NUEVA YORK CELEBRA A LA COMUNIDAD LGBTQ CON UN ESPECTACULAR DESFILE
NUEVA YORK (25 Junio 2018).- Entre la fiesta, banderas multicolor y
la protesta, Nueva York celebró hoy su multitudinario desfile del Orgullo
LGBTQ, con nuevos invitados como la Liga Nacional de Fútbol de EEUU, y la
Policía canadiense, pasando de ser un evento de protesta combativa en sus
inicios a un espectáculo bien diverso.
Centenares de miles de neoyorquinos, vestidos con
los colores del arcoiris que les representa, que mostraron además en prendas,
banderas, en su cabello o rostro, acudieron a la edición 49 de este esperado
evento, que celebra la diversidad y la unidad, y que se realizó bajo el lema
“desafiantemente diferente”.
La leyenda del tenis Billie Jean King fue una de las
gran mariscales del desfile, junto con la activista transgénero Tyler Ford y la
organización de derechos civiles Lambda Legal.
Este año, en que los organizadores esperaban
convocar unas tres millones de personas, se estrenó una nueva ruta, algo más
corta, con miras a reducir las aglomeraciones con la vista puesta en el próximo
año, cuando la Gran Manzana se convertirá en la capital mundial del Orgullo.
Nueva York será la primera ciudad estadounidense en
acoger el World Pride, que coincidirá con el 50 aniversario de los disturbios
de Stonewall, cuyas protestas contra la violencia policial encendieron la mecha
del “Gay Power” en 1969, y dieron pie a este colorido evento.
Desde entonces, la marcha ha cambiado mucho: por
segundo año consecutivo se retransmite por televisión y asiste un público de lo
más variopinto: desde la Liga Nacional de Fútbol y la de Baloncesto, pasando
por policías locales, activistas históricos, miembros de la comunidad y
multitud de empresas.
Esta diversidad se palpó en las carrozas, donde se
combinaba la pluma y el “I will survive” de Gloria Gaynor con las pancartas
contra la política migratoria del presidente Donald Trump, que ha sacudido la
opinión pública del país estos últimos días.
Yocasta Schneider, estadounidense de origen
ecuatoriano, explicó a Efe que acude al Orgullo desde hace 15 años, aunque
ahora lo hace con más razón, ya que acompaña a su hijo Elijah, un adolescente gay
al que le gusta ir al desfile “para reivindicar, pero fundamentalmente para
pasarlo bien”.
Al mismo tiempo, muchos activistas creen que la
presencia de la Policía y las grandes corporaciones es desmedida y critican que
bancos y marcas de lujo sean los patrocinadores de un evento que en su día fue
altamente combativo.
Bajo esta premisa, el año pasado se creó “Reclaim
NYC Pride”, que busca “recuperar” el espíritu radical de la marcha, y del que
forman parte organizaciones como ACT UP, de lucha contra el sida, Rise and
Resist, un movimiento anti-Trump, o Gays Against Guns, que aboga por la
regulación armamentística.
“El Orgullo de Nueva York es un evento con un gran
significado simbólico y cultural del que se han apropiado los intereses
comerciales y que ha sido víctima de una excesiva presencia policial”, detalló
a Efe una de sus portavoces, Natalie James.
“No hay que olvidar que la marcha conmemora una
revuelta contra la brutalidad policial. Que a la policía se le dé un lugar de
honor en la marcha es perverso y poco ético teniendo en cuenta lo que
representó Stonewall”, criticó James.
Mientras tanto, los policías locales gays,
organizados a través de la Gay Officers Action League (GOAL), tienen pensado
seguir desfilando en uniforme y este año incluso invitaron a agentes
canadienses, a los que se les prohibió desfilar en Toronto.
No faltaron los políticos como el gobernador de
Nueva York, Andrew Cuomo, que inauguró hoy, previo al desfile, un monumento en
recuerdo de las víctimas del tiroteo en un bar gay de Orlando en 2016.
Igualmente acudió su rival en las primarias
demócratas del próximo septiembre, la actriz Cynthia Nixon, que recogía apoyos
entre los suyos con miras a convertirse en la primera gobernadora bisexual.
La purpurina y el maquillaje arcoiris contrastaba
con los globos negros que portaban un puñado de activistas contra el SIDA, que
se tumbaron en el suelo mientras portaban lápidas.
En ellas se leían mensajes como “No se pudo pagar la
PrEP”, en referencia a la nueva pastilla que ayuda a prevenir el VIH, cuya patente
está registrada por una importante farmacéutica y que los activistas exigen que
sea “universal”.
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