SE CUMPLEN 25 AÑOS DEL FUEGO QUE ARRASÓ EDIFICIO SECRETARÍA DE AGRICULTURA EN CENTRO DE LOS HÉROES
SANTO DOMINGO, República Dominicana (4 Febrero 2019).- Veinticinco años
se cumplen este cuatro de febrero del incendio que arrasó las instalaciones
del legendario edificio de la Secretaría (Ministerio) de Agricultura, en el
Centro de los Héroes.
El siniestro comenzó a la medianoche del martes 4 de
febrero de 1994, en la gestión del agrónomo Víctor Hugo Hernández (Tito).
Los
bomberos lucharon por extinguir el fuego pasada la medianoche.
En el área que
ocupaba la secretaría se construyó el moderno y costoso edificio de la Suprema
Corte de Justicia y la Procuraduría General de la República.
Como dato
curioso del voraz incendio debe consignarse que al lugar los miembros del
Cuerpo de Bomberos acudieron vestidos de gala, con sus mejores perchas, puesto
que se encontraban en el Club de Ejecutivos, en el edificio La Cumbre, en la
avenida Tiradentes, del ensanche Naco, en un homenaje al fallecido empresario
Enrique Peynado, quien desde joven apoyó a los hombres que apagan fuego. El
general de brigada Luis Rafael Díaz (Lilin Díaz), era el jefe de los bomberos.
A la hora de
iniciarse el siniestro en el local de la SEA solamente se encontraba el cajero,
Luis Rafael Reyes, un espigado joven de unos 25 años, cuyas oficinas estaban
adscritas al departamento de contabilidad, en la tercera planta. Todavía
Luisito presta servicios en el ministerio agropecuario, ahora con 40 y tantos
años de edad.
El eficiente empleado hubo de subir hasta la azotea, en la quinta
planta, de donde fue rescatado por una brigada del Cuerpo de Bomberos, que
utilizó una escalera.
Al día
siguiente del fuego, 4 de febrero, técnicos en explosivos de la Policía y el Cuerpo
de Bomberos iniciaron las investigaciones para determinar el origen del gran
incendio que destruyó la sede principal de la cartera del agro y el acervo
histórico-literario que contenía. El secretario Tito Hernández llegó temprano
al destruido local y se impidió la entrada de particulares al interior. La
estructura lucía agrietada lo mismo que las paredes y los techos.
El edificio
quedó prácticamente destruido y el mobiliario y documentos de importancia
quedaron cahamuscados por completo. Los acondicionadores de aire, archivos y
otros ajuares quedaron reducidos a cenizas. Desde las primeras horas de la
mañana fue preciso desviar el tránsito frente al edificio quemado, debido a la
gran cantidad de curiosos y empleados que había en el lugar. Las especulaciones
y comentarios sobre el origen del incendio eran comunes entre los presentes.
Múltiples
versiones fueron puestas a circular, pero la más generalizada fue que cuando
comenzó el fuego se había reanudado el servicio energético que llevaba varias
horas suspendido. También se habló de un empleado que laboraba y que al no
haber energía eléctrica retenía una lámpara de gas kerosene. La última
especulación al respecto reveló que un empleado del programa de Centros de
Ventas de Materiales Agropecuarios (CVMA), de apellido López, cuyas oficinas
estaban en el entrepiso, había sostenido un altercado con algunas de las
autoridades superiores y que, disgustado, se pertrechó a lo interno del
departamento.
Después de
la tragedia las oficinas del Ministerio continuaron operando en el denominado
edificio B, donde ahora funciona el Indrhi y el Tribunal Superior Electoral y
posteriormente fueron trasladadas al lugar donde opera en la actualidad, en los
Jardines del Norte, donde el asistente del presidente Joaquín Balaguer, Anibal
Paez, “administraba” un mercado privado de venta de artículos comestibles,
tales como arroz, azúcar, aceite y otros.
Las
conclusiones a que arribaron la Policía y el Cuerpo de Bomberos descartaron la
presencia de manos criminales en el lamentable y costoso incendio del local y
el acervo de la SEA, informe que la ciudadanía rechazó en toda la extensión de
la palabra. Por su parte, el presidente Balaguer exculpó al secretario Tito
Hernández, quien a la sazón era su candidato preferido para la senaduría de San
Cristóbal, posición que obtuvo en las elecciones de mayo de ese año, 1994.
Lo curioso
del voraz incendio
Debe
consignarse que al lugar los miembros del Cuerpo de Bomberos acudieron vestidos
de gala, con sus mejores perchas, puesto que se encontraban en el Club de
Ejecutivos, en el edificio La Cumbre, en la avenida Tiradentes, del ensanche
Naco, en un homenaje al fallecido empresario Enrique Peynado, quien desde joven
apoyó a los hombres que apagan fuegos.
Por CHICHÍ
DE JESÚS
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