MONTEMELÓ (14 Junio 2015).- En dos temporadas, Marc
Márquez había paladeado demasiados dulces en MotoGP. Sin mácula, sin rival, un
paseo para el chico maravilla, récords y más récords por el camino mientras el
mundo se ponía a sus pies. Y, de repente, se torna ante él todo el lado oscuro,
la suerte de lado, la mecánica también, ruina total. Si el año pasado salía de
Montmeló con siete triunfos seguidos y el título bajo el brazo, ahora escapa
diciendo adiós mientras Jorge Lorenzo y Yamaha sonríen. [Narración y
clasificaciones]
Busca inspiración y mejoras en su Honda, se llena de
paciencia entre carreras, sin perder la sonrisa ni el ánimo, pero todo tiene un
límite. Lo avisó en la previa, daba igual el precedente de Mugello, iba a
arriesgar en casa. Y también advirtió de que si Lorenzo tomaba ya la cabeza en
la primera curva, mal asunto. Y así fue, con las dos Suzuki flojísimas en la
salida, y el balear enfilado.
Trató Márquez de agarrarse a su rueda. Se vieron
ambos mano a mano, ritmo infernal, abriendo hueco. Pero pronto, en la tercera
vuelta, en la complicada curva de La Caixa, el de Repsol Honda entró
completamente pasado, sin control sobre su moto. Casi se lleva a Lorenzo por
delante. Se fue a la grava y después al suelo. Es la primera vez en su
historial en MotoGP que abandona dos carreras seguidas. "Cuando no estás
listo para estar delante, pasan estas cosas", volvió a pronunciar, todavía
en caliente, casi emocionado por no poder haber cumplido ante esas gradas que
le adoran y que esperaban aquí su punto de inflexión. Su desventaja es de 69
puntos con Rossi y 68 con Lorenzo.
Camino despejado
Al balear se le volvió a quedar limpio el horizonte.
Lleva cuatro carreras instalado en la perfección, todas las vueltas por delante
desde Jerez y van 103, tremendo. Con el rival caído, sólo le quedó hacer lo que
mejor sabe, volar sobre la M1, hacia su victoria número 58 en el Mundial, la
cuarta consecutiva por primera vez en su carrera.
Tuvo apenas que controlar a Rossi, que nunca se
acercó demasiado. No falla nunca el italiano, siete carreras siete podios, pura
experiencia, todavía líder con un punto de ventaja sobre su compañero de
equipo. Fue de menos a más, como suele hacer. Hubo un momento que pareció que
podía llegar a Lorenzo, cuando a falta de seis vueltas se acercó a 1,3 segundos,
recortando principalmente en el último parcial. Pero aguantó Lorenzo hasta
alzar los brazos al cielo, ese que habita de un tiempo a esta parte.
Intratable.
El podio lo completó Dani Pedrosa, el primero de su
temporada. Eso sí, acabó a casi 20 segundos de las dos Yamaha. Le beneficiaron
las múltiples caídas de la accidentada prueba: Crutchlow, Dovizioso y
finalmente Aleix Espargaró, el poleman, cuando marchaba cuarto.
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