EL ATERRIZADOR INSIGHT DE LA NASA ALCANZÓ EL PUNTO ÓPTIMO PARA LLEGAR AL CORAZÓN DE MARTE


CALIFORNIA (26 Noviembre 2018).- A una velocidad de 19.800 kilómetros por hora se aproximó la sonda Mars InSight a Marte, donde aterrizó este lunes con el objetivo de iniciar su misión: escuchar terremotos y estudiar el funcionamiento interno del planeta rocoso.


La nave sobrevivió al dificultoso ingreso a la atmósfera del planeta rojo y a la tarea de reducir rápidamente su velocidad a solo 8 kilómetros por hora.

"¡Aterrizaje confirmado!", anunció una operadora del centro de control de la misión, al tiempo que los presentes estallaron en vítores y saltaron para abrazarse en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, en Pasadena (California).

La nave espacial no tripulada, de 993 millones de dólares, fue lanzada hace casi siete meses (el 5 de mayo) desde la Base Aérea Vandenberg, en California, y recorrió unos 482 millones de kilómetros. Parte de su misión es informar de los esfuerzos para enviar algún día exploradores humanos al planeta rojo, lo cual la Nasa espera concretar en el 2030.

Nasa aterrizó en la superficie y analizó las rocas en busca de signos de vida que podría haber habitado el planeta vecino a la Tierra, ahora gélido y seco.

Su instrumento central es un sismómetro de detección de terremotos que fue desarrollado por la Agencia Espacial Francesa (CNES).

Los seis sensores de terremoto a bordo son tan sensibles que deberían revelar los temblores más pequeños en Marte, como el débil tirón de su luna Fobos, los impactos de los meteoros y, posiblemente, la evidencia de actividad volcánica.


“Es la primera misión que va a estudiar el interior profundo de Marte”, señaló el español Fernando Abilleira, subdirector de diseño y navegación del InSight. “Al estudiar la propagación de las ondas bajo la superficie de Marte, a través de su sismómetro, vamos a tener más información sobre cómo ha evolucionado el planeta en los últimos 3.000 millones de años”, agregó.

La sismología ha enseñado a la humanidad mucho sobre la formación de la Tierra, hace unos 4.500 millones de años, pero gran parte de la evidencia basada en la Tierra se ha perdido con el reciclaje de la corteza, impulsada por la tectónica de placas. Este proceso no existe en Marte.

La otra herramienta que adquiere protagonismo es la sonda de propiedades físicas y flujo de calor (HP3), construida por el Centro Aeroespacial de Alemania (DLR), que será implantada en suelo marciano a unos 5 metros de profundidad para ofrecer la primera medición precisa de las temperaturas bajo tierra en Marte y la cantidad de calor que se escapa de su interior.

El aterrizaje de InSight fue amortiguado por un paracaídas. Su escudo térmico ayudó a ralentizar la nave y a protegerla contra la fricción del ingreso en la atmósfera del planeta rojo.

El sitio de aterrizaje es un área plana llamada Elysium Planitia, que la Nasa ha tildado como “el mayor estacionamiento en Marte”.

De las 43 misiones lanzadas hacia Marte, solo 18 han llegado al planeta rojo, una tasa de éxito de alrededor del 40 por ciento, y todos provinieron de Estados Unidos. “Ir a Marte es muy, muy difícil”, aseguró Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas de la Nasa.

“La parte emocionante es que estamos construyendo sobre el éxito del mejor equipo que jamás haya aterrizado en este planeta, que es el equipo de la Nasa con sus contratistas y sus colaboradores”, agregó.

Otros detalles de la sonda

El nombre InSight deriva de ‘Exploración interior utilizando investigaciones sísmicas, geodesia y transporte de calor’. La nave espacial se detiene aproximadamente a un metro de la superficie, y una vez despliegue sus paneles solares, estos se extenderán casi 6 metros Con la carga completa de combustible, pesa más de 360 kg, 

La Nasa eligió un antiguo delta como el lugar de aterrizaje de su rover Mars 2020, un vehículo no tripulado de exploración espacial, para buscar evidencias de vida en el planeta rojo.

Aunque en la actualidad Marte es frío y seco, el sitio de aterrizaje escogido, el cráter Jezero, fue la cuenca de un lago de 500 metros de profundidad que se abría a una red de ríos hace entre 3.500 y 3.900 millones de años.

"El delta es un buen lugar para que se haya depositado la evidencia de vida y se haya preservado durante los miles de millones de años transcurridos desde que este lago estuvo presente", dijo a los reporteros Ken Farley, científico del proyecto Mars 2020 del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la Nasa, durante una conferencia telefónica.

Expertos creen que la cuenca de 45 kilómetros de ancho podría haber recolectado y preservado antiguas moléculas orgánicas y otros signos potenciales de vida microbiana. Al menos cinco tipos diferentes de rocas, entre ellas "arcillas y carbonatos, que tienen un alto potencial para preservar las huellas de vidas pasadas", se encuentran en el cráter, ubicado justo al norte del ecuador marciano, explicó la agencia espacial.

Los científicos debatieron dónde aterrizar el rover durante los últimos cuatro años y llegaron a su decisión tras evaluar más de 60 sitios posibles.

El vehículo explorador Mars 2020, un proyecto conjunto de la Agencia Espacial Europea y la Nasa con un costo de 2.500 millones de dólares, será lanzado en julio de 2020 y tocará tierra en  Marte en febrero de 2021.

El rover está diseñado para aterrizar dentro del cráter y recolectar muestras que finalmente serán devueltas a la Tierra para un análisis más profundo, tal vez para finales de la década de 2020. Pero primero, el vehículo tiene que posarse en la superficie intacto y de pie, sorteando un campo de rocas, trampas de arena y las orillas del delta.

Mars 2020 utilizará el mismo tipo de aterrizaje que posó con éxito al vehículo no tripulado Curiosity, también de la Nasa, en el cráter Gale del planeta rojo en 2012.

El cráter Gale, con sus muchas capas de sedimento, fue elegido para hurgar en la historia de cómo Marte hizo la transición de un planeta cálido y húmedo al helado y polvoriento que es hoy.

El sitio de aterrizaje del cráter Jezero es diferente debido a sus abundantes rocas carbonatadas y lo que se espera que estas puedan revelar sobre la antigua habitabilidad en Marte, dijo la agencia espacial.

En lugar de tener un laboratorio analítico a bordo, como tiene el Curiosity, Mars 2020 está diseñado para mirar las rocas en una escala más fina, viendo qué biofirmas conservan. Luego las recolectará en un compartimento y una misión separada, aún por definir, traería las rocas de regreso a la Tierra para su estudio posterior.





Fuente: EL TIEMPO






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