JUEZ ORDENÓ DETENCIÓN KEIKO TAMBIÉN LO HIZO CONTRA EXPRESIDENTES TOLEDO Y HUMALA
LIMA, Perú
(10 Octubre 2018).- En su natural Tarma, hace más de diez años, cuando era un
juez suplente en la Corte Superior de Junín y su especialidad era el derecho
civil, Richard Concepción Carhuancho nunca pensó que terminaría ordenando la
prisión preventiva para dos ex presidentes acusados de actos de corrupción y
lavado de activos. Nunca pensó que tomaría estas decisiones históricas sobre
Alejandro Toledo y Ollanta Humala.
El juez
Richard Concepción Carhuancho –Carhuancho es su apellido materno, no paterno–
se ha convertido en uno de los jueces penales más importantes del país. Ha
resuelto casos como el de las coimas de la empresa Odebrecht o el relacionado a
la investigación fiscal por los aportes al Partido Nacionalista. También casos
como los de Gerald Oropeza, ‘Peter Ferrari’ o los temibles Barrio King.
En febrero
ordenó 18 meses de prisión preventiva, la captura internacional y el arresto
provisorio con fines de extradición para el ex presidente Alejandro Toledo,
acusado de recibir sobornos de Odebrecht.
El jueves ha
emitido otra resolución histórica: 18 meses de prisión preventiva para Ollanta
Humala y Nadine Heredia, la ex pareja presidencial investigada por el presunto
delito de lavado de activos y asociación ilícita para delinquir.
Hoy ha
ordenado la detención preliminar por 10 días de Keiko Fujimori, lideresa de
Fuerza Popular, y otras 19 personas, entre ellas los ex ministros Jaime
Yoshiyama y Augusto Bedoya Camare, dentro de la investigación por el presunto
delito de lavado de activos.
Su nombre
además ha salido en decenas de noticias y portadas. Ha sido tendencia en
Twitter en casi todas sus audiencias (recordemos el popular hashtag
#NoTeChupesCarhuancho).
Richard
Concepción Carhuancho, de 45 años, desde su despacho en el Primer Juzgado de
Investigación Preparatoria de la Sala Penal Nacional, en Lima, ha emitido
muchos de los fallos que han marcado la agenda nacional.
Sus inicios
Richard
Concepción Carhuancho pasó su niñez y adolescencia entre La Merced, Chanchamayo
y Tarma (Junín). Llegó a Lima para estudiar Derecho, y lo hizo estudiando la
carrera al mismo tiempo en dos universidades privadas. Luego, retornó al centro
del país, a su tierra, donde después de trabajar como abogado independiente
decidió ingresar al Estado como juez suplente especializado en lo civil.
Pero un día
de marzo del 2008, cuando aún era juez supernumerario en Tarma, se animó a dar
el salto y convertirse en juez penal. Quiso hacer algo diferente. Era un reto
que logró, primero en Satipo, donde estuvo dos años como juez penal suplente.
Finalmente,
cuando salió el concurso para ser juez titular, sus opciones estaban al norte o
al sur del país. Lo más cerca de Lima era Chimbote.
En el 2010,
el Poder Judicial lo nombró juez penal del Tercer Juzgado de la Corte del
Santa, en Áncash, en la misma ciudad donde reinaba César Álvarez, quien era el
presidente regional.
Chimbote –y
en especial ‘La Centralita’– cambió su vida. Es lo que el juez Richard
Concepción Carhuancho reconoce en su entorno.
Antes de su
cargo actual, el magistrado pensó que pasaría sus días de trabajo tranquilo
resolviendo casos administrativos. Pero no fue así. Lo ratificó cuando, en el
distrito del Santa, ordenó el allanamiento del búnker de Álvarez, la llamada
‘La Centralita’. Desde ahí empezaron los ataques en su contra.
Cuando sacaron
a los cuatro fiscales encargados de esta operación, Richard Concepción
Carhuancho pensó que también lo sacarían del Poder Judicial y que se acabaría
su carrera. Aunque esto no ocurrió, sí lo cambiaron de juzgado. Por cosas de la
vida, volvió a recibir el caso. En el 2014, antes de llegar a la Sala Penal
Nacional, terminó ordenando la prisión preventiva para César Álvarez.
Su modelo
Giovanni
Falcone
Este es el
nombre de un juez italiano que fue asesinado por la mafia de Sicilia, a la cual
se atrevió a someter a la justicia. De Falcone se han hecho documentales y
reportajes. Es el ejemplo por seguir de Richard Concepción Carhuancho. Es su
paradigma.
El
magistrado sabe que no hemos llegado al nivel de criminalidad organizada
italiana, pero conoce a lo que se enfrenta. Sabe, además, que buscan tocar lo
más sagrado que tiene: su prestigio o su vida.
Cuando en
enero ordenó la prisión preventiva para Pedro Pérez Miranda, ‘Peter Ferrari’,
acusado del delito de lavado de activos, este le dijo que “las pagaría”. Frases
parecidas ha escuchado cuando mandó a prisión a los sicarios de Barrio King.
Actualmente,
tiene resguardo policial y vive cambiando de número telefónico cada cierto
tiempo.
Vive
tranquilo, a pesar de que es consciente de que no tiene un trabajo convencional
y que, incluso, no han querido venderle seguros de vida porque le han dicho que
un juez penal en este país es prácticamente una profesión de alto riesgo. Para
él, es como un apostolado.
Su estilo
El estilo de
Richard Concepción Carhuancho es particular. Es conocido que siempre –o casi
siempre– resuelve el mismo día de la audiencia. Es su forma, según ha dicho
muchas veces entre sus asistentes, de demostrar que no hay arreglos bajo la
mesa. Eso y que en el Poder Judicial, pese a todo, existe celeridad.
Los abogados
defensores ya lo conocen. Los fiscales también. Algunos lo acusan de ser un
juez ‘canero’. Él se defiende diciendo que las prisiones preventivas son
necesarias para enfrentar a organizaciones criminales. Que no se trata de
delitos comunes, pero que se debe ser muy cuidadoso y responsable.
Los mismos
abogados defensores también lo llaman “el fiscal Carhuancho”, al ser conocido
como un juez sumamente ordenado, que se puede tomar horas tras horas en armar
oralmente su resolución. Richard Concepción Carhuancho, que sabe cuáles son sus
‘chapas’, las toma con gracia.
De su vida
privada se conoce muy poco. Es casado y tiene dos hijos. El último nació en
Chimbote, en la época en que se convirtió en el juez que se ‘tumbó’ a Álvarez.
Richard
Concepción Carhuancho ha dado contadas entrevistas: habla poco. Más habla con
resoluciones, como él mismo ha dicho.
Fuente: EL COMERCIO
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