El voto que Dios concede

Votos del tiempo, de ayer y hoy de siempre.

Votos sinceros, votos ciertos, espontáneos.

El voto de muchos, constante, el voto del triunfo, de la victoria

El voto firme, el que se pide y así concede Dios.

El voto que fue, es y será, el voto gremial.

Un voto de valor, no de precio, ni artimañas.

El voto que a pesar de sus muchos esfuerzos e incansables afanes, la maledicencia no alcanza, no conquista, no engaña.

El voto que nace y se reproduce por el trabajo constante, consuetudinario, siempre cerca y presente,  por vocación, dedicación amor y entrega a la clase, a sus gremios.

Un voto de confianza que se agradece de corazón, gracias por su respaldo de siempre. 

Con Dios siempre, a sus pies

Por LEONARFO CABRERA DÍAZ 

El autor es periodista 

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