FLORIDA (16 Abril 2018).- La misión TESS despegó este lunes desde Cabo Cañaveral, en Florida. Por primera vez, la
agencia espacial estadounidense NASA usará un cohete de la empresa privada
SpaceX.
En una órbita terrestre alta, el telescopio girará
lentamente alrededor del Planeta Azul observando con sus instrumentos las
profundidades del universo. El Satélite de Sondeo de Exoplanetas en Tránsito
(TESS, por sus siglas en inglés) deberá descubrir nuevos exoplanetas, es decir
planetas que giran alrededor de estrellas fuera de nuestro sistema solar.
En el pasado, ha sido sumamente difícil para los
astrónomos descubrir este tipo de planetas. A diferencia de las estrellas
(soles), que emiten luz propia u otras ondas, los planetas se mueven en la
oscuridad. De ahí que sean prácticamente invisibles para los telescopios
ópticos.
Los exoplanetas solo se pueden descubrir si, vistos
desde la Tierra, pasan volando directamente enfrenta de su estrella principal.
En ese caso, su sombra oscurece por un momento la luz de la estrella. Esto les
permite a los astrónomos calcular qué tan grandes y rápidos son y a qué
distancia están de su sol.
Con ayuda de este método, ya entre 2009 y 2013 el
telescopio espacial Kepler descubrió más de 5.000 posibles exoplanetas, de los
cuales 2.512 fueron confirmados como tales posteriormente. Sin embargo, debido
a problemas técnicos, la misión Kepler tuvo que ser modificada. A partir de
2014, el telescopio tuvo que trabajar con menor resolución. Si bien Kepler
descubrió más exoplanetas, se concentró sobre todo en otros cuerpos y fenómenos
celestes, como explosiones de supernovas, sistemas estelares, asteroides y
cometas.
Sin embargo, ahora se le está acabando el
combustible a Kepler. Una razón más para la NASA para lanzar al sucesor TESS.
Grandes
expectativas
TESS no es más grande que un refrigerador, pero es
altamente eficiente. Sus cuatro cámaras deberán enfocar las 200.000 estrellas
más luminosas. Al igual que en el caso de Kepler, los científicos de la NASA
esperan encontrar exoplanetas del tamaño de la Tierra, que tengan una distancia
"ideal" hacia su sol, ya que esos son los requisitos para que pueda
haber vida como la nuestra.
El satélite deberá aportar datos durante dos años.
Su área de observación será 400 veces más grande que la de Kepler. Además, TESS
permite a investigadores invitados analizar otros cuerpos celestes. Científicos
pudieron nombrar cerca de 20.000 objetos sobre los que TESS recabará datos.
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