BRASIL (16 Marzo 2018).- Miles de brasileños
protestaron en las calles de Río o Sao Paulo, y en las redes sociales, contra
del asesinato hace dos días de la concejala negra y de izquierda, Marielle
Franco. Un crimen que silencia a una de las principales voces de defensa de
derechos humanos en la ciudad carioca.
"Una cosa es nacer, vivir en las favelas y otra
cosa es reivindicar e instrumentalizar ese lugar, la favelada, para hacer
política de otra manera". Así
definía su quehacer político en las barriadas pobres de Rio de Janeiro, la
concejala brasileña de izquierda Marielle Franco, asesinada a balazos en su
vehículo el pasado 14 de marzo en la noche.
Negra, nacida en una de las favelas más violentas de
Rio, socióloga y activista, la concejala del Partido Socialismo y Libertad era
también la relatora de la comisión creada para fiscalizar las operaciones
policiales en el marco de la intervención militar en Río de Janeiro.
En varias ocasiones denunció la brutalidad de la
Policía militar en las barriadas más pobres. Y solo cuatro días antes de su
muerte alertó en las redes sociales que la policía estaba sembrando el terror
entre los moradores de una favela del norte de la ciudad. "Paren de
matarnos. Cuántos jóvenes tienen que morir para que la guerra contra los pobres
se acabe", escribió.
Las organizaciones de defensa de DDHH exigen una
investigación pronta y eficaz de lo que denuncian como un asesinato político.
“Se trata de una ejecución política debida a la fuerte intervención del Estado
de Río de Janeiro”, denunció al micrófono de RFI Victoria Grabois, del Movimiento
contra la Tortura ‘Nunca Mais’, que recordó que Franco denunció el domingo
antes de su muerte el caso de la desaparición de dos jóvenes en una de las
favelas intervenidas por la policía militar.
La
polémica intervención militar de Río
El asesinato de Marielle Franco ocurre un mes
después de que el presidente de Brasil, Michel Temer, entregara por decreto
todos los operativos de seguridad del estado de Río de Janeiro a los militares
autorizándolos a utilizar “poder letal”, de ser necesario. Los movimientos sociales rechazaron la medida
y la concejala Marielle Franco aseveró entonces que sólo traería una
"falsa sensación de seguridad" para las clases más altas que
pensarían que "las cosas mejoraron" con los militares.
Aunque la presencia militar en el Estado de Río no
es una novedad, esta es la primera vez que un militar, en este caso un general,
ocupa un cargo ejecutivo en Brasil desde 1985, cuando se acabaron los 21 años
de dictadura.
Las organizaciones de DD.HH. ven el polémico decreto
de Temer como la reinstauración de ese periodo. “Se ha implementado un estado
de excepción como durante la dictadura militar entre 1964 y 1985: los militares
pueden entrar a los hogares, la población es registrada, tiene que mostrar sus
documentos…”, dijo a RFI Victoria Grabois, de la organización ‘Nunca Mais’.
En un vídeo, el presidente de Brasil calificó el
asesinato de Marielle Franco como un "atentado inadmisible contra la
democracia y el estado de derecho". El mandatario encargó a la Policía
Federal llevar a cabo la investigación, y aprovechó para defender la
intervención militar en Río. “Estamos allí para reestablecer la paz y la
tranquilidad", dijo Temer. “Estas bandas criminales no destruirán nuestro
futuro, nosotros destruiremos el bandidismo antes”, sentenció el presidente de
Brasil.
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