WASHINGTON (14 Septiembre 2018).- Los estados
de Carolina del Norte y del Sur se han visto azotados por fuertes ráfagas de
viento este viernes en la mañana, preludio de la llegada del huracán Florence
probablemente hacia el mediodía. Se prevén inundaciones en la casi totalidad de
Carolina del Norte donde el huracán tocará primero tierra cerca de Cape Fear.
Aunque fue
degradado a categoría 1, el huracán Florence podría ocasionar inundaciones
catastróficas y serios daños. Brock Long, director de la Agencia Federal de
Manejo de Emergencias (FEMA), ha advertido a la población de tomarse al ciclón
seriamente independientemente de su categoría.
Según un
meteorólogo del Servicio Nacional del Clima de Estados Unidos, en dos o tres
días debería caer el equivalente de ocho meses de lluvia.
En Carolina
del Norte, estado de la costa atlántica estadounidense, unos 150.000 hogares ya
se encontraban sin energía eléctrica, según el servicio local de emergencias.
La ciudad
portuaria de Wilmington sufría fuertes ráfagas de viento, según un periodista
de la AFP.
En tanto,
Steve Goldstein, director de la agencia Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA),
advirtió que “se producirá un aumento del nivel del agua de 1,8 a 2,7 metros”.
Los vientos
también se sentían en la localidad de Myrtle Beach, en Carolina del Sur, que
estaba prácticamente desierta.
Aunque en la
tarde, algunos surfistas aprovechaban las grandes olas provocadas por el
huracán. Algunos habitantes ignoraron las exhortaciones a evacuar. Jeff
Cunningham decidió permanecer en su bote, amarrado en la marina de North Myrtle
Beach.
Al igual que
en muchas otras localidades de la costa, las autoridades instaron a evacuar el
martes e impusieron un toque de queda. Para aquellos que no pudieron o no
quisieron irse, se abrieron varios centros de refugio.
En un
refugio cercano a Myrtle Beach, Rebecca Cheledlik, de 71 años, dice estar feliz
de conocer gente nueva. "Para mí es como una fiesta, vivo sola así que
esto me parece una vacación", dice sonriente.
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