GOBIERNO DE DUTERTE DEFIENDE RESTAURAR PENA CAPITAL EN FILIPINAS PESE DECLARACIÓN DEL PAPA
MANILA (3 Agosto
2018).- El Gobierno de Rodrigo Duterte seguirá adelante con su plan de
restablecer la pena de muerte en Filipinas, a pesar de que el Papa la declarara
ayer “inadmisible” dentro del catolicismo, religión que profesan más del 85 %
de los filipinos.
El portavoz
presidencial, Harry Roque, señaló hoy que el Ejecutivo filipino “intentará
persuadir con suavidad” a los senadores para que aprueben la ley que pretende
restaurar la pena capital en Filipinas, donde se prohibió en 2006.
“Sigue
siendo una de las prioridades de la administración restaurar la pena de muerte
para los delitos más graves relacionados con drogas. Pero la decisión está
ahora en manos del Senado”, subrayó Roque en rueda de prensa.
La Cámara de
Representantes filipina ya dio luz verde en marzo del año pasado a ese proyecto
de ley, que es una de las promesas electorales de Duterte como parte de su
brutal guerra contra las drogas que busca endurecer las penas para
narcotraficantes.
La
Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas, que se opuso desde el principio
a esa medida de Duterte, aseguró hoy en un comunicado que la declaración del
Papa aclara cualquier duda sobre la posición de la Iglesia Católica respecto a
la pena capital.
Los obispos
filipinos precisaron que ya “no hay razón” para justificar la pena de muerte y
mostraron su acuerdo con el cambio el catecismo que ayer aprobó el Papa
Francisco.
“La Iglesia
enseña, a la luz del Evangelio, que la pena de muerte es inadmisible porque es
un ataque contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona”, señala el
nuevo catecismo.
Filipinas
abolió la pena de muerte en 2006 durante la presidencia de Gloria Macapagal
Arroyo, que es desde el pasado 23 de julio la nueva líder de la Cámara de
Representantes y una de las principales aliadas de Duterte en el legislativo
filipino.
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