿Quién se lo llevó? Y, sobre todo ¿quién sabe
realmente donde están los restos del hombre que tanto dio que hablar en todo el
mundo?
En su pueblo natal de Auya, el sepulcro suntuoso que
albergaba la tumba de Sadam Husein es ahora un cúmulo de ruinas y cemento, y un
profundo misterio rodea el paradero de los restos del exdictador.
En la madrugada del 30 de diciembre de 2006, primer
día del Aid Al-Adha, la más importante fiesta del calendario musulmán, era
ahorcado el hombre que dirigió Irak con mano de hierro durante un cuarto de
siglo.
Su ejecución fue celebrada por los chiitas, pero
supuso una verdadera humillación para los sunitas, sobre todo para quienes
habitaban su pueblo natal, a 160 km al norte Bagdad.
El presidente estadounidense George W. Bush aceptó
personalmente que un helicóptero norteamericano transportara el cuerpo de Sadam
de Bagdad a Tikrit.
El jeque Manaf Ali al-Nida, alto dignatario de la
tribu de los Abu Nasser, a la que pertenecía Sadam Husein, guarda aún como una
reliquia la carta que su familia tuvo que firmar.
- "Dictador adorado" -
En este documento, los allegados del expresidente se
comprometieron a enterrarlo la misma noche y "sin dilación" en Auya.
Sadam fue sepultado en el mausoleo que había hecho construir en vida, cuando
para algunos iraquíes era el "adorado dictador".
Cada año, el edificio se ha convertido en lugar de
culto para sus partidarios.
"Había viajes escolares, y poetas que venían a
declamar sus versos ante la tumba" relata a la AFP Jaafar al Garaui,
encargado de la seguridad para el Hashd al-Shaabi, unidad paramilitar creada
por la alta autoridad chiita de Irak para luchar contra los yihadistas.
Hoy, de este lugar profusamente decorado, sólo
quedan ruinas a las que nadie puede acceder sin autorización especial.
En torno al sepulcro suntuoso, tampoco queda nada de
las tumbas de los hijos del dictador, Udai y Qusaim, y de su nieto, muertos en
julio de 2003 por los estadounidenses, asi como la de su primo "Ali el
Químico", ahorcado por la muerte de miles de kurdos.
El Hashd, que tiene la custodia del monumento
funerario, asegura que fue destruido "por la aviación iraquí" ya que,
según responsables de esta formación, yihadistas del grupo Estado Islámico
(EI), que ingresaron en Auya en 2014, habían colocado a francotiradores en los
techos y acosaban a las fuerzas iraquíes que vinieron a desalojarlos.
El jeque Al-Nida no cree en esta versión, pese a que
"no sabemos nada de Auya desde que tuvimos que irnos, en contra de nuestra
voluntad". "La tumba fue abierta y luego dinamitada", dice.
Desde la caída del dictador en 2003 y luego su
ejecución tras ocho meses de caza al hombre, y de un histórico juicio,
"sufrimos opresión, ya que somos sus allegados" relata a la AFP, en
el Kurdistán iraquí, donde se encuentra ahora instalado.
"¿Es normal que paguemos semejante precio por
que somos de la misma familia?" se lamenta este hombre, que porta una
kufiya y está ataviado con un manto de abaya que recubre su larga túnica
blanca.
- El misterio de sus restos -
Incluso después de muerto, Sadam Husein sigue
atormentando los espíritus. ¿Sigue su cadáver en Auya? ¿Ha sido exhumado antes
de la destrucción del sepulcro? ¿Quién se lo llevó? Y, sobre todo ¿quién sabe
realmente donde están los restos del hombre que tanto dio que hablar en todo el
mundo?
Circulan todas las versiones, mezclando
inverosímiles rumores con algunos elementos de verdad. El Hashd cree que
"el cuerpo sigue ahí", asegura Jaafar al Garaui.
Pero un combatiente relata que "según algunos,
la hija de Sadam Husein, Hala, vino en jet privado a Auya y se llevó el cuerpo
de su padre a Jordania", donde ella está exilada. "¡Imposible!"
replica un profesor de universidad que rehusa dar su nombre. "Hala nunca
volvió a Irak", asegura este estudioso del ascenso y luego la caída del
Sadam.
Sin embargo, asegura que el cuerpo no está en el
sepulcro. "Ha sido llevado a un lugar secreto y nadie sabe quién lo hizo
ni donde está", exceptuando quizá la familia cercana. Pero la familia no
dice nada.
Hubo otras tumbas dinamitadas, explica el experto.
"La del padre de Sadam Husein a la
entrada del pueblo, fue dinamitada" asegura, lo que acredita según él la
idea de que el monumento funerario lo fuera también. Pero el misterio
insondable que atormenta Auya, interesa poco en Bagdad, donde dos decadas de
dictadura han dejado una profunda huella.
Para algunos, el problema es mucho más simple:
"Sadam no está muerto, el que fue ahorcado era un doble" afirma
Abu Samer, un habitante de la capital.
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