RUSIA MUESTRA AL MUNDO SU CONTROVERTIDO MISIL CRUCERO 9M729


MOSCÚ (23 Enero 2019).- Rusia sigue negando que haya violado el tratado sobre la eliminación de misiles de corto y medio alcance (INF, por sus siglas en inglés), como argumenta Estados Unidos para dar por terminado ese pacto, uno de los más significativos de la guerra fría. Para hacer valer su posición, el Gobierno ruso convocó este miércoles, 23 de enero, a prensa y diplomáticos extranjeros destinados en Moscú en el parque temático militar “Patriot” y les mostró el Novator 9M729 (SSC-8, según la nomenclatura de la OTAN). “Hay que preservar este acuerdo, que ha traído beneficios a las dos partes. La decisión es de la parte americana”, aseveró el viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov.


El misil de crucero 9M729 es una actualización del anterior 9M728, explicó el teniente general Mijaíl Matveevski, jefe de las tropas de Artillería y Misiles de las Fuerzas Armadas rusas. En la puesta en escena, el Ministerio de Defensa dispuso dos modelos de ambos misiles en uno de los amplios hangares de este moderno parque militar, construido hace cuatro años en el municipio de Kúbinka, a 55 kilómetros al oeste de Moscú. Delante de ellos, había una regla para señalar las pequeñas diferencias entre el polémico misil y el modelo antiguo.

Pompeo exigió a Rusia que vuelva a cumplir el tratado y le dio un ultimátum de 60 días, que se cumple el 2 de febrero, antes de que EE.UU. se salga

“La modernización del misil 9M728 estaba dirigida a aumentar la potencia de la parte de combate y su precisión. El 9M728 y el 9M729 están unificados en la mayoría de sus componentes”, dijo el militar. El nuevo es 53 centímetros más largo, “debido al cambio del número de proyectiles y la introducción de equipo adicional manteniendo el mismo diámetro”. Pero la principal diferencia, señaló Matveevski, es el rango de alcance. Mientras que el antiguo es capaz de volar 490 kilómetros hasta alcanzar su objetivo, el nuevo tiene un alcance de 480.

En todo caso, señalo el militar, no entra en el rango de misiles que el Tratado INF prohíbe, es decir, los misiles de corto y medio alcance entre 500 y 5.500 kilómetros.


El INF es un histórico tratado de reducción de armas nucleares que EE.UU. y la Unión Soviética acordaron al final de la guerra fría, y que firmaron en 1987 Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov. Rusia cree que salirse de él, como anunció en octubre el presidente estadounidense, Donald Trump, es un error.

El 4 de diciembre el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, dio a Rusia 60 días para empezar a cumplirlo otra vez, lo que significa destruir los misiles 9M729. El ultimátum de Washington se cumple a principios de febrero. “Es una decisión no meditada”, respondió el presidente de Rusia, Vladimir Putin, un día después.

El viceministro Riabkov añadió ayer otro adjetivo: “irresponsable”. Y abundó en argumentos ya expresados por Moscú: que EE.UU. no ha presentado prueba alguna que demuestre que el misil ruso entra dentro de las armas que hay que eliminar o no construir, según lo acordado en 1987, y que esta actitud demuestra que Washington ya ha tomado una decisión y no esta dispuesto a negociar.


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