MARIANO RAJOY;: "NO VAMOS A PERMITIR UN REFERÉNDUM PARA LA RUPTURA DE ESPANA"

MADRID (12 Febrero 2017).- Mariano Rajoy clausuró el XVIII Congreso del Partido Popular con la imagen de una bandera española ondeando en el escenario principal y mirando a la situación actual de Cataluña con una conclusión muy clara: “No vamos a permitir un referéndum que pretende romper España y que va en contra de la Constitución”. 

El jefe del Gobierno dedicó gran parte de su discurso final a la cuestión independentista, insistiendo en que “sobre el incumplimiento de la ley no hay nada que hablar”, y advirtió a la Generalitat presidida por Carles Puigdemont que el Gobierno “no será cómplice de esa arbitratiedad” pretendida en Cataluña.

Rajoy aseguró que “la voluntad de diálogo es la de siempre”, pero recordó que lo que algunos plantean “no es un mero debate sobre el modelo de Estado territorial” porque para esa cuestión ya existen cauces. “Lo que algunos plantean es la eliminación de la soberanía nacional y del derecho que tienen todos los españoles a decidir lo que quieren que sea el futuro de su país”. La Caja Mágica de Madrid -escenario del cónclave de los conservadores- rompió entre aplausos mientras el presidente pidió un nuevo modelo de cohesión para Cataluña que recomponga “la división drástica” que hoy existe.

Y no escatimó el presidente en enumerar las graves consecuencias que tendría la separación que el Gobierno catalán plantea: la salida de la zona euro, del mercado único y la imposibilidad de sostener los servicios públicos para los millones de ciudadanos catalanes. En esa linea, Rajoy afirmó que "el proceso de secesión no es una poda amable de jardinero, sino una amputación dolorosa que no hay cirujano que salve".

Rajoy inició su intervención recordando los fundamentos de la formación que él preside “y de los que no vamos a prescindir”. El jefe del Gobierno retrató al PP como un “partido español que defiende la unidad de España, el proyecto europeo, el imperio de la ley y la firmeza de la lucha contra el terror”, y sacó pecho por la hoja de ruta aprobada en el cónclave conservador para los próximos años. Tres de las menciones que hizo el presidente popular fueron de especial relevancia: la primera a Manuel Fraga —presidente fundador del partido—, la segunda a José María Aznar, "sus años como presidente son un orgullo para el PP y los de Gobierno, una herencia de la que nos hemos beneficiado todos los españoles", dijo Rajoy y, en tercer lugar, se refirió a Rita Barberá, a la que dedicó un recuerdo como también hizo Cospedal.

Rajoy recuerda a Aznar.
Tras el repaso económico habitual —“gobernar la crisis no fue fácil”—, el presidente se centró en el momento actual reconociendo que, pese a haber ganado las últimas elecciones generales, “nuestra fuerza ha disminuido” al haber perdido la mayoría absoluta. De ahí, aseguró el presidente, la importancia del diálogo puesto en práctica en el acuerdo de investidura firmado con Ciudadanos y Coalición Canaria. “Pudimos haber forzado unas nuevas elecciones que nos convenían y no lo hicimos. Pusimos a España por delante, que era lo natural y lo que se esperaba.


En ese sentido y tras anunciar que por la mañana habló con Albert Rivera —“le he pedido que no apriete mucho”— insistió en que el PP que él lidera fue capaz de formar Gobierno “pero sin posibilidad de gobernabilidad” en alusión a la aritmética que sitúa al Partido Socialista como indispensable para todas las reformas de calado y la aprobación de los presupuestos generales. Por eso, el presidente del Ejecutivo afirmó que la “responsabilidad” ha de ser compartida entre “todas las fuerzas políticas”. 

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