CUBA ATACA EL NARCOTRÁFICO MIENTRAS ESPERA POR PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS

LA HABANA, Cuba (22 Junio 2017).- El narcotráfico sigue usando activamente al Caribe como puente de trasbordo a Estados Unidos, una realidad que ha provocado que la droga incautada en Cuba se haya triplicado en lo que va año, lo que provoca preocupación en el gobierno cubano, dado que los diálogos de alto nivel sobre temas de seguridad con su contraparte estadounidense están detenidos desde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca.

Cuba lidia con el problema del narcotráfico como cualquier país del mundo, a pesar de que su índice de consumo de estupefacientes ilegales no llega al uno por ciento y de que la isla no cuenta con una estructura de mercado de narcotráfico similar a las que existe en la mayoría de las naciones de la región.

“Nosotros ocupamos droga, en pequeñas cantidades, pero ocupamos droga. No es que en Cuba no haya drogas, pero aquí no hay un mercado de consumo, ni almacenamiento ni distribución de drogas ilegales”, dijo a la prensa internacional acreditada en La Habana, Israel Ybarra, presidente de la Comisión Nacional de Drogas, algo así como el “zar antidrogas” de Cuba.

Esas “pequeñas cantidades” se han disparado en lo que va de año. Según los datos oficiales, en Cuba se capturaron 1.75 toneladas de droga el año pasado, mientras en los primeros cinco meses del 2017 ese incremento supera las tres toneladas, lo que lleva al país en ruta a triplicar sus confiscaciones.

Las razones para ese incremento son variadas.

La primera se centra en la vigilancia, pues desde que Cuba y Estados Unidos estrecharon relaciones diplomáticas sus actividades contra el narcotráfico se ampliaron mediante acuerdos de cooperación entre sus agencias de seguridad, como los guardacostas.

Esa estrecha colaboración –que también incluye a las autoridades de Jamaica y Bahamas- ha provocado que las embarcaciones que usan como punto de trasbordo los 5,750 kilómetros de costas de Cuba o alguno de sus 4,000 cayos, tengan que lanzar cada vez más droga al mar, la cual acaba confiscada por los guardacostas o la Aduana cubana tras ser abandonada en medio de persecuciones o por trasbordos fallidos de las lanchas de alta velocidad utilizadas a esos fines.

El gobierno cubano asegura que la mayor parte de la droga incautada va dirigida al mercado estadounidense y que en el país no existe un mercado de narcotráfico porque los niveles de consumo están por debajo del uno por ciento.

De hecho, la Aduana reporta que en el 2016 se ocuparon sólo 30 kilogramos de droga entrando al país de manera ilegal para consumo interno a través de sus puntos de cotejo, sobre todo en aeropuertos.

“Mientras que en el año2016 se confiscaron 30.22 kilogramos de drogas, entre los meses de enero y mayo del 2017 la Aduana General de la República ha asegurado 32.59 kg”, indicó Moraima Rodríguez Nuviola, subdirectora de Enfrentamiento de la Aduana General de la República a la prensa cubana.

“Principalmente ha sido detectada por la vía aérea, en pasajeros que la introducen en alimentos, adherida al cuerpo, ingerida, al interior de equipos electrodomésticos… Debido a que en algunos países hay drogas (como la marihuana), que están siendo despenalizadas, muchos viajeros intentan ingresar a la Isla con pequeñas proporciones para su consumo personal. Creen que eso les da aval para entrarla a Cuba, y no es así. Acá se les levanta un acta de advertencia y se les pone una multa”, explicó.

El tema de la descriminalización fue señalado con firmeza por las autoridades cubanas como otro de los detonantes para el incremento de las intervenciones en el país.

“En la región hay un grupo de países que han legalizado el uso de la marihuana, nosotros no la hemos legalizado ni la pretendemos legalizar… La flexibilización de las normas de consumo en estos países y la producción legalizada en países como Argentina y Uruguay, ha provocado un alza en el tráfico de marihuana en la región”, expresó Ybarra.

Otro de los puntos señalados para el considerable aumento en la confiscación de droga -eminentemente marihuana y, en segundo lugar, cocaína- ha sido que los acuerdos migratorios entre Cuba y Estados Unidos consiguieron detener los viajes de ilegales a través del estrecho de la Florida, lo que ha causado que las bandas se dediquen a nuevos negocios.

“A partir de la política de acercamiento con Estados Unidos mediante los nuevos tratados migratorios, las bandas que antes traficaban personas ahora se han reorganizado para traficar drogas”, afirmó Ybarra.

Esos acercamientos con Estados Unidos están en el limbo. Tras cuatro encuentros para ver temas de seguridad, ambos países lograron importantes acuerdos en materia en áreas como terrorismo y narcotráfico.

De ahí se desprendieron puntos de cooperación que se mantienen en ejecución por contacto directo entre las agencias de seguridad de los dos países e, incluso, mediante intercambios entre las propias patrullas de guardacostas. Los diálogos de alto nivel que facilitaron esos enlaces están congelados desde que Trump llegó a la Casa Blanca.

Se supone que uno de ellos se realizara en Estados Unidos el primer semestre del año, pero fue pospuesto por petición del gobierno estadounidense, que hasta el momento no ha dado señales de retomarlos y anunció la semana pasada un cambio considerable en la política de acercamiento propulsada por la pasada administración.

“Los diálogos de alto nivel se han detenido, estamos a la espera. Este ha sido un gran mecanismo de cooperación y esperamos que el gobierno estadounidense no lo deseche. Estamos a la espera, porque este es un problema muy grave. Cuba está dispuesta a reanudarlos, pero esa decisión depende de Estados Unidos”, sostuvo Ybarra, quien lanzó la rama de olivo para que el vaivén político no tire por la borda un esfuerzo que, asegura, ha rendido enormes frutos.   





Por BENJAMÍN HERNÁNDEZ MELÉNDEZ/Endi.com

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