PRESIDENTE DE RUSIA AMENAZA CON APUNTAR A EE.UU. SI WASHINGTON DESPLIEGA MISILES EN EUROPA
MOSCÚ, Rusia
(20 Febrero 2019).- Después de años de tensiones internacionales, es el momento
de centrarse en las necesidades internas, aseguró este miércoles el presidente
de Rusia, Vladímir Putin, que dedicó la mayor parte de su discurso sobre el
estado de la nación a repasar los retos sociales, económicos y demográficos de
los próximos años, así como las medidas que el Gobierno está poniendo o que él
propone que ponga en marcha.
Pero la
confrontación con Estados Unidos, “una potencia global” según Putin, no podía
dejarse de lado en esta comparecencia, en la que el líder ruso se dirigía a los
parlamentarios (diputados y senadores) y altos funcionarios reunidos para la
ocasión en el centro de convenciones Gostinni Dvor, próximo al Kremlin.
Putin
dejó claro que “Rusia no quiere una confrontación con EE.UU.”, pero acusó a
Washington de estar poniendo en peligro la seguridad internacional al retirarse
del Tratado INF de reducción de misiles de corto y medio alcance, uno de los
acuerdos de desarme nuclear más importantes de la guerra fría.
“Rusia no será
la primera en desplegar misiles en Europa”, aseguró Putin.
Pero advirtió que
Rusia se verá obligada a tomar medidas simétricas si se siente amenazada. Sus
misiles apuntarían a los territorios con instalaciones que amenacen a Rusia y a
los centros donde se han tomado esas decisiones, es decir, a EE.UU., subrayó.
Despliegue
Sus misiles
apuntarían a los territorios con instalaciones que amenacen a Rusia y a los
centros donde se han tomado esas decisiones, es decir, a EE.UU.
Como
esperaban todos los analistas, el discurso del presidente ruso tenía que
centrarse esta año “en la gente”.
Que la paciencia de la mayoría de los rusos
se está resintiendo venía demostrado en las últimas encuestas, que señalaban
una bajada en la confianza respecto al Kremlin, y mucho más en lo que se
refiere al Gobierno del primer ministro Dimitri Medvédev.
La impopular reforma de
las pensiones del año pasado, en la que se aumentó la edad de jubilación a
pesar de las manifestaciones en su contra, marcó un antes y un después.
En un
principio el discurso estaba previsto para el mes de marzo. Su adelanto a
febrero se ha interpretado en la prensa rusa como un intento del Kremlin para
atajar el desencanto.
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