JOSÉ FRANCIS CUMPLIÓ SU VOCACIÓN DE JINETE AUNQUE PERDIÓ A SU HERMANO EN CARRERA HÍPICA


NUEVA YORK (17 Agosto 2018).- La iniciación del joven jinete dominicano Jose Francis Rojas Santos en las carreras de caballos es tierna y trágica a partes iguales.

Cualquiera diría que lo llevaba en la sangre, que la vida le había preparado para ello. Fueron jinetes su papá, su tío y uno de sus hermanos, a quien conoció a los 13 años en el hipódromo de Santo Domingo.

Jose Francis estuvo a punto de desistir por un trágico suceso, pero su carácter persistente, que se ve en su vehemencia y convicción al hablar, le llevó a continuar con su vocación.

Todo comenzó cuando tan sólo tenía 13 años. No conocía a su hermano Miguel Sánchez, pero una vecina que les ubicaba a los dos le dijo fuera al hipódromo donde montaba caballo.

A los tres días se acercó al parque V Centenario de Santo Domingo. “Pregunté por él porque no sabía quién era y me dijeron que el número 5 y que debía esperar al final de la carrera. Lo primero que exclamó al verme fue: Tú eres mi hermano“, relata José Francis.

A partir de entonces se enamoró del deporte al ver competir a su hermano habitualmente.

Pero algo más de un año después de conocerse, cuando José Francis tenía 14 años, su hermano Miguel sufrió un fatal accidente durante una carrera.

Así recogía el suceso la prensa de Santo Domingo: “Un percance fatal acaeció en la cuarta carrera de este lunes en el hipódromo V Centenario, cuando el jinete Miguel Sánchez,  de 21 años de edad, salió desprendido en plena recta final del ejemplar Mighty Elixir cayendo sobre la verja izquierda de la pista  a pocos metros de la meta,  y resultó muerto a consecuencia de los golpes sufridos, caso único en los 16 años de operación del parque”.

Entonces José Francis renegó de las carreras de caballos y volvió a centrarse en jugar bola.

El camino de José Francis no fue sencillo, se crió con su abuela en un entorno humilde y se esforzó mucho para salir adelante.

Pero un día lluvioso, como no podía jugar bola, fue a ver carreras de nuevo y observó a un amigo de su hermano ganar dos seguidas. “Sentí dentro de mí algo tan grande que me quería sacar el corazón y entregarme a la carrera, así que fui a casa y le dije a mi abuela que quería soltar el bate y montar”, relata José Francis.

Ella intentó disuadirle pero no hubo forma. “Mira lo que le pasó a tu hermano”, le recordó. Su madre, que vivía en Suiza, le dijo que no en un primer momento. Pero él le respondió decidido: “Es lo que voy a hacer”. Nadie pudo quitárselo de la cabeza.

Así, a los 16 años ingresaba en la escuela de hípica en Santo Domingo. “Desde entonces lo único que he hecho es montar a caballo”, asegura.


Su carrera en Estados Unidos

José Francis Rojas Santos fue elegido como embajador ‘Rising-Star Short Track Racing’ en el Día de la Parada Dominicana en Nueva York.

“Estoy muy agradecido, cuando me dieron la noticia me sentí como en un sueño. Ha sido muy difícil para mí seguir adelante y me satisface que reconozcan el esfuerzo que hago cada día”, asegura.

La organización reconoce así la pujanza de una joven promesa de este deporte que llegó a Estados Unidos hace poco más de un año.

“Me acuerdo perfectamente, pisé Miami el 5 de marzo de 2017 en la tarde”, asegura Rojas. Le recibió su hermano Stelin Rojas y le ayudó a instalarse. Jose Francis tiene cuatro hermanos por parte de madre y tres por parte de padre.

Dos semanas y media después, llegaba a la Gran Manzana,

“Los primeros meses los pasé trabajando con el trainer, galopando, empapándome del negocio, pero no llegué a montar nunca en Nueva York por tema de papeleo, aunque sí aprendí mucho“, relata Rojas.

Ahora vive en Pensilvania, donde otro hermano lo acogió en la ciudad de Mount Joy.

Comenzó la campaña allí el 12 de enero de este año y fue excelente. “Todavía no hice un logro de ganar una carrera importante, pero es importante ir ganando carreras“, afirma Jose Francis.

En su debut en República Dominicana, fue el único jinete en ganar a distancia de 1,800 metros 45/1 foto finish.

Por aquella época, un buen amigo suyo de la escuela de hípica le puso en contacto con entrenador americano y consiguió hacer un contrato para seguir expandiendo su carrera en Estados Unidos. Ahí comenzó su aventura en el país donde residen más de 1.800 millones de dominicanos.

“A la juventud le diría que sueñen, que muchas personas van a intentar decirles qué tienen que hacer, pero deben hacer lo que realmente quieran“, concluye José Francis.



Por PABLO AYERRA/Edlp

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