LAS MUJERES SE REAFIRMAN COMO LA "MANO DERECHA" DEL PODER EN LATINOAMÉRICA
BOGOTÁ, Colombia (19 Junio 2018).- La elección el
domingo de Marta Lucía Ramírez como vicepresidenta de Colombia y el reciente
nombramiento en el mismo cargo de Delcy Rodríguez en Venezuela reafirman a las
mujeres como la "mano derecha" del poder en Latinoamérica, una región
donde la presencia femenina en la política ha venido al alza.
Sumando a Colombia, una decena de países, casi una
tercera parte de Latinoamérica, tendrá una mujer en la Vicepresidencia,
incluyendo Argentina, Costa Rica, Ecuador, Nicaragua, Panamá, Perú, República
Dominicana, Uruguay y Venezuela, en un año en el que la región quedó
"huérfana" de presidentas tras el fin del mandato de Michelle
Bachelet en Chile.
La conservadora Marta Lucía Ramírez se convirtió
este domingo en la primera mujer en ser elegida vicepresidenta de Colombia,
como compañera del uribista Iván Duque, en una fórmula que aglutinó a su
alrededor a las fuerzas de la derecha.
Ramírez, abogada de 63 años y que ya había aspirado
a la Presidencia del país, es considerada como una mujer de armas tomar al
haber sido hasta ahora la única en ocupar el cargo de ministra de Defensa en un
país donde las Fuerzas Armadas son una institución de gran peso en la vida
política.
Una amplia trayectoria también tiene la venezolana
Delcy Rodríguez, nombrada vicepresidenta la semana pasada, en el marco de una
reforma ministerial, y a quien el mandatario Nicolás Maduro calificó como una
"joven mujer, valiente, aguerrida, hija de mártir, revolucionaria".
Rodríguez, que se desempeñaba como presidenta de la
oficialista Asamblea Nacional Constituyente (ANC), ya había sido canciller y
ministra durante la Administración de Maduro.
Costa Rica sentó un gran precedente al elegir a Epsy
Campbell, quien se convirtió en mayo pasado en la primera mujer
afrodescendiente que llega a la Vicepresidencia de un país de América
continental y en dirigir las relaciones exteriores de su país.
En el último año destacan además Ecuador y Perú,
donde las Vicepresidencias fueron ocupadas por mujeres tras escándalos (los dos
relacionados con la constructora brasileña Odebrecht) que implicaron a altas
esferas del Gobierno.
En enero, la psicóloga clínica María Alejandra
Vicuña, de 40 años, asumió como "mano derecha" del presidente
ecuatoriano, Lenín Moreno, en reemplazo de Jorge Glas, quien fue a prisión por
su vinculación al escándalo de sobornos de Odebrecht.
Y en Perú, Mercedez Araoz, que se desempeñaba además
como jefe del consejo de ministros, quedó como la única vicepresidenta del
país, tras la renuncia del mandatario Pedro Pablo Kuczynski en marzo pasado,
también por el caso Odebrecht y que llevó al entonces primer vicepresidente,
Martín Vizcarra, a la jefatura de Estado.
Ellas se suman a mujeres más veteranas en el cargo
como la dominicana Margarita Cedeño y la uruguaya Lucía Topolansky, que tienen
en común haber sido además primeras damas de su país.
Topolansky, una exguerrillera de 73 años del Movimiento
de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T), se convirtió en septiembre de 2017 en
la primera vicepresidenta que ha tenido Uruguay tras haber sido primera dama en
el mandato de José Mujica (2010-2015)
Y la abogada Margarita Cedeño, de 53 años, asumió a
finales de 2012 como vicepresidenta dominicana también tras ocho años de
primera dama, una posición desde la que gracias a los programas de asistencia
social se convirtió en la figura más popular del Gobierno de su esposo, Leonel
Fernández.
En Argentina, el conservador Mauricio Macri llegó a
la Presidencia en diciembre de 2015 de la mano de Gabriela Michetti, que
también preside el Senado y cuya labor se ha destacado en la atracción de
inversiones y en fortalecer los vínculos económicos con otras naciones.
Michetti, que comenzó a trabajar en la función
pública a finales de la década de 1980 y quedó parapléjica en un accidente en
1994, se ha mostrado también comprometida con las personas con discapacidad en
Argentina.
En el lado centroamericano, además de Costa Rica,
hay dos casos más: Panamá y Nicaragua.
Rosario Murillo, la esposa del presidente Daniel
Ortega, no solamente es la mujer más influyente de Nicaragua, sino que también
se convirtió, tras los controvertidos comicios de 2016, en la vicepresidenta
del país, sumido actualmente en una crisis que deja cerca de 200 muertos.
Desde que en 2007 asumió como primera dama, Murillo,
de 66 años, acumuló un poder excepcional, que no solamente le permitió ser la
única portavoz del Gobierno de su esposo sino también dar órdenes.
Y en Panamá, Isabel De Saint Malo, de 49 años,
además de ser la vicepresidenta es también la canciller desde mediados de 2014,
con el Gobierno de Juan Carlos Varela.
Como canciller y vicepresidenta, ha abordado temas
como la extradición del expresidente Ricardo Martinelli, las crisis en
Venezuela y Nicaragua y el escándalo de los papeles de Panamá.
"Como dijo García Márquez 'Realmente el poder
de las mujeres es el que mueve al mundo'", dijo hoy a Efe Saúl Pineda
Hoyos, director del Centro de Pensamiento en Estrategias Competitivas (Cepec)
de la Universidad del Rosario de Bogotá, al reafirmar que este auge se debe en
la mayoría de los casos a los méritos y capacidades de las mujeres.
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