MUERE MININI, LIDER CONJUNTO AFROCUBA

LA HABANA (1 Julio 2016).- Francisco Zamora Chirino, uno de los grandes rumberos de Cuba, falleció en Matanzas en la madrugada del jueves, a los 79 años de edad, a consecuencia de una insuficiencia renal.

Fundador y líder del conjunto Afrocuba, Minini, como le llamaban todos, había nacido en una de las fuentes más importantes de la tradición cultural fraguada a partir del legado africano, el barrio Pueblo Nuevo. Allí, y en otras comunidades yumurinas, aprendió los secretos de la percusión tanto la de origen yoruba —tambores batá— como la que proviene de la línea bantú —yuca o caja, cachimbo y mula—, y los cantos rituales de esas culturas enraizadas e incorporadas a la identidad cubana.

Pero también fue asimilando las variantes de la rumba —Matanzas es una de las plazas más representativas del género— y ganó una reconocida maestría en esos menesteres.

Mininí creó en 1957 el grupo Guaguancó Neopoblano, el cual fue la base de Afrocuba, concebido por él como un colectivo folclórico músico-danzario. Primero en el movimiento de aficionados, fomentado por la política cultural revolucionaria, y luego justamente reconocidos como profesionales, Afrucuba a lo largo de los años consolidó su jerarquía como una de las agrupaciones de punta entre las de su tipo en el país, al asumir depuradas interpretaciones rumberas y de otras especies. El rescate del repertorio bríkamo carabalí y gangá, y la innovadora batarrumba —fusión del trío de de percusiones batà con el instrumental clásico de la rumba— ha sido otro de los sellos distintivos de Afrocuba.

Con el conjunto, Minini se presentó en escenarios internacionales de Estados Unidos, América Latina y Europa y grabó varios discos, entre estos Árboles (1985), Raíces africanas (2005) y Moquekeré Okagua: atención cubanos (2015).

Al conocer el deceso del músico matancero, Ulieses Mora, director del proyecto Timbalaye, expresó: “Minini era un maestro no solo por sus interpretaciones sino también por la generosidad con que transmitió a las nuevas generaciones su sabiduría”.

El poeta Miguel Barnet, presidente de la Uneac, recordó al artista y al ser humano: “Fue un hombre bueno, muy ético. Parecía un príncipe investido por la dignidad de la cultura de su pueblo. Compartí con él actuaciones suyas inolvidables dentro y fuera de Cuba. Minini nunca podrá ser olvidado”.




Fuente: GRANMA

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