LOS SECRETOS TRAS LA SUPER VELOCIDAD Y RESISTENCIA DE LOS MUNDIALISTAS
BOGOTÁ, Colombia (21 Junio 2018).- En el partido
inaugural del Mundial 2018, que terminó en goleada de Rusia sobre Arabia
Saudita, Aleksandr Golovin, mediocampista local, recorrió 13 kilómetros. Fue,
además de figura en ese juego, el futbolista que más se movió en la primera
ronda de partidos de la cita orbital, por encima de los atletas de las otras 31
selecciones. En velocidad, el goleador portugués Cristiano Ronaldo fue el más rápido
de todos, tras haber alcanzado 33,98 kilómetros por hora en el partido contra
España.
Golovin es una joven promesa del CSKA Moscú de la
Liga Premier de Rusia y Cristiano Ronaldo, si acaso no lo sabía, la máxima
estrella del Real Madrid. Ambos, por lo menos con estos datos de la Fifa, son
los mejores exponentes de las capacidades que logra desarrollar un deportista
de alto rendimiento.
Y si bien hay características que son propias de
cada atleta, como la velocidad o la resistencia, la mayoría de los deportistas
a este nivel deben sus resultados a una preparación física y mental de muchos
años, que les permite –entre otros indicadores– rendir al máximo a lo largo de
más de 3.000 minutos que puede tener en disputa una temporada de un año.
No se trata de fórmulas secretas ni de recetas
mágicas, aunque sí de talento, disciplina, preparación y de un equipo de
investigadores y científicos que están detrás de cada estrella para sacar lo
mejor de sí, apunta Édgar Galeano, especialista en medicina del deporte de
Bodytech.
El experto, quien ha estado a cargo de las
evaluaciones de los jugadores de las selecciones nacionales en el laboratorio
de fisiología del Centro de Alto Rendimiento, explica que hay todo un músculo
tecnológico que, además de monitorear el rendimiento de cada deportista en
entrenamientos y partidos, diseña planes personalizados teniendo en cuenta las
capacidades particulares y las exigencias de un deporte que como, el fútbol, ha
evolucionado. “Ahora se corren muchos más kilómetros que antes a una velocidad
mayor”, indica.
Jugadores de la
selección argentina, que comenzaron el torneo empatando con Islandia.
Hay tres ejes fundamentales de preparación para la
alta exigencia, según Galeano: fuerza, potencia muscular y resistencia
intermitente. Y puntualiza: “El cuerpo de un futbolista debe estar preparado a
la realidad de un partido. No se está en el mismo movimiento todo el tiempo, se
trota, se acelera, se salta y se enfrentan jugadas de contacto. Por eso se
trabaja en reacciones que requieren explosión”.
Galeano acota que cada jugador enfrenta una carga y
una intensidad específica de acuerdo con los datos encontrados y que, en ese
sentido, la preparación de un deportista de élite en una disciplina grupal como
el fútbol, por lo menos desde el punto de vista físico, es cada vez más
individualizada.
“Se mide todo, incluso indicadores como frecuencia
cardiaca, fatiga muscular e hidratación, que dan señales sobre posibles riesgos
de lesiones”, dice.
En plena competencia, hay que saber equilibrar los
tiempos de entrenamiento, competencia, reposo y recuperación, agrega. “Más de
dos juegos de este nivel por semana incrementa el riesgo de lesión y puede
afectar el óptimo rendimiento, más si se acumulan partidos de intensidad
creciente durante un mes”.
A esta altura de la temporada, tras 10 meses de
competencia con sus clubes –y de al menos 24 horas de intensa actividad física
semanal–, las sesiones de entrenamiento suelen concentrarse en la parte táctica
y en la recuperación, insiste Galeano.
“Existen estrategias de recuperación que se utilizan
desde el momento en que finaliza el partido. Van desde la parte nutricional,
para restablecer el balance metabólico; asegurar el reposo y el sueño en
cantidad y calidad; hasta medios físicos como el uso del frío mediante
inmersión o criosauna y masajes deportivos”, finaliza.
La
alimentación
De nada sirve toda esta infraestructura si el cuerpo
del deportista no es un ejemplo de hábitos saludables. Y en este punto la
nutrición es vital. Juan Carlos Galvis, especialista en medicina deportiva de
Colsanitas, asegura que la dieta es clave para mantener acondicionamiento
físico, fuerza, agilidad y resistencia. Para establecer esa dieta, en primer
lugar, se deben valorar cuáles son sus requerimientos particulares de energía,
a partir de su gasto calórico y de aspectos como peso y talla.
Lo recomendable, según Galvis, es acudir a
carbohidratos, proteínas, grasas y vitaminas para cubrir el elevado gasto
energético diario que implica una competencia de varias semanas, como el
Mundial.
Los carbohidratos son fuente de energía para
resistir el entrenamiento y los partidos y facilitan la recuperación. La
proteína –principalmente aminoácidos–, busca que el jugador mantenga el tono
muscular y aporte al desarrollo de nuevos tejidos. Las grasas no deben superar
una cuarta parte de su plato y se deben privilegiar las que provienen de
semillas y oliva, señala el especialista.
Argentina
La hidratación es tanto o más importante, antes,
durante y después de la competencia, expone Galvis, pues la deshidratación es
muy peligrosa para el deportista al implicar riesgo de arritmias y muerte,
adicional a un bajo rendimiento.
“El futbolista requiere estar hidratado todo el
tiempo para garantizar el desempeño deportivo, más aún en condiciones
climáticas adversas como calor, alta humedad o altura. Se recomienda iniciar la
práctica hidratado, durante la actividad tomar 100 mililitros cada 15 minutos y
a libre demanda. Luego de la actividad se debe hacer hasta conseguir orinar de
color claro”, concluye.
La
preparación mental es clave
En el libro 'Liderazgo para equipos' (Planeta),
presentado hace poco en Bogotá, el argentino Marcelo Roffé, psicólogo de la
Selección Colombia entre el 2012 y 2015, explica que la intervención
psicológica del futbolista se centra en establecer objetivos, desarrollar
cohesión, fortaleza mental ante las adversidades y generar una mentalidad
ganadora. Esta suele comenzar por el conocimiento del ser humano, mediante
entrevistas y test, y se materializa con talleres, dinámicas grupales y videos
motivacionales.
Para cada juego, se trabaja la técnica cognitiva de
la visualización, que puede ser decisiva para mejorar la concentración y la
confianza, así como la relajación para reducir la ansiedad y lograr un mejor
descanso/sueño.
RONNY
SUÁREZ/El Tiempo
Redactor de Salud@RonnySuarez_
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