INDIGNACIÓN EN FRANCIA POR BOFETADA DE CURA A UN NIÑO DE DOS AÑOS EN UN BAUTIZO


PARÍS, Francia (22 Junio 2018).- La inesperada bofetada que un sacerdote propinó a un niño durante su bautizo en un intento por tranquilizarle ha provocado la indignación en Francia, donde el vídeo que registró lo sucedido no ha tardado en hacerse viral en las últimas horas.

Un cura de la diócesis de Meaux, en las afueras de París, que abofeteó a un bebé durante un bautizo fue suspendido el viernes "de cualquier celebración de bautizo y boda", después de que las imágenes suscitaran indignación en las redes sociales.

En la grabación, de apenas 40 segundos, aparece en un primer momento explicando a los familiares cómo iba a desarrollarse la ceremonia, que, según el digital "CheckNews", tuvo lugar el 17 de junio en la región parisina.

El pequeño, de dos años y medio y nervioso, no para de llorar, lo que acaba con la paciencia del religioso. "¡Tranquilízate!", le espeta segundos antes de darle una bofetada, que no hace sino aumentar el volumen de sus lloros.

El padre o el padrino arranca entonces de los brazos del cura al niño, que, según los medios franceses, sí acabó siendo bautizado.

"Esta pérdida de la sangre fría puede explicarse por el cansancio de este sacerdote, mayor, pero esto no lo disculpa", afirmó la diócesis en un comunicado, que precisó que el religioso "consciente de este gesto inapropiado (...) pidió disculpas a la familia al final del bautizo".

Monseñor Nahmias, obispo de Meaux, tomó "medidas cautelares para que el sacerdote sea suspendido de cualquier celebración de bautizo y boda", agregó el texto.

"Estas medidas le imponen también que no intervenga más en la colegiata de Champeaux a partir de ahora y que solo celebre misas por pedido del párroco", precisó la diócesis.

Interrogado el viernes en la radio franceinfo, el religioso intentó quitarle importancia al gesto. "Fue entre una caricia y un cachete", dijo. "Quería tranquilizarlo, no sabía muy bien cómo hacerlo".

"El niño gritaba mucho y yo tenía que girarle la cabeza para derramarle el agua. Le decía 'cálmate' pero no se calmaba. Intenté acercármelo contra mí para intentar que se tranquilizara", dijo el cura.

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