Tras su sonado divorcio parece que Marc Anthony no deja en paz a su exmujer y que los celos le matan. Ahora que Jennifer Lopez vuelve a sonreír de la mano de su yogurín Casper Smart, a Marc se lo llevan los demonios e incluso, ¡la manda a terapia!
No es oro todo lo que recule y, a pesar de que delante de la prensa y a golpe de talonario nos quieran vender que todo es buen rollo post-matrimonial, lo siento, pero no nos lo tragamos.
Hace pocos días en California la pareja tenía que vender sí o sí su nuevo show televisivo 'Q'Viva!' y entonces, por el interés mutuo que les une, los recién separados aparecían de la manita y con unas enormes sonrisas al más puro estilo Pantojil "dientes, dientes", pero los amigos de la pareja saben que eso no es más que un paripé.
Sin ir más lejos, un amigo en común afirma que: "Quizás Marc solo habla desde los celos que siente por el nuevo novio de Jennifer, pero le ordenó a la cantante que fuera a terapia por ser una serial-dater", algo así como una adicta a las citas.
Para Marc Anthony, "JLo no puede soportar el estar sola y es por eso que ha iniciado esta relación con el joven de 24 años de una manera tan precipitada" o, al menos, eso afirma el amigo del cantante en sus declaraciones.
Por otra parte, sabemos que Jennifer Lopez paga un sueldo de 9.500$ a la semana al yogurín para que este pueda seguir su ritmo de vida junto a ella, así que le sale cara la adicción...
Y para más recochineo, Marc -que la acusa de no saber ser soltera- tiene nueva novia, ¡una modelo de también 24 años! A cual peor... Encima, el artista se ha tatuado la Estatua de la Libertad en honor a su nueva conquista ya que él la llama así en la intimidad porque "le dio la libertad"; más cursi, imposible.
Total, ¿estamos ante dos serial-daters o, sencillamente, son dos personas recién divorciadas que buscan consuelo en carnes prietas y veinteañeras? Sea lo que sea, ¡que lo disfruten!
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