LA HABANA.- La clave para el éxito está en preparar bien cada
detalle. Esas palabras de Raúl dichas en el último Consejo de Ministros no
constituyen una frase, sino una esencia vital que debemos asumir todos los
revolucionarios.
Con la llegada del año nuevo y tenemos sobradas
razones para sentirnos optimistas por lo que hemos realizado, aunque sin
complacencia ni triunfalismo ante el convencimiento de ser minuciosos y
exigentes para encarar nuestras vulnerabilidades y avanzar en la transformación
del modelo económico.
Lo que se ha venido
definiendo tras la discusión de los Lineamientos de la Política Económica
y Social del Partido y la
Revolución, aprobados en el Sexto Congreso, tiene una
tremenda connotación de cara al futuro para dotar al país de los instrumentos
que les permitan a las nuevas generaciones enfrentar los desafíos que les
aguardan. No tenemos derecho a cometer errores, porque no se trata de una
campaña pasajera, sino de un proceso complejo, estratégico y de largo alcance,
como lo evidencian las primeras medidas acometidas en los últimos siete meses.
Todo cuanto se haga tiene que
estar ajustado al concepto de la institucionalidad, que no es tan solo el
adecuado funcionamiento de las instituciones, sino también la apropiada
elaboración de leyes y normas legales, así como las regulaciones que exijan su
estricto cumplimiento.
El Primer Secretario del
Partido ha dicho en varias ocasiones que la actualización del modelo económico
no es un milagro que pueda obrarse de la noche a la mañana, como algunos
piensan; su despliegue total se logrará gradualmente en el transcurso del
quinquenio, pues es mucho el trabajo de detalle, planificación y coordinación,
tanto en el plano jurídico como en la preparación minuciosa de todos los que
intervengan en su ejecución práctica.
También, como se demandó en
el Tercer Pleno del Comité Central celebrado hace unos días, tenemos que
enfrentarnos con firmeza a las negligencias e irresponsabilidades que dañan a
la economía nacional, como consecuencia de la pasividad con que actúan algunos
dirigentes y la falta de funcionamiento integral de no pocas organizaciones
partidistas.
Dentro de unos días, tendrá
lugar la celebración de la Primera Conferencia Nacional del Partido que, como
continuación del Sexto Congreso, estará dedicada a valorar con realismo y
espíritu crítico la labor del Partido, y también a precisar las
transformaciones requeridas para ejercer el papel de fuerza dirigente superior
de la sociedad y el Estado que le corresponde en virtud del Artículo cinco de la Constitución de la República.
La voluntad de lo que tenemos
que hacer está contenida en el discurso de clausura de la Asamblea Nacional:
Continuaremos haciendo realidad todo lo acordado, sin prisa, pero sin pausa,
con la integralidad y gradualidad requeridas, sin apresuramientos ni
improvisaciones, contribuyendo a la superación de la vieja mentalidad dogmática
y corrigiendo oportunamente los errores que podamos cometer. No descuidaremos,
ni un instante, la unidad de la mayoría de los cubanos en torno al Partido y la Revolución, esa unidad
que nos ha servido para llegar hasta aquí y seguir adelante en la construcción
de nuestro Socialismo.
En esta fecha tan querida
que, como expresara Fidel, reunió el año nuevo, la Revolución nueva y la
vida nueva, enviamos a todo nuestro pueblo la más calurosa felicitación y
hacemos llegar el saludo internacionalista de Cuba a todos los hombres y
mujeres de avanzada en el mundo.
No hay comentarios.: