EE.UU REBAJA A 2.600 MILLONES DE DÓLARES SU PETICIÓN DE MULTA A ODEBRECHT POR SU TRAMA SOBORNOS
WASHINGTON (17
Abril 2017).- Seguiría siendo la más elevada de la historia de Estados Unidos
por un caso extranjero de sobornos, pero la multa sería de casi 2.000 millones
de dólares menos de lo planteado inicialmente.
El Gobierno de Estados Unidos ha accedido a la alegación
de Odebrecht y ha pedido al juez que lleva el caso del entramado de sobornos de
la constructora brasileña que le imponga una penalización de 2.600 millones de
dólares, según se detalla en el documento de propuesta de condena de la
Fiscalía. El magistrado federal Raymond J. Dearie dictará sentencia este lunes.
El pasado diciembre, Odebrecht se declaró culpable
en un juzgado de Nueva York de haber creado un sofisticado engranaje de
sobornos millonarios a funcionarios e intermediarios para tratar de lograr
contratos de obra pública en al menos 12 países. Se abrió una caja de truenos
que ha puesto en jaque a la clase política latinoamericana y ha agudizado la
espiral de corrupción que sacude Brasil.
Odebrecht llegó entonces a un acuerdo con la Fiscalía
estadounidense para pagar una multa de 4.500 millones de dólares, que se
repartirían entre EE UU, Brasil y Suiza, donde también se estaba investigando a
la constructora. Pero la empresa advirtió de que solo tenía capacidad de abonar
2.600 millones de dólares y se estableció un mecanismo para comprobar si era
verdad. Cuatro meses después, las autoridades estadounidenses y brasileñas le
han dado la razón.
En un documento, fechado el pasado martes, el
Departamento de Justicia comunica al magistrado Dearie su propuesta “apropiada”
de condena a Odebrecht de cara a la vista del próximo lunes 17: una multa de
2.600 millones de dólares, la creación de un supervisor contable independiente
durante tres años y una serie de obligaciones de comunicación con las
autoridades. En la rebaja de la pena, según el texto, han influido también la
cooperación de la compañía con el Gobierno estadounidense y su adopción de
diversas medidas anticorrupción.
Según la propuesta, Odebrecht tendrá que pagar a EE
UU 93 millones de multa antes del próximo 30 de junio y al menos esa misma
cantidad a Brasil antes de que termine 2021. El resto de la penalización la
abonará a Brasil y a Suiza según detallen sus respectivos acuerdos.
El juez Dearie, del Distrito Este de Nueva York,
tomará su propia decisión. Podría respetar la recomendación de la Fiscalía o
considerarla insuficiente. Tras la sentencia, habrá terminado el capítulo
estadounidense de la trama de Odebrecht, iniciado a raíz de una investigación a
los intermediarios de la red presentes en el país y vinculada con la red de
corrupción de Petrobras en Brasil.
En paralelo, Braskem, el brazo petroquímico de
Odebrecht, acordó en diciembre con la Fiscalía norteamericana pagar una
penalización de 957 millones de dólares, pero ese caso todavía no ha sido visto
para sentencia.
Al margen de que finalice la batalla judicial de la
constructora en EE UU, el terremoto seguirá en los países que han lanzado sus
propias investigaciones a raíz de las pesquisas estadounidenses. El acuerdo
entre la Fiscalía y Odebrecht se sumerge en cómo funcionaba el sistema de
sobornos y en qué países operaba, pero omite los detalles sobre la identidad de
las personas que recibieron los pagos o de qué infraestructuras se trataba.
Esos detalles se mantendrán presumiblemente bajo secreto de sumario mientras
sigan en curso las investigaciones de otros países.
Desde 2001 hasta 2016, Odebrecht —un conglomerado
presente en 28 países y con unos 168.000 empleados— pagó, según el pacto de
culpabilidad, 788 millones de dólares en sobornos relacionados con más de 100
proyectos en 12 países: Angola, Argentina, Brasil, Colombia, República
Dominicana, Ecuador, Guatemala, México, Mozambique, Panamá, Perú y Venezuela. A
cambio de esos pagos ilícitos, la empresa obtuvo beneficios de 3.336 millones
de dólares.
La firma obtuvo así una “ventaja impropia” frente a
sus competidores y actuó de forma “conocedora y consciente”. Muchos de los pagos
se efectuaron a través de un sistema de contabilidad paralela en el que se
usaban mensajes y usuarios secretos. “Los ejecutivos y oficiales en los niveles
más altos de Odebrecht conocían y participaron en el esquema corrupto”, reza el
texto judicial.
Por
JOAN FAUS/El País
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