PRESIDENTE JUAN MANUEL SANTOS: "ME VOY TRANQUILO, ME RETIRO DE LA POLÍTICCA
BOGOTÁ, Colombia (7 Agosto 2018).- En
su última alocución como Presidente de la República, Juan Manuel Santos, pidió
a los colombianos cuidar su legado: el Acuerdo de Paz.
El presidente Santos culmina ocho
años de mandato. SIG
Este martes, el presidente Juan
Manuel Santos deja la Casa de Nariño y por eso, en la noche de hoy se despidió
de los colombianos con una última alocución televisada. Un discurso sentido en
el que el jefe de Estado fue enfático en que su mayor logro en los ocho años de
mandato fue el Acuerdo de Paz con las Farc y pidió a los ciudadanos que la
defiendan como el más grande don que puede reinar en una sociedad.
El mandatario saliente aseguró que
será la historia quien lo juzgue, pues es consciente de que no goza de la más
alta popularidad pero, al mismo tiempo, está convencido de que su obra de
gobierno quedará registrada en los anaqueles de la historia patria. “Hoy quiero
hablarles brevemente desde el fondo de mi alma. Ser presidente es un oficio
único y lleno de desafíos, que me ha dejado maravillosos recuerdos y también
algunos sinsabores, que al fin y al cabo forman parte de la vida”, sostuvo.
(Lea: “Le agradecería al presidente
Duque que no me llame”: Juan Manuel Santos)
Santos reflexionó sobre los retos que
tuvo que enfrentar, los aciertos de su mandato que, según dijo, no le
corresponde a él destacar y las equivocaciones en las que cayó, por las que
ofreció disculpas. “Un gobernante puede perseguir la popularidad de corto plazo
y las encuestas, o puede seguir el mandato de su voz interior, de su
conciencia, que le dicta qué es lo correcto. Yo preferí el segundo camino. Y mi
conciencia me dijo: Colombia no puede resignarse a sufrir una guerra sin fin,
como si fuéramos un país condenado a la violencia”, expresó.
El hasta hoy jefe de Estado resaltó
que desde el primer día que estuvo en la Casa de Nariño consideró que si había
una sola oportunidad de ponerle fin al conflicto armado, lo iba a hacer. Y que
en ese camino encontró el apoyo y la generosidad de los colombianos, en
especial, de aquellos que sufrieron en carne propia los estragos del conflicto.
“Me lo decían hace poco, en una carta pública, un par de abuelos, honrosa
categoría a la que ingresé recientemente: “Preferimos llorar en los cumpleaños
de nuestros nietos y no en sus entierros. Eso es lo que queremos todos los
colombianos: vivir en un país normal donde los hijos entierren a sus padres y
no al revés”, dijo Santos.
El primer mandatario destacó los
avances en la implementación del Acuerdo de Paz y la calificó como uno de los
procesos más avanzados en la historia de los acuerdos de paz. Sin embargo,
reconoció que aún falta mucho para consolidar esa paz pues esta es una tarea
llena de dificultades en un país donde la violencia ha tomado distintas formas.
“Los asesinatos de líderes sociales son un dolor con el que me marcho, y la
sociedad colombiana –como un todo– debe levantarse para protegerlos y para
rechazar estos ataques”.
El presidente Santos anunció que al
término de su mandato deja el cargo con serenidad pues siguió la voz de su
conciencia, e hizo un llamado a los colombianos para que defiendan el Acuerdo:
“Hoy la paz queda en las mejores manos posibles: En manos de ustedes, queridos
colombianos. Siempre dije que la paz no era mía sino de ustedes. Y hoy la dejo
a su cuidado, como quien deja a un niño pequeño en manos de amorosos
guardianes. La paz es de ustedes. ¡Cuídenla! ¡Defiéndala! ¡Háganla crecer y
multiplicarse por toda nuestra geografía… en nuestros campos y ciudades… en
nuestras comunidades y familias… en el interior de nuestras almas!”.
También anunció que se retira
definitivamente de la política, que no incurrirá “en las veleidades partidistas
electorales” pero, eso sí, notificó a sus detractores que seguirá defendiendo a
las víctimas y la paz desde otras esferas, “y me voy, lo digo con alegría, sin
llevarme conmigo enemistades. Porque para pelear se necesitan dos y yo, gracias
a Dios, no albergo odios ni resentimientos en mi corazón”.
Al final, el presidente Santos
reservó una puya para el expresidente Uribe. Al tiempo que le deseó lo mejor a
su sucesor Iván Duque, dijo que seguirá como regla de oro el mandato de las
grandes filosofías: Tratar a los demás como uno quisiera ser tratado. “Por eso,
cumpliré, si me permiten, mi promesa de no molestar, de no intervenir, de no
ser un aguijón en la nuca de mi sucesor. Cada presidente manda en su tiempo. Y
el mío termina mañana”.
Y fiel a su estilo, terminó su
alocución presidencial pidiéndoles a los colombianos alejarse de la
polarización y de los extremos. Por eso, dijo que es necesario buscar los
puntos de acuerdo entre las naturales diferencias y encontrar el potencial de
la diversidad que caracteriza al país. Y dejó una última instrucción como
presidente evocando la visita del papa Francisco a Colombia: “No se dejen robar
la paz. A eso los invito hoy también”.
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