MADRID.- Como el corredor que se siente con fuerzas pero sabe que le queda la mitad más dura de la carrera saltó el Barcelona a La Rosaleda. Al igual que ante el Espanyol y el Betis, el equipo de Guardiola concedió ocasiones con empate a cero pero Víctor Valdés, inmenso una tarde más, evitó el lío. Reducido el Málaga, muy lejos en intensidad y fútbol de los últimos rivales ligueros del Barça, a base de hacerle correr detrás de la pelota, surgió Messi para ajusticiar a los de Pellegrini.
Guardiola renunció a la defensa de tres que utilizó en sus últimos compromisos de Liga. También dio descanso a tres titulares habituales: Puyol, Xavi y Cesc. En defensa, Mascherano cumplió como es costumbre junto a Piqué pero el mediocampo notó la ausencia de dos de los jugadores más en forma del equipo. El Málaga, con Camacho, Maresca, Cazorla e Isco algo más adelantado, nunca logró imponerse pero, al menos en el primer tiempo, los locales evitaron sufrimientos.
Isco pudo cambiar el rumbo del partido cuando se cumplía el primer cuarto de hora. El internacional sub' 21 tuvo en apenas un minuto tres clarísimas ocasiones de gol pero siempre apareció Valdés para evitarlo. Primero, con un chut desde fuera del área que buscaba la escuadra izquierda, y luego rematando dos veces el córner que su anterior disparo había provocado. En un visto y no visto, el Málaga ya había creado más peligro que el Real Madrid en 90 minutos el pasado miércoles.
El orden que desde el inicio mantuvo la defensa y el centro del campo andaluz saltó por los aires cuando apareció Leo Messi. El argentino, ajeno a esquemas, inició la jugada que él mismo acabó convirtiendo en el primer gol del encuentro. Combinó con Iniesta, éste abrió a la izquierda, donde Adriano centró perfecto a su cabeza. Remate impecable a la red. Demichelis y Mathijsen, los dos centrales del Málaga, no opusieron resistencia al número uno, jeque en el 'argot malaguista'.
El tanto llegó justo después de que Van Nistelrooy no pudiera culminar un contragolpe de su equipo lanzado por Cazorla y Eliseu. Antes del descanso, el delantero pudo empatar pero le faltó la velocidad perdida después de tanta lesión. Un tipo como él, con su experiencia y calidad, puede aportar una barbaridad a un equipo joven, talentoso y en supuesto crecimiento como el Málaga, pero para llegar a Europa el jeque del dinero debe gastarse un poquito más.
El Barcelona acabó con la historia a los dos minutos de la reanudación. Caballero no pudo con el tercero de los balones que le llovieron como balas. Alexis culminó dentro del área lo que no pudo en las dos ocasiones anteriores Thiago. Con 0-2, el Barcelona rebajó aún sus revoluciones pero Messi quedó al margen de la orden no dictada y siguió a lo suyo. A partir de una recuperación de balón en el centro del campo y de la ayuda de Thiago, el argentino se fue como un rayo hacia la defensa andaluza, que reculó y reculó intimidada hasta que vio la pelota dentro de la portería.
Messi redondeó otra tarde para el recuerdo con una cabalgada desde el centro del campo que no encontró rival por la imposibilidad de los defensas para alcanzarle. En la celebración se escucharon aplausos del público local, que también había ovacionado un rato antes a Iniesta y silbado a Cazorla cuando fueron sustituidos.
Tuvo el Málaga tres clarísimas opciones para maquillar el resultado. Sólo aprovechó la primera. Rondón batió al colosal Valdés por el único hueco posible tras un rechace del portero. El delantero pudo acortar aún más la distancia pero su cabezazo, como el de Seba en el descuento, se marchó fuera.
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