EL PAPA FRANCISCO AFIRMA QUE “SI LA RIQUEZA NO SE COMPARTE, LA SOCIEDAD SE DIVIDE”
ROMA (18 Enero
2019).- El papa Francisco afirmó este viernes que “si la riqueza no se
comparte, la sociedad se divide” y criticó a las sociedades que han perdido los
valores de la solidaridad y el bien común, y en las que hay personas que viven
en situación de pobreza extrema.
“Cuando la
sociedad ya no tiene como fundamento el principio de la solidaridad y el bien
común, se produce el escándalo de ver a personas que viven en la pobreza
extrema junto a rascacielos, hoteles imponentes y lujosos centros comerciales,
símbolos de inmensa riqueza”, lamentó el papa en una misa con motivo del inicio
de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos.
“Hemos olvidado
la sabiduría de la ley mosaica, según la cual, si la riqueza no se comparte, la
sociedad se divide”, añadió.
La misa se
celebró en la Basílica de San Pablo Extramuros y durante su homilía el papa se
refirió a los cristianos de Indonesia para asegurar que, “reflexionando sobre
la elección del tema para esta Semana de Oración, decidieron inspirarse en
estas palabras del Deuteronomio: ‘Persigue solo la justicia'”.
“A ello les
preocupa mucho que el crecimiento económico de su país, movido por la lógica de
la competición, deje a muchos en la pobreza, permitiendo que solo unos pocos se
enriquezcan enormemente”, sostuvo.
“Está en
riesgo la armonía de una sociedad, en la que conviven personas de diferentes
grupos étnicos, idiomas y religiones, compartiendo un sentido de
responsabilidad recíproca”, apuntó.
Esta
realidad, prosiguió, “no vale solo para Indonesia” sino que “se repite en el
resto del mundo”.
Consideró
que “es fácil olvidarse de la igualdad fundamental que existe” entre las
personas y “pensar que la gracia espiritual que se nos ha dado es una propiedad
nuestra, algo que nos corresponde y nos pertenece”.
“También es
posible que los dones recibidos de Dios nos vuelvan ciegos para ver los dones
dados a otros cristianos. Es un grave pecado empequeñecer o despreciar los
dones que el Señor ha dado a otros hermanos, creyendo que no son de alguna
manera privilegiados de Dios”, subrayó.
“Si
compartimos pensamientos similares, dejamos que la misma gracia recibida se
convierta en una fuente de orgullo, injusticia y división”, agregó.
Francisco
defendió el valor de la justicia, que permite compartir los dones recibidos, y
opinó que “un pueblo cristiano renovado y enriquecido por este intercambio de
dones será un pueblo capaz de caminar con paso firme y confiado por el camino
que conduce a la unidad”.
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