LA FISCALÍA DE ALMERÍA PIDE PRISIÓN PERMANENTE REVISABLE PARA LA DOMINICANA ANA JULIA QUEZADA POR ASESINATO NIÑO GABRIEL
MADRID (24 Enero 2019).- La Fiscalía
de Almería pide la pena de prisión permanente revisable para Ana Julia Quezada
por el asesinato con alevosía del niño Gabriel Cruz, así como diez años más de
cárcel por sendos delitos de lesiones psíquicas a los padres del menor, Ángel
Cruz y Patricia Ramírez.
Según ha
informado este jueves la Fiscalía Superior de Andalucía, solicita también el
pago de los 200.203 euros de los gastos generados en la búsqueda del menor.
Además, en
concepto de reparación del daño moral reclama 600.000 euros para los padres,
160.000 para la abuela materna y otros 170.000 por los gastos médicos en
conceptos de lesiones psíquicas y secuelas.
El escrito
de acusación provisional ya ha sido remitido al Juzgado de Instrucción número 5
de Almería, de forma previa a la apertura del juicio oral en la Audiencia
Provincial ante un tribunal con jurado.
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una frialdad máxima”
La Fiscalía
también solicita que Quezada, compañera sentimental del padre de Gabriel cuando
el niño, de ocho años, fue asesinado, en febrero del año pasado, no pueda
comunicarse o aproximarse a menos de un kilómetro de los padres durante 30
años.
El escrito
de calificación fiscal señala que el asesinato se produjo el mismo día de la
desaparición del niño, el 27 de febrero, por “asfixia mecánica por sofocación
al obstruir los orificios respiratorios de boca y nariz utilizando una fuerza
desproporcionada con respecto a la del menor hasta vencer la resistencia de la
víctima”.
“Con la
finalidad de encubrir su actuación criminal la acusada ocultó el cuerpo en una
pequeña fosa que cavó en la zona exterior de la finca y lo cubrió de tierra y
piedras” y trasladó, posteriormente, las prendas del niño hasta un contenedor
de vidrio de la barriada de Retamar”, relata la Fiscalía.
Según consta
en el auto de ingreso en prisión dictado por el juez instructor Rafael Soriano,
Quezada aprovechó un momento en el que sabía que se iba a encontrar a solas con
el niño y que la abuela paterna no lo iba a controlar para llevarlo hasta la
finca de su padre en Rodalquilar, en Níjar, mediante engaños o la promesa de
devolverlo pronto a jugar con sus primos, y allí lo mató.
La búsqueda
de Gabriel duró 11 días y en ella participaron un elevado número de voluntarios
y profesionales, hasta que el domingo 11 de marzo, Quezada desenterró el cuerpo
del niño y lo introdujo en el maletero de su coche, después de lo cual fue
detenida.
La Fiscalía
censura la actitud de la procesada durante los días que duró la búsqueda del
niño, de “aflicción, compungida y apesadumbrada involucrándose en las batidas
de búsqueda en una clara actitud de simulación, fingimiento y farsa, pública y
notoria con absoluta frialdad de ánimo”.
Asegura que
la intención de Quezada fue disipar cualquier duda o sospecha sobre su
implicación en la desaparición del menor y recuerda que llegó a propiciar el
hallazgo de una camiseta del pequeño en un lugar que había frecuentado con una
pareja anterior para “despistar” a la Guardia Civil e incluso incriminar a este
hombre.
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