TOMMY GALÁN LLAMA AL PAÍS A TOMAR LA PALABRA AL PROCURADOR GENERAL DE LA REPÚBLICA


SANTO DOMINGO, República Dominicana (13 Junio 2018).- Desde el hemiciclo el senador Tommy Galán llamó al país a “tomar la palabra al Procurador General de la República y acompañar el proceso en el denominado Caso Odebrecht”.

Galán, uno de los imputados por el Ministerio Público en el caso de los sobornos pagados en el país por la empresa brasileña expresó que “en algún momento, nuestros propios verdugos, detenidos frente a sus conciencias, tendrán que reconocer que se me somete por el simple hecho de ejercer los deberes de mi cargo, en la hora, lugar y momentos menos indicados”.

Alternativasnoticiosas.com deja a sus lectores las palabras del senador Galán ante el Honorable Hemiciclo del Senado en la sesión del 13 de junio.

Honorables colegas:

La Procuraduría General acaba de producir la presentación de su formal acusación en el denominado Caso Odebrecht, y a tales fines, ha solicitado audiencia preliminar y requerimiento de apertura a juicio contra el suscrito, junto a otros imputados. Frente a este evento, quiero exhortar al pueblo dominicano y al Congreso Nacional a mantenerse atentos a profundizar en los detalles de la acusación con que culminará la investigación realizada por el Ministerio Público, les aseguro que en lo que a mí concierne, las imputaciones contenidas en la misma, son la expresión más irresponsable, monstruosa, grosera y vulgar de manipulación jamás realizada en los anales de la Justicia Dominicana.

Para introducir los actos conclusivos de su investigación, el Procurador General de la República eligió el indecoroso método de dirigir un discurso ante la Nación y remitir notas de prensa en las que da como verdades situaciones que le consta son una absoluta mentira, con ello, el Procurador incurre en prevaricación y prácticas de deslealtad procesal, viola el derecho fundamental de la presunción de inocencia consagrado en el Ordinal 3 del artículo 69 de la Constitución de la República y el artículo 14 del Código Procesal Penal que establece que en "la aplicación de la Ley Penal son inadmisibles las presunciones de culpabilidad", del mismo modo, también violenta gravemente la obligación que pone a su cargo el párrafo 1 del artículo 169 de nuestra Ley Sustantiva, el cual le ordena garantizar "los Derechos fundamentales que asisten a ciudadanos y ciudadanas".

El Procurador ha tenido su turno y lo ha usado con ligereza censurable al tratar de pre-condicionar a la población a través de la comunidad mediática y usar esa presión contra la Suprema Corte de Justicia (SCJ), y la justicia en general, a la que pretende endilgar las previsibles consecuencias de su irresponsabilidad, delirios y pasiones, al presentarle un expediente contrahecho, que para desgracia de la institución que dirige, será un ruinoso precedente que la impactará penosamente frente a una población que espera justicia y no un aluvión de lodo y estiércol que la sepulte junto a la inocencia de personas, que como en mi caso, lo único que han hecho es cumplir con los deberes de su función, como oportunamente demostraremos. En una actuación de autobombo, a esa cosa, la ha querido denominar elegante e impropiamente como una "investigación rigurosa, amplia y profunda".

El jefe del Ministerio Público, a la manera propia de quien ignora su investidura y consciente de la inconsistencia de su obra, destila una amenaza velada de la justicia, a la que lanza a la mordacidad de la incomprensión pública, al decir, cito: "Si queremos seguridad jurídica, confianza e institucionalidad, todos debemos cumplir con nuestro papel. Nosotros, en el Ministerio Público tenemos la responsabilidad de someter a quienes infringen la Ley y son los jueces los responsables directos de administrar Justicia y tomar la decisión final sobre cualquier expediente, por eso les exhortó a que nos acompañen en este camino, a que se mantengan atentos y observen cuidadosamente el accionar de cada uno de los participan en este proceso...", fin de la cita.

¿Qué es eso sino una amenaza velada en el sentido de que, de no acoger su presupuesto fáctico, la justicia será sancionada por el escarnio público?.
Por eso reitero mi invitación al pueblo dominicano a que le tomemos la palabra al Señor Procurador General de República, acompañemos el proceso, y así como hemos puesto el oído ligero para dar cabida a la versión de la Procuraduría, asimismo el pueblo y la comunidad mediática nacional se puedan hacer una idea de quien faltó realmente a su deber, si los investigadores que están en el deber de proveer pruebas que vayan más allá de la especulación, o la justicia, la cual, al fin y al cabo, será la responsable final de sentar o no el presente de que la investigación, pueda llevarse de encuentro todo nuestro Estado de Derecho y las garantías del debido proceso que el conlleva.
Por consejo de mis abogados, los doctores José Ricardo Taveras Blanco y Guarionex Ventura, he mantenido silencio durante todo el proceso, porque lo decente es que estos asuntos se ventilen en el Tribunal. Sin embargo, la ansiedad que viene expresando el Ministerio Público por hacer de éste un caso que conlleve condena previa de la opinión pública, dada la ausencia de sustentación que lo afecta, nos hace reconducir esa actitud, por lo que, una vez recibida una adecuada notificación de la acusación, cumplidos los depósitos de pruebas y el escrito de defensa dentro del plazo legal, procederemos a informar gradualmente a la población de todos los retorcidas detalles de las imputaciones servidas en contra nuestra. A la sociedad que aguarde, con la gracia de Dios, las desmontaremos por punto, de manera fehaciente. En este propósito, esperamos recibir la misma apertura con que la prensa ha acogido la simple versión de parte, que al fin y al cabo representa la acusación del Ministerio Público.

De todo este doloroso episodio, lo que más lamento es el daño infringido, más allá de mi persona, a mi familia. Ellos, mis padres, esposa, hijos, amigos y relacionados, incluidos todos ustedes, queridos colegas, que solidarios en la adversidad, han tenido que padecer la afrenta con que desgraciadamente se ensaña la maledicencia pública, que ingenua y desconocedor de los detalle, es inducida de manera irresponsable a condenarnos. En algún momento, nuestros propios verdugos, detenidos frente a sus conciencias, tendrán que reconocer que se me somete por el simple hecho de ejercer los deberes de mi cargo, en la hora, lugar y momentos menos indicados.

A todos ustedes, a San Cristóbal y al pueblo dominicano en general, solo me queda asegurarles, frente a Dios, que soy desvinculado de los hechos a los cuáles se pretende vincularme. Solo pido a Dios que se me respete el derecho y la oportunidad de demostrarlo en justicia.

Muchas gracias.

TOMMY ALBERTO GALAN GRULLÓN
Senador por la Provincia de San Cristóbal


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