Webber gana su segundo pole en Gran Premio de Alemania

 Mark Webber celebra la pole en Nurburgring. | Reuters
NURBURGRING.- El sábado es de Red Bull, por mucho que otros intenten sacar pecho, marcar músculo, hacer miraditas. El domingo, en la ruta larga, la igualdad se va imponiendo poco a poco, pero en la sesión de clasificación, a una vuelta, con el crono volando, sin margen de error, el monoplaza azul marino es una bestia. Se agarra a las curvas, vuela en el segundo sector, coge fuerza de las frenadas. Traga aire como nadie, planea sobre raíles. Da miedo, no tiene rival.

Otra vez la máquina diseñada por Adrian Newey partirá desde la primera casilla de la salida, como en todas las carreras que llevamos hasta ahora este año. Será Mark Webber, que repite como en Silverstone, y confirma sus ganas de rumba. No ha ganado todavía una carrera en 2011 a pesar de contar con una montura espectacular y tiene ganas de levantar la voz. No es la pieza ganadora elegida por el imperio de bebidas, pero el australiano quiere guerrear contra su propio compañero.

Sebastian Vettel tiene un mundo de ventaja en la general y también un puñado de enemigos incómodos. El primero su socio de escuadra, pole mañana, que pretende formar alianza con Lewis Hamilton (segundo) y Fernando Alonso, cuarto. Problemas para el campeón y líder, ídolo en Nurburgring, que ha firmado su peor sesión de clasificación de la temporada. Partirá tercero, atrapado entre enemigos.

A su espalda acelerará el español de Ferrari, que no pudo pelear por la primera posición. Sin el ímpetu de Silverstone, arrancará tras Vettel bajo el semáforo con ambición y la fuerza de un monoplaza que multiplica su rendimiento los domingos. Sueña con la victoria, por qué no, pero sobre todo con que el líder de Red Bull se deje puntos por el camino en Nurburgring. Puede ser un buen día, con Vettel rodeado de adversarios.

Carrera abierta por el triunfo, con la aparición por sorpresa de Lewis Hamilton, tras unas pruebas libres donde el McLaren parecía atascado. Espejismos de la F1. De nuevo el británico demuestra que nunca se le puede apartar de las quinielas.

Gran premio listo en la mesa para degustar, con muy buen aspecto, en un circuito con querencia al barullo y cuatro favoritos aspirando a la victoria. Vettel, ante su afición, tendrá mucho que vigilar.



Por JAIME RODRIGUEZ

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