CRISTIANO RONALDO A LOS TRIBUNALES ANTES DEL 30 DE JUNIO POR DELITO CONTRA EL FISCO
MADRID (25 Mayo 2017).- La Agencia Tributaria ha
enviado ya a la Fiscalía de Madrid el expediente de la inspección al futbolista
portugués del Real Madrid Cristiano Ronaldo correspondiente a los años 2011 al
2014 al entender que el jugador cometió delito fiscal al no tributar una parte
sustancial de sus abultados ingresos por la comercialización de sus derechos de
imagen. La documentación comenzó a ser analizada ayer mismo en las dependencias
de la Fiscalía de Delitos económicos de Madrid.
Ahora corresponde a esta última estudiar la
información remitida por los inspectores y decidir si también aprecia la
posible existencia de los delitos fiscales y, por lo tanto, debe presentar la
correspondiente querella en los juzgados. El caso quedará en manos de la fiscal
que ya se encarga de otros similares. De considerar que hay indicios
suficientes de fraude a Hacienda, los fiscales deberán presentar la querella
contra Ronaldo antes del 30 de junio para evitar que prescriba el delito correspondiente
al 2011. Si la Fiscalía asume el criterio de la Agencia Tributaria, Ronaldo
acabará como tantos otros jugadores - entre ellos el azulgrana Leo Messi -
juzgado y potencialmente condenado por delito contra la Hacienda Pública.
La inspección a Ronaldo arrancó en diciembre del
2015, antes de que se publicasen las informaciones de Football Leaks, con
documentación sobre diferentes agentes y jugadores de futbol y las redes de
sociedades en paraísos fiscales utilizadas para ocultar los ingresos a las
haciendas de diferentes países. En aquel momento, fuentes próximas a Hacienda
manifestaron que sus pesquisas habían detectado más indicios que los recogidos
en los documentos filtrados.
En el caso de Ronaldo, en el momento de inicio de
las actuaciones de la inspección ya habían prescrito los años 2009 y 2010, los
dos primeros en los que el portugués jugó en el Real Madrid de Florentino
Pérez.
El jugador portugués ha disfrutado durante gran
parte de su periodo en el Real Madrid de las ventajas derivadas de su condición
de no residente a efectos fiscales, acogiéndose a la llamada Ley Beckham. Esta
norma habilitaba a los profesionales que residían en España procedentes del
extranjero por motivos laborales declarar como no residentes y tributar un
24,75%, un porcentaje muy inferior al 48% vigente para el resto de los contribuyentes
con altos niveles de ingresos en el momento de aprobación de la mencionada
normativa.
Atendiendo a ese criterio, Ronaldo debería haber
incluido en sus declaraciones de renta como no residente la inmensa mayoría de
los 75 millones que, según las mencionadas informaciones periodísticas, ingresó
como derechos de imagen entre 2009 y 2015 y que, en realidad, habrían acabado
recalando en diversas sociedades en paraísos fiscales. Esto es sólo una
aproximación pues los últimos cálculos, correspondientes al 2016, cifran los
ingresos anuales del portugués, mayoritariamente por la venta de los derechos
de imagen , en más de 70 millones de euros. Según algunos cálculos, la factura
de Ronaldo con Hacienda no bajaría de los 23 millones, incluyendo las sanciones
correspondientes.
La normativa y la jurisprudencia del Tribunal
Supremo desde por lo menos el 2008 consideran que quien se acoge a ese régimen
fiscal tienen la obligación de incluir en su declaración a la Agencia
Tributaria todas las rentas del trabajo generadas en todo el mundo. Ronaldo,
según las fuentes consultadas, no lo hizo así y prefirió considerar que la gran
mayoría de esas rentas habían sido generadas por actividades en el exterior y
por lo tanto no deberían tributar en España.
Cuando se inició la inspección, Ronaldo efectuó un
pago de varios millones que, sin embargo, no le ha servido para frenar las
investigaciones ni, lo más importante, evitar las consecuencias penales de su
comportamiento supuestamente defraudador.
En el caso de que el pago cubra la cantidad
defraudada y se haga constar el reconocimiento de la culpa, sí que tendría
efectos atenuantes de las penas.
Por
MANUEL PÉREZ/laVanguardia
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